Los hoteles más exóticos para unas vacaciones de lujo

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Esto más que viajar es soñar. Ser de repente Robinsones sin más naufragio que haber caído en los brazos del lujo y el placer frente al océano. En estos hoteles, que ahora se llaman resorts, la hamaca, la puesta de sol, el mar infinito y el spa son el pan nuestro de cada día. Para creértelo te tendrás que pellizcar. Nos vamos al paraíso, donde no hay ruido ni estrés ni contaminación, y todo es paz, naturaleza y silencio.

GILI LANKAFUSI, EN LAS MALDIVAS





Las Maldivas, hechas de atolones y coral, al sudoeste de Sri Lanka, ya suenan a lo que es este resort, donde se proclama a los cuatro vientos que aquí “el océano es tuyo”. Te sentirás en medio de la inmensidad en una de sus villas varadas en estas tranquilas aguas. Por tener tiene hasta bote privado para tomar tierra, un bar flotante, una cocina donde podrás comer pescado fresco pero también sushi, y biólogos marinos a tu disposición para llegar al fondo de la cuestión (hay mucha vida subacuática).

Además, un residencial que se llama Crusoe y un personal de servicio que responde al nombre de Mr. Friday (por Viernes, el amigo de Robinson). Perdido en el Índico, aislado del mundanal ruido, en el país más bajo del mundo, amarás a Daniel Defoe (y querrás leerle). Precio: desde 740 euros la noche. Dónde: en North Malé Atoll, Maldivas.

NAYARA SPA & GARDENS, EN COSTA RICA

Hay tanto exotismo en el Nayara que es fácil meterse en el papel del explorador que pisa, casi profana, tierras que son vírgenes. De nuevo nos parece que la vida nació ayer. La naturaleza es tan exuberante que hasta se cuela dentro de este hotel que se desparrama en casitas, villas y suites que presumen, cómo no, de ecológicas, y que cuentan con un restaurante en azul muy pintoresco que se llama Sushi Amor, bar en la piscina y spa en plena jungla. El paraíso para hacer senderismo, escalada, rafting y bicicleta de montaña, y para gozar (a secas).

Parece que el turismo sostenible se inventó aquí, en esta colina aislada, forrada de bosques y jardines tropicales, y con vistas al majestuoso y casi mitológico volcán Arenal. Desde luego hay que ver, y con los ojos muy abiertos, para creer. Precio: desde 270 euros (oferta). Dónde: Arenal Volcano National Park, Costa Rica.

HOTEL OBEROI, EN MAURICIO

Nos vamos al este de Madagascar, hasta arribar a las costas de la isla Mauricio, donde nos espera el Oberoi Hotel, a quince kilómetros de la capital, Port Louis, con su jardín subtropical que ni el Edén, y a las orillas de Turtle Bay, un parque natural marino con arrecife de coral incluido. Esto quiere decir que tendrás a tus pies playas de arena blanca y magníficas puestas de sol un día sí y el otro también. Más allá del patrimonio natural, que no sabemos calcular, está el histórico, con cuatro monumentos nacionales de la época colonial francesa, integrados en la infraestructura del hotel. Piscina privada con vistas al océano, restaurante y bar al ladito del mar, spa y esas cosas.

Además, tienes a un paso la tierra coloreada de Chamarel y su cascada; impactante y es poco. Y los jardines Pamplemousses con su espectacular colección de plantas exóticas, empezando por los nenúfares gigantes, y las gargantas del Parque Nacional del Río Negro. Precio: desde 340 euros. Dónde: Baie Aux Tortues, Pointe Aux Piments, Mauricio.

LIZARD ISLAND, EN AUSTRALIA

Palabras mayores. Estamos en la Gran Barrera de Coral, delante de una sucesión magnífica de 24 playas de arena blanca, donde el buceo o el snorkel son no ya una devoción, sino una obligación. Cómo no zambullirse en estas aguas de cristal antes o después de tumbarse a la bartola en un resort con 40 suites de lujo, retirado de todo y accesible solo en barco privado desde el aeropuerto de Cairns, al norte de Queensland y noreste de Australia.

Los placeres se repiten: puesta de sol, cocina cinco estrellas, restaurante con vistas (como las habitaciones), spa, picnics, barquitas y mucho romanticismo. Precio: desde 1.150 euros. Dónde: Via Cairns, Lizard Island, Queensland.