Rousseff anunció nuevo plan de infraestructura con el que busca recuperar la economía

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La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, anunció hoy un nuevo plan de infraestructura por 198.400 millones de reales (unos 64.000 millones de dólares), con el que busca seducir a la inversión privada y recuperar a la maltrecha economía del país. Eduardo Davis/EFE

El nuevo plan, el cuarto que Brasil anuncia en infraestructuras en la última década, abarca obras en los sectores de ferrocarriles, carreteras, puertos y aeropuertos, que serán ofrecidas en concesión al sector privado nacional y extranjero con una financiación de la banca pública que, según el proyecto, variará entre el 70 y 90 %.

El resto de la financiación provendrá de la banca privada y del mercado de capitales, los cuales encontrarán “un estímulo” en la “seriedad” del país y en la “seguridad jurídica” que ofrece, afirmó Rousseff.





“Este programa es la apertura para un futuro mejor”, declaró la mandataria, quien sostuvo que estas obras contribuirán en el mediano y largo plazo a reducir los costes de los productos brasileños, que han perdido competitividad tanto en el mercado externo como en el interno.

En ese sentido, reconoció las “urgentes” necesidades del país en términos de infraestructura, después de que, desde el año 2000, la producción agrícola subió un 130 %, el número de pasajeros que transita por los aeropuertos aumentó un 154 %, la actividad en los puertos se duplicó y la flota de vehículos creció un 185%.

Según Rousseff, este plan tendrá “efectos inmediatos en toda la economía y en la calidad de vida de toda la sociedad” como factor generador de puestos de trabajo, en momentos en que los niveles de desempleo del país han ascendido con fuerza hasta llegar al 8 %.

Este programa, que según sostuvo Rousseff ayudará a recuperar el crecimiento, fue presentado en medio de una fuerte desaceleración de la economía nacional, que según todas las previsiones del Gobierno y del sector privado se contraerá al menos un 1,20 % este año.

Los detalles fueron presentados por el ministro de Planificación, Nelson Barbosa, quien precisó que el programa contempla inversiones por 86.400 millones de reales (27.870 millones de dólares) en ferrocarriles y de unos 66.100 millones de reales (21.322 millones de dólares) en la mejoría y construcción de carreteras.

En el sector de puertos serán ofrecidos en concesión proyectos calculados en unos 37.400 millones de reales (12.064 millones de dólares) y en los aeropuertos la suma asciende a 8.500 millones de reales (2.740 millones de dólares).

En el caso de los aeropuertos, cuyos concursos serán convocados a partir de este mismo año, serán ofrecidas a la iniciativa privada las obras de mejorías y la gestión de los aeropuertos de Fortaleza, Salvador, Florianópolis y Porto Alegre.

Barbosa indicó que, según las previsiones del Gobierno, hasta 2018 serán licitados proyectos por un total de 62.900 millones de reales (unos 20.290 millones de dólares), mientras que el resto será ejecutado a partir de 2019.

Este vasto programa de obras incluye los planes para la construcción de un ferrocarril entre la costa atlántica de Brasil y los puertos peruanos del Pacífico, para el que ya se realizan estudios de viabilidad financiados por China.

El ministro calculó que ese proyecto, solo en Brasil, demandará inversiones por unos 40.000 millones de reales (12.900 millones de dólares) para el tendido ferroviario y otros 5.000 millones de reales (1.612 millones de dólares) en los propios trenes.

Rousseff destacó en particular la iniciativa de dar “el paso decisivo para el ferrocarril transoceánico, con el que Brasil pasará a tener un acceso diferenciado a los mercados asiáticos”, lo cual, sostuvo, “le dará un nuevo posicionamiento estratégico al país”.

Pese a haber estado en todos los planes oficiales durante la última década, esta vez no fue incluida la construcción de un tren de alta velocidad entre Río de Janeiro y Sao Paulo, un proyecto que fue postergado por última vez a mediados de 2013.