Este miércoles se cumple un año de la detención en Teherán del corresponsal del Washington Post en Irán, Jason Rezaian, que espera desde entonces el veredicto de su juicio por “espionaje”, entre otras acusaciones.
El periodista irano-estadounidense de 39 años, que trabajaba para el diario estadounidense desde 2012, fue detenido junto a su esposa (posteriormente liberada) en su domicilio la noche del 22 de julio de 2014. Una tercera acusada, cuyo nombre no fue divulgado, también fue detenida esa noche y liberada después.
Desde su detención, Rezaian ha comparecido a puerta cerrada tres veces -en mayo, junio y julio- ante el tribunal revolucionario de Teherán, una corte especial que juzga los asuntos políticos o de seguridad nacional.
Está acusado de “espionaje”, “recogida de informaciones confidenciales”, “colaboración con gobiernos hostiles” y “propaganda contra el régimen”.
Encarcelado en la prisión de Evin, en el norte de la capital, Rezaian desmiente categóricamente las acusaciones contra él.
Según su familia, su salud se ha degradado desde su encarcelación y necesita medicamentos contra la hipertensión arterial.
La encarcelación del reportero ha provocado nuevas tensiones entre Irán y Estados Unidos, que ha llamado a las autoridades iraníes a liberar al periodista. Teherán no reconoce la doble nacionalidad del reportero y afirma que se trata de un caso de competencia exclusiva de Irán. AFP