En medio de la lucha para que se restituyan las libertades, para que se respete el fuero profesional y para que la verdad, con criterios de objetividad, deje de ser a ratos esquiva y la mayoría de las veces criminalizada, hacemos un alto para felicitar y conmemorar a los periodistas venezolanos en su día. NP
Con frecuencia repetimos que estamos viviendo tiempos difíciles, tal vez los más difíciles del periodismo, ciertamente lo son pero no es inédito. Ahora y antes se nos ha pretendido silenciar, ahora y antes se ha intentando usar el poder para que los periodistas dejemos de decir lo que es incómodo. Frente a esas pretensiones, la respuesta ha sido y seguirá siendo el más radical compromiso compromiso con la verdad.
El periodismo es una profesión, pero principalmente una vocación al servicio de los ciudadanos. Un oficio que poco conoce de obstáculos y que a diario nos plantea la interrogante de ¿hasta dónde llegaríamos por defender la verdad? Sólo el periodismo que no investiga y que es complaciente no corre riesgos.
Hoy celebramos el periodismo que sigue de pie, a los periodistas que siguen poniendo sus micrófonos y sus grabadores a la orden de quienes tienen necesidades, contribuyendo así al logro de una verdadera justicia social. Celebramos el periodismo que se reinventa y que es creativo, pero también el que ejercen quienes se mantienen en los medios más tradicionales para defender espacios y para desde ahí librar las más duras batallas, en función de que no sean completamente silenciados.
Felicitaciones a los periodistas en su día; los que no se rinden frente a los plantones, ni frente a las jornadas extendidas; los que entendieron que mientras más incómodos son al poder más útiles le son al país; los que en cada faena dejan un invalorable aporte a la democracia. Felicitaciones a esos periodistas que son todos los periodistas venezolanos.