Juan Antonio Muller: Autoritarismo Imbécil

Juan Antonio Muller: Autoritarismo Imbécil

thumbnailjuanantoniomullerNuestros actuales gobernantes padecen de una imbecilidad crónica que les impide tomar decisiones ajustadas a la razón y el sentido común. Lo más lamentable de ese rasgo es su presencia en todas las instituciones del estado.

Recientemente el Presidente de la República hizo un llamado a la nación para trabajar de manera conjunta en la solución de la crisis económica que nos aqueja. No habían pasado unas pocas horas cuando el autoritarismo imbécil se manifestó acusando al gremio empresarial de enemigo del pueblo.

Las autoridades del Banco Central y del Instituto Nacional de Estadísticas han decidido arbitrariamente ocultar o mentir sobre las cifras indicadoras del comportamiento económico y social: economía, precios, comercio y empleo. Mientras el autoritarismo imbécil oculta y miente, la inflación y el bachaqueo crecen desmesuradamente en perjuicio del pueblo.





La Cancillería de manera inconsulta publicó un decreto sobre las zonas marítimas e insulares que contradecía acuerdos internacionales con países vecinos en la materia. En una semana el autoritarismo imbécil debió retractarse dejando al país en ridículo ante la comunidad de naciones.

El Ministerio de la Educación Superior decidió a espaldas de las universidades autónomas establecer cupos a través de la Opsu que ignoraba la excelencia y los promedios académicos de los estudiantes en aras de beneficiar a estudiantes por su procedencia social. El autoritarismo imbécil se movió para que sus pares dentro de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia dictaminase en  favor de su arbitrariedad.

La Superintendencia de Precios Justos Sundde se vanagloria de las inspecciones a comercios y de las multas cuando descubre inventarios supuestamente sospechosos. Desde que está en vigencia la ley de precios justos que fija precios de bienes y servicios y el porcentaje máximo de ganancias, el autoritarismo imbécil no ha podido ofrecer resultados concretos para acabar con el racionamiento y la escasez en beneficio del consumidor.

El Código Penal vigente se ensaña con los opositores al régimen El autoritarismo imbécil lo diseñó con el claro objetivo que sirviese como elemento de disuasión, pero los presos políticos condenados por simples sospechas, se han convertido en una piedra en su zapato y ha permitido que antiguos amigos del gobierno socialista se hayan sumado a los críticos en foros y asambleas internacionales.

El Ministerio de la Defensa mediante la resolución 008610 de este año autorizó a las FFAA a participar en tarea y de represión y control de las manifestaciones públicas mediante el uso de armas. Otra forma del autoritarismo imbécil para justificar las torturas y atropellos cometidos por la Guardia Nacional Bolivariana y el Sebin el año pasado contra las protestas estudiantiles que le arrancó la careta como defensor de los Derechos Humanos.

 

La estatal petrolera Pdvsa no escapa de este análisis. En dieciséis años el autoritarismo imbécil la forzó a que dejara de ser una empresa encargada del negocio petrolero para ocuparse de importar alimentos y construir viviendas entre otros menesteres. Las consecuencias están a la vista: hoy produce seis cientos mil barriles diarios menos con tres veces más personal.

Terminamos estos pormenores con las desafortunadas acusaciones del presidente Maduro contra su par guyanés Granger de ser un “rehén de la Exxon Mobil”. El autoritarismo imbécil volvió a quedar mal parado en la última reunión de la Comunidad de Países del Caribe Caricom y se ha visto obligado a ceder y recurrir a la ONU para que nombrase un Buen Oficiante en la controversia sobre el Esequibo entre los dos países.

Juan Antonio Muller

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