Juan José Moreno A: Todos contra el imperio de la mediocracia

Juan José Moreno A: Todos contra el imperio de la mediocracia

thumbnailjuanjosemorenoFrente a la nueva trampa del régimen con su muy calculada convocatoria del país a la unidad en torno a la reclamación sobre el Esequibo, es preciso recodar a los ingenuos dos cosas: han sido las organizaciones de oposición las únicas que se han ocupado de alertar durante estos últimos 16 años, sobre las pretensiones de Guyana de despojarnos de nuestra porción territorial en el extremo oriente de Venezuela, mientras este señor Maduro, por seis años canciller y dos como Presidente de la República complacía a sus gobiernos con la entrega de petróleo barato y fiao; en segundo término, que es preciso mantener la unidad en torno a la necesidad de rescatar al país del imperio de la mediocridad impuesta por el chavismo durante este largo período de tiempo.

La gente de oposición no podemos morder ese nuevo anzuelo que nos lanza el grupete conformado por quienes dedican la mayor parte de su tiempo a inventar las más sucias marramuncias para mantenerse en el poder al costo que sea, mientras el país se desangra biológica y físicamente. La prudencia recomienda, mantener nuestra posición en defensa del territorio cuya posesión han venido dejando perder los gobernantes de turno por muchos años, pero sin dejarnos arrastrar al coro que pretenden armar nuevamente los manipuladores de opinión pública hoy perpetuados en el poder.

Nuestro foco, insistimos, debe centrarse en la unidad de todos los sectores de la oposición a este brutal régimen, por el desmontaje de este sistema que calificamos de “mediocracia”, por su progresiva acción iniciada desde el primer gobierno del difunto Chávez, cuando comenzó la chavetización de nuestras Fuerzas Armadas, privilegiando la mediocridad sobre el mérito profesional en la designación de sus mandos; la vagancia contra el arraigo de nuestro pueblo por el trabajo, con las consecuencias que hoy sufrimos traducidas en el desmantelamiento de la capacidad productiva en todas las áreas del quehacer nacional y el relajamiento de la fuerza laboral; la entrega de la seguridad pública a grupos de delincuentes que hoy controlan gran parte del territorio nacional, bajo la figura de los mal llamados “territorios de paz”, germen de las megabandas que hoy se reproducen por doquier, equipadas de las más modernas armas con las que hoy despliegan las más inverosímiles acciones en lugares hasta hace poco considerados a buen resguardo como los centros comerciales y estaciones de policía; el manejo de la economía del Estado por incapaces y corruptos culpables de la estruendosa quiebra que hoy soporta la nación, con el nivel de reservas internacionales más baja en muchos años, una inflación y una escasez de productos que somete a la población a la más cruel situación de pobreza, hambre y sin acceso a medicamentos básicos; colocando la Asamblea Nacional en manos de su más violento y mediocre representante, lo cual permite que el organismo haya perdido su carácter contralor de la función del Estado, para convertirse en uno de los principales escenarios de la farsa sin fin del chavismo; y lo más reciente, la emisión de un decreto que desestimula el rendimiento académico de nuestros estudiantes que, sin el menor esfuerzo, tendrán la primera opción para ingresar al sistema de educación superior.





Esta es, señores, la lucha que estamos llamados a privilegiar en estos momentos quienes deseamos verdaderamente rescatar el país para la mayoría de los venezolanos, sin que por ello tengamos que apartarnos de nuestra obligación de contribuir a buscar los canales más apropiados, contemplados en la legislación nacional e internacional sobre la materia de reclamación limítrofe, para hacer valer el reclamo que nos ocupa, pero por la vía civilizada, no militarizada. No nos distraigamos, como ya lo advertimos, conscientes de la pérdida de poder que se avecina para el régimen, la experiencia de su teatral comportamiento cínico-militar nos indica que una vez más sus laboratorios de la trampa comenzaron a funcionar.