William Anseume: Los Derechos Humanos del gobierno; la cómica de su “Plan”

thumbnailWilliamAnseume1.- El Consejo Nacional de Derechos Humanos

Nicolás Maduro creó, mediante decreto, un Consejo Nacional de Derechos Humanos, el 3 de abril de este año. Loable propósito  si se aprecian las inmensas críticas nacionales e internacionales de organismos y personas que se ocupan de defender los Derechos Humanos en el mundo. También resulta loable si uno se percata de los desmanes irrefrenables contra los Derechos Humanos de este imponente y totalitario gobierno de Maduro, continuación del de Chávez en cuanto a: muertos, presos políticos, torturados, perseguidos, acosados, limitados en la libertad de expresión, exiliados y paremos de contar. Sabía el gobiernito venezolano que la ONU se le venía encima con todo, tal y como ocurrió en Ginebra y continúa ojo avizor con respecto a todo lo que aquí ocurre.

Buscó Maduro, para lavarse las manos de la muerte y las torturas, unos consejeros muy neutrales: Jorge Arreaza (Vicepresidente), Gustavo González,(Ministro de Interior), Iris Varela (Ministra penitenciaria), Vladimir Padrino (Ministro de defensa), Delcy Rodríguez (Exteriores y hermanita de Jorge), Elías Jaua (Ministro de comunas y no sé cuáles movimientos sociales), Tarek Williams Saab (“Defensor del Pueblo”), Luisa Ortega (Fiscal General), Gladys Gutiérrez (Justicia gubernamental),y otros personeros de apellidos como Russián, tan poco o nada vinculados al gobierno. O sea, el presidente y su gobierno continúan mal entendiendo lo “nacional” como lo de ellos, sus creencias políticas y su totalitarismo. O, vuelva a ser, él y sus más cercanos lacayos.





Se supone, sí, que se puede velar por los Derechos Humanos desde el poder, para controlarlos, vigilarlos desde adentro. En este caso, controlar los Derechos Humanos de los ciudadanos es una obligación constitucional del Estado. Y algunos tienen esa obligación como tarea firme de sus cargos, sin integrar esta cómica de Consejo: la Fiscal, el Defensor, el Ministro de Interiores, el de Defensa, están obligados, porque se encuentran entre sus funciones principales ese velar porque no se atropellen los Derechos Humanos. Así que redundan en su accionar en este ente novedoso y perverso en lo que tiene de hacer creer que se pretende cumplir con el llenado de carencias.

Quienes cuidan los Derechos Humanos deben situarse como contrapeso al poder que los viola o pudiera violarlos y no deberían tener arte ni parte en el gobierno; además, para ser nacional, si verdaderamente era el propósito debió buscarse al menos un equilibrio mínimo en esa integración, incorporando verdaderos defensores o agentes de otras toldas o de visiones opuestas. No. Esa integración no sirve para nada por redundante y disfuncional.

2.- Las risibles misiones del Consejo Nacional de Derechos Humanos

En el plan, sujeto a consulta pública, aunque ya sabemos lo que esto significa, se contemplan dos misiones. La primera de ellas señala que se hará “especial énfasis en los grupos y poblaciones de mayor vulnerabilidad”. Pues, en materia de Derechos Humanos no debe haber énfasis alguno, se violan o no; no puede pasarse por alto ningún atropello a estos derechos y deben ser denunciados y castigados con todo el rigor que imponen  las leyes  y los tratados internacionales que tienen rango constitucional en Venezuela. La segunda misión resulta peor aún, por lo que contiene de entrega absoluta al poder establecido en la manos dictatoriales de Maduro de un Consejo que debería ser equilibrado, ponderado, imparcial, objetivo y, en mucho, contrario al accionar ilegal del gobierno. Dice, y no nos sorprendamos: “Apoyar el cumplimiento de las decisiones del Presidente de la República en el área de los derechos humanos”. ¿Es un contrapeso o es el peso mismo del poder y de lo que considera que deben ser las leyes y su cumplimiento? ¿Complacer al gobernante es una misión de defensa ante los arrebatos inhumanos del gobierno?

3.- El plan

En el plan se usurpan las labores del legislador,  o sea de la Asamblea Nacional, y las del propio Defensor del Pueblo. Se saltan disposiciones constitucionales básicas, como la autonomía universitaria. Se habla de “emancipación”, ahora, justo cuando estamos más entregados al imperialismo chino, por ejemplo. Se emplea permanentemente la palabra “socialista”,  palabreja incómoda ahora, cuando menos, que no está en nuestra Constitución. Máculas inmensas que eliminan cualquier propensión a hurgar hasta hallar los aspectos posiblemente positivos que el plan pueda contener.

En fin, si pretendía Maduro y su combo de comunistas trasnochados lavarse las manos ante el país y el mundo con esta propuesta, queda más clara conciencia ahora de que hasta para la defensa de los Derechos Humanos quieren imponer criterios, guiados de la mano izquierda de Tarek, quien no es neutral en nada; sino no asumiera el discurso gubernamental como propio, hablando recientemente contra la derecha y defendería al pueblo, como conjunto, a todos los venezolanos, como está obligado a hacer; no a quienes él considera que los son, o sea, los que considera de su lado, el izquierdo, rojo, dictatorial y vergonzante.

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