Uno de los viajes más interesantes que he hecho, ha sido el navegar y disfrutar del lujo y atenciones de primerísima calidad de los cruceros Silversea a bordo del Silver Spirit.
Por @ReinaldoPulido
Pude hacerlo gracias a la invitación que me hiciera Eduardo Restrepo de EK Reps, empresa que es comercializadora autorizada de esta fina marca de navíos mundial.
El Silver Spirit es un barco de 36 mil toneladas, 8 pisos, con capacidad máxima de 540 pasajeros y una tripulación de 376 personas, lo que lo hace muy exclusivo.
Silversea para lo conocedores es el equivalente a algo 6 estrellas en la hotelería. En serio. Es algo más allá de lo conocido en instalaciones, gastronomía, tecnología y mucho servicio.
Tan es así que uno al llegar es recibido por su mayordomo privado, que está disponible las 24 horas del día y quien te hace una breve encuesta sobre tus gustos, que tipos de adornos quieres todos los días en tu cabina, que tipo de bebida prefieres y de que marca, ya que el crucero es Súper Todo Incluido Premium, es decir Champaña, Whisky, Vinos, a discreción. Cuando quieras, a la hora que quieras y las veces que quieras.
Este mayordomo esta presto a ayudarte con cualquier cosa, como room service, pulir zapatos, planchar algo, preparar el baño. Hacerte reservaciones en los diferentes restaurantes.
Las cabinas cuentan con baño que tiene dos lavamanos, regadera y bañera. Los mismos tienen siempre amenidades y productos de primera calidad ya sean Salvatore Ferragamo o Bulgari, los cuales puedes pedir que te coloquen una diferente cada dia. Batas y pantuflas. Vestier. Habitación con todas las comodidades, sala, y balcón.
La gastronomía ene estos barcos es algo muy cuidado y celosamente atendido con opciones desde las más casuales, pasando por comer un jugoso Rib Eye a la piedra, comida internacional, comida francesa, japonesa e inclusive, pudiendo estar en el único restaurante Relais & Chateaux en el mar, Le Champagne.
Todas las comidas llevan el maridaje adecuado con una extensa y muy rica lista de vinos de todas partes del mundo. Así como claro está la posibilidad de beber el trago de tu preferencia, whisky, vodkas, cervezas premium y más.
El barco el cual no es un “mega barco” y tampoco es pequeño, está diseñado para que uno vaya descubriendo algo nuevo a medida que pasan los días, teniendo casino, salón de belleza, gimnasio, la Connoisseur Corner para disfrutar de un coñac y un habano. La Observation Lounge con vistas increíbles y la propia “Hora del Té” británica, boutiques, Internet Café, Spa de primera, la cubierta de la piscina donde hay mucha vida, bares, teatro con shows en vivo y hasta biblioteca.
Un plan era llegar del paseo en la ciudad, bañarse, descansar un poco, ir a la cena reservada y de allí al bar discoteca en la parte de atrás del barco, con terraza para tomarse unos tragos viendo la estela del barco. Malo?.
Y claro está la guinda de este viaje que no es normal, la ruta y los destinos que va tocando. En esta oportunidad hicimos:
Salimos de Atenas una ciudad interesante con una gastronomía aún mejor, luego seguimos a Kusadasi en Turquía, un pintoresco pueblo a orillas del mar con mucho que ver y hacer, excelente para comprar artículos como jarrones, alfombras, etc. Allí se pueden visitar las ruinas de Efesos y la casa donde creció la mismísima Virgen Maria.
Seguimos luego a Katakolon en Grecia, sitio donde se encuentran las ruinas de Olimpia, cuna de las olimpiadas, con mucha historia y también excelentes sitios para comprar cosas originales de allí.
Continuamos a Corfu en Grecia, una ciudad bellísima, con parques y plazas, con restaurantes y bares mucha historia, excelentes visuales. Y al adentrarse en la ciudad encuentras tiendas, y sitios para tomarte una cerveza y picar algo.
El siguiente punto fue Kotor en Montenegro. Sitio más que increíble, espectacular. Con una pequeña ciudad amurallada que debe ser de los más original de la región. De verdad algo visto pocas veces, comimos y bebimos como los dioses. Acá tomamos un traslado de unos minutos de carretera, que nos llevó a tomar un bote para visitar un muy pequeño islote, donde apenas cabe una pequeña iglesia la cual adentro tiene a la famosa Virgen de la Piedra. Un lugar fantástico. Único.
Luego fuimos a nada menos que Dubrovnik, en Croacia, ciudad amurallada, más grande que Kotor y la verdad que hay que tomarse acá la cosa, con calma por tanto que hay que ver y hacer. Es también bellísima. Tiene un teleférico desde donde puedes al subir, tener unas visuales de la ciudad rodeada de agua y el barco anclado, de pronóstico reservado. Arriba al lado de la estación, ubicado de tal forma que casi no te enteras que esta, se encuentra el “Museo de la Guerra” que sacudió a este país y sobre todo a esta ciudad, entre los años 1991-1995. Con fotos y objetos relativos al tema, que sencillamente te helaran la sangre. Luego bajas y te metes por la muralla de la ciudad a comer y beber nuevamente como los dioses, olvidando lo malo y pasándola muy bien.
Seguimos a Hvar en Croacia, otro lugar espectacular con tiendas, restaurantes, historia y hasta playas. Comimos en un restaurante que curiosamente se llama Macondo.
Y el cierre fue llegando a nada más que a Venecia, la icónica ciudad italana, y como el barco no es de los “mega” pudimos entrar por el gran canal de Venecia, algo pocas veces visto y justo al estar frente a la plaza San Marcos tomándole nosotros fotos, nos tomaban miles de fotos desde la plaza, por lo curioso de ver un barco de esa envergadura allí. En Venecia nos quedamos una noche durmiendo en el barco, lo que nos permitió salir y ver esta increíble y única ciudad.
Como verán, hay cosas que hay que hacer así sea una vez en la vida…esta es una de ellas.
Si quieren más información de esta línea de cruceros escríbanle a Eduardo Restrepo de EK Reps por >> [email protected]
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