Triste realidad: Las mascotas no escapan a la escasez, inflación e inseguridad

Triste realidad: Las mascotas no escapan a la escasez, inflación e inseguridad

Foto: Archivo
Foto: Archivo

Ya no comen alimentos empaquetados, solo caseros. No siguen tratamientos médicos por falta de medicinas y algunos hasta han sido secuestrados. Al igual que sus amos, las mascotas en Venezuela se ven afectadas por la escasez, la inflación y la inseguridad.

Valentina Oropeza/AFP

Roselín González tiene cuatro perras: Catira, Pelusa, Bianca y Berpi. Las dos primeras tienen 15 años y consumen Euthyrox y Enalapril para tratar la tiroides y el corazón. Pero como muchos pacientes humanos que dependen de esos medicamentos, Catira y Pelusa no siempre toman sus pastillas.

“Me paso días enteros recorriendo farmacias y a veces no les consigo las medicinas a mis perras. No me imagino lo que siente un paciente que puede morir por la falta de un medicamento”, dijo González a la AFP.

 

Medicina animal para humanos

Germán Campos, director de la Asociación de la Industria de Salud Animal que agrupa a 70 empresas que producen e importan alimentos y medicinas para animales, precisó a la AFP que el inventario de productos para mascotas, aves, cerdos, bovinos y equinos está en “niveles preocupantes”: 66% de los productos del sector no estaban disponibles a finales de junio.

“Los médicos veterinarios han limitado los productos que prescriben o recurren a los de uso humano que pueden consumir las mascotas”, apuntó Campos.

En contraparte, el presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, refirió a la AFP que muchos pacientes acuden a las tiendas de productos veterinarios para comprar medicinas y sustituir las que no encuentran en las farmacias.

“La gente está buscando antibióticos, esteroides y medicamentos tópicos para enfermedades de la piel en tiendas para animales”, señaló León Natera.

Inseguridad

El secuestro de mascotas no está contemplado como un delito en las leyes venezolanas, pero se ha convertido en una fuente de extorsión.

Así ocurrió con Balú, el poodle de 14 años que pertenecía a Ana Elisa Osorio, exministra del gobierno de Hugo Chávez (1999-2013). El perro quedó dentro del vehículo que le robaron en marzo de este año.

“Me pidieron un millón de bolívares (1.579 dólares a la tasa paralela y más de 158.000 dólares al tipo de cambio oficial) para devolverme a Balú. Les ofrecí 200.000 bolívares (casi 316 dólares en el mercado negro y más de 31.000 a la tasa oficial) y el secuestrador se burló y me preguntó que si yo lo consideraba un recogelata (indigente)”, contó Osorio a la AFP. Balú nunca apareció. AFP

Exit mobile version