El juego de Tibisay es muy claro, poco le importa en estos momentos rescatar su imagen como representante de una institución que debe ser garante de transparencia y equilibrio, sino que por el contrario, debe hacer todo el esfuerzo, si es que verdaderamente es un esfuerzo para ella, por mostrarse más politiquera que el vocero más radical del PSUV. Es decir, que delante de Tibisay, Blanca Eekhout luzca ponderada. Pero ese es su trabajo, retar la paciencia de los sectores democráticos, provocándolos, cercándolos, sacando decisiones de la manga de Jorge Rodríguez para generar un ambiente en la oposición que favorezca al PSUV.
El partido de gobierno hará campaña electoral, pero su principal estrategia para ganar las elecciones es desmovilizar a la oposición. Allí la presidenta del Consejo Nacional Electoral tiene un papel fundamental, digamos que figura como la verdadera jefa de campaña. El desgobierno sabe que esa es la única manera de derrotar a la oposición, porque por más plata que tengan para seguir gastando, no se ganan elecciones sin votos.
No crean que esta será una campaña austera, que la cúpula psuvista entenderá que derrochar en medio de la mayor crisis que ha vivido nuestro país es una bofetada para los venezolanos. No crean eso, aquí si hay resto, el gobierno se lo echará, porque ellos no pueden y no saben competir sin ventajismo, sin abuso de poder, sin mercadear conciencias. No importa las consecuencias posteriores, si los países tocan fondo, ellos dirán que todavía podemos bajar mucho más.
Tampoco tienen la personalidad del líder, que aunque no vivió su legado de destrucción, en momentos difíciles lo vimos resolver con el peso de un carisma indiscutible, que sembró en sus seguidores la obediencia ciega, pero que ahora sufren la orfandad de no contar con un guía de la revolución, sino que no saben quién verdaderamente manda en Venezuela.
En definitiva, el madurismo juega todas sus cartas en Tibisay, quien tendrá la batuta en esta campaña, con la intención de reforzar el mensaje de desmovilización y desesperanza entre los opositores que piensan que frente a un sistema que no cree en la democracia, las elecciones no representan un cambio de rumbo.
Pero en algo estás fallando Tibisay, porque todos los estudios de opinión muestran como lo único que lograr elevar el nivel de desconfianza en el CNE, pero en nada afectas la alta intención de participar que tienen la mayoría de los electores. Que frustrante debe ser que tu trabajo no dé frutos, no estás justificando tu reelección pasada y eso muy grave para ganar indulgencias dentro de la revolución.
Vendrán más decisiones como la dictada está semana sobre la paridad de género, casualmente publicada luego que la oposición anunciara sus candidatos. Mientras eso pase desde este lado debemos estar preparados para reafirmar el mensaje de participación, denunciado y exigiendo garantías en unas elecciones donde el desgobierno hambreador y corrupto tiene la derrota pintada en la frente.
Brian Fincheltub
@Brianfincheltub