Gabriel Reyes: La Estrategia

Gabriel Reyes: La Estrategia

thumbnailgabrielreyesLa situación es muy grave. Todos lo sabemos. Pero ellos entienden que las presiones internas que hasta ayer eran ajenas a los escenarios estudiados hoy son evidentes y altamente amenazantes.

El fracaso es tan huérfano como al éxito le sobran progenitores e hijos putativos. Muchos se juegan mucho más que pasar del oficialismo a la oposición. El juego suma cero es de presidio por opulencia, y eso lo saben quienes no arriesgarán lo que tienen por quien ya señalan a todo pulmón como “traidor de la memoria del Líder”. Esto ratifica el guión que sirvió de plataforma ideológica para esta colcha de retazos. Según Carl Schmitt en  “El Concepto de lo Político”, “el único imprescindible es el líder”, y en nuestro caso, ese señor ya no está entre nosotros. Ergo, nadie es imprescindible.
El país nacional se cae a pedazos. La voracidad del gasto público sin inversión posible, filtrada en el rudo tamiz de la corruptela insaciable, no permite que las medidas que son recomendadas desde la asesoría externa tengan éxito alguno.
Importar mucha comida para el próximo trimestre preelectoral fue la primera iniciativa y así aparecieron funcionarios que sin el menor escrúpulo anunciaron el desmontaje del mecanismo de control social del control de compras por cédula de identidad. Eso no tiene un destino promisorio porque es un inventario finito, altamente apetecible al bachaqueo en la medida en la que nuestro bolívar sigue perdiendo posiciones, y seguirá siendo expatriado con la misma eficiencia con la que se han vaciado nuestros anaqueles a camiones viajeros con destinos foráneos. Y eso en el caso de que lo que se dice que se compró llegue y se desembarque con la inusitada eficiencia que no tiene memoria reciente.
Seguir quemando los activos para disponer de flujo de caja es hacer parrilla con las vacas de las que nuestros hijos esperan tomar leche para crecer. Refinerías, oro, y otros activos son simples paliativos al inmenso hueco de una exponenciada deuda externa e interna que ha alertado varias veces a muchos especialistas sobre la posibilidad de un default criollo. Esto alcanzará para el carnaval electoral  pero no será efectivo porque ya el elector no es el mismo de otrora. No hay un discurso coherente ni un proyecto dibujado en la expectativa del ciudadano de a pie quien como revelan las encuestas tomará lo que pueda pero castigará al régimen por someterlos a la humillación de convertirlos en clientes del desastre apartándolos más de la sociedad de la que se sintieron excluidos cuando con espíritu revanchista le dieron cabida a esta involución despiadada en nombre de una democracia desgastada por la decepción y la ausencia de liderazgo verdadero.
Entonces, ¿cuál puede ser la estrategia que salvaría a quienes, como pensaba Maquiavelo, hacen política para perpetuarse en el poder?
Ya la Teoría del Enemigo Externo, en su modalidad de “enemigo lejano” fue trasmutada a “enemigo actor” cuando se creó la pantomina nominalista de la “guerra económica” y no produjo dividendos. Nadie cree en estos cuentos de potencias apostando al hambre del venezolano. Creen más en el pajarito parlanchín que en el propósito de otros países de convertir a la otrora rica Venezuela en una nueva versión de la Haití reciente. Entonces, pasamos a la siguiente fase: “Enemigo Real” y construimos una espiral nacionalista que funcione como el crisol donde se amalgame al calor del patrioterismo exacerbado todo el ímpetu posible y donde el conflicto sea administrado como bisagra que permita cerrar la factibilidad del anunciado evento electoral mientras lo sondeos no revelen vientos a favor de la causa roja.
Entonces generamos decretos que redefinen fronteras polémicas con Colombia y con Dominica, enfocamos tardíamente nuestra atención hacia la desafiante Guyana, claro haciendo énfasis en la empresa imperial (Exxon) escondiendo el porcentaje significativo que en esa aventura exploratoria de crudo tienen los “hermanos chinos”. Este artificio de alborotar a todos para que alguno plantee el conflicto necesario no calculó que todos los involucrados pueden llevar cada caso al arbitraje internacional, olvidando el arreglo bilateral como fórmula salvadora y ante el primer discurso amenazante seremos enfilados por el mismo Consejo de Seguridad de la ONU de quien hoy somos miembros y testigos silentes de su accionar como amenaza a la paz de la región.
En resumen, el discurso de la “Unión Cívico Militar para hacer Patria” será tan volátil como el perfume de mala calidad pero tan peligroso como un “tetero piche”. Llevar a la “oposición” a contradecir a los patriotas no será en esta oportunidad una técnica apropiada porque ya fueron picados por macaurel y tienen tiempo viendo la vara. Que diferente fuera, en término de impacto y construcción de agenda positiva si todos los candidatos de la MUD a la AN se fueran al Esequibo, como se fue María Corina con un grupo de parlamentarios, a realizar un acto de verdadera soberanía en nuestras aguas. Que se convocara un movimiento de pescadores criollos para ocupar simbólicamente nuestras aguas. Pero creo que esto es pedir mucho. La respuesta a este escenario aparentemente belicista serán interminables cadenas de retórica demagógica donde ojalá no se ordene el traslado inmediato de nuestras tropas y quede al descubierto el estado actual de nuestro maltrecho apresto militar.
Y todo este adorno no esconde la tragedia del venezolano de todos los días. La escasez de alimentos, medicinas, repuestos y todo lo que un ciudadano necesite para aplacar temas básicos, la inseguridad campante e impune, el deterioro progresivo y patético de nuestros servicios públicos, los presos políticos evidenciando el castigo al disenso de una democracia inexistente, y la complicidad en el secuestro sistémico del aparato difusor evitando que la mayoría de los venezolanos se enteren de lo que sucede bajo este firmamento plagado de densos nubarrones que anuncian una tempestad.
Si ese fue el diagnóstico, ¿cuál es el tratamiento? Creo que todos debemos estar muy atentos a lo que sucede en la Venezuela que no se ve por VTV ni por otros canales mediatizados, tenemos la obligación de asumir que nuestro destino está inexorablemente atado a nuestro comportamiento ciudadano y que nuestra libertad fundamentada en el rescate de una democracia desgarrada solo dependerá del oxígeno que le imprima una votación masiva y contundente, ese cada vez más lejano pero siempre posible 6D cuando todos los que podamos debemos manchar nuestro dedo en señal de compromiso de un cambio real, aunque nos amenacen con salidas callejeras y otros cuentos de terror. El miedo es una droga cuyo antídoto es la esperanza, esa que muere de último y que será una llama que iluminará el difícil camino que nos espera.
Amanecerá y veremos!!