Los cubanos siguen escépticos sobre los posibles cambios

Los cubanos siguen escépticos sobre los posibles cambios

El estudiante de medicina Electo Rossel, espera los cambios en El Malecón REUTERS/Alexandre Meneghini
El estudiante de medicina Electo Rossel, espera los cambios en El Malecón REUTERS/Alexandre Meneghini

 

La escena era tan improbable que algunos cubanos apenas daban crédito a sus ojos: un secretario de Estado estadounidense dándole un discurso al Gobierno comunista de la isla acerca de la democracia y los derechos humanos en la televisión estatal, reseña Reuters.

 REUTERS/Alexandre Meneghini
REUTERS/Alexandre Meneghini

Cuando se izó la bandera de Estados Unidos en la embajada del país en La Habana, por primera vez en 54 años, John Kerry llamó a una “democracia genuina” en Cuba y sus palabras se transmitieron por todo el país en su totalidad, traducidas con exactitud al español para que todos pudieran entenderlas.





Kerry declaró que los cubanos deberían ser libres de elegir a sus propios líderes y dijo al Gobierno que debía respetar las normas internacionales de los derechos humanos.

El Gobierno cubano respondió a su vez criticando el desempeño de ese país en derechos humanos, pero permitió que se escucharan las palabras de Kerry.

Aun así, muchos dudan que eso lleve a grandes cambios.

“Lo que hace falta es que se hagan todas esas cosas que se están diciendo. ¿Si se habla y nada más? Vamos a ver”, dijo Leyania Martínez, de 44 años, vecina de la embajada estadounidense y que vio la ceremonia por la televisión.

La relación entre Estados Unidos y Cuba dio un giro dramático en diciembre cuando los presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaron el final de décadas de hostilidad.

Desde entonces, el Gobierno estadounidense ha reducido las restricciones a viajes y al comercio, con la convicción de que el compromiso con Cuba sería más efectivo para alentar las libertades personales en la isla que el embargo económico y la retórica de los tiempos de la Guerra Fría.

Los disidentes cubanos creen que Obama está haciendo un esfuerzo real por lograr un cambio pero que Castro se mantendrá firme y no cederá el poder que tiene el Partido Comunista.

“No, no va a cambiar nada porque el gobierno norteamericano demuestra buenas intenciones pero el régimen cubano no, sino todo lo contrario”, dijo José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), el mayor grupo disidente de la isla.

Como otros disidentes, Ferrer no fue invitado a la ceremonia de izamiento de la bandera, pero sí se reunió con Kerry en la residencia estadounidense.

Pese a su escepticismo, Ferrer quedó impactado por la imagen de la transmisión del mensaje de Kerry en la televisión estatal cubana.

“En Cuba es muy difícil que alguien oiga esto en la televisión. Entonces eso es positivo para la causa que llevamos adelante”, sostuvo.

Testigo de la historia

 REUTERS/Alexandre Meneghini
La embajada de Estados Unidos, ahora es una atracción turística REUTERS/Alexandre Meneghini

Unos pocos cientos de cubanos y de turistas desafiaron el intenso calor de agosto y la férrea seguridad en torno a la embajada para ver la bandera estadounidense ondear mientras una banda militar de ese país tocaba el himno de Estados Unidos.

Otros miraron la ceremonia en casa o en sus trabajos.

Los cubanos en general están satisfechos con el deshielo en las relaciones entre La Habana y Washington, pero tienen opiniones divergentes sobre si eso podría mejorar sus vidas.

Muchos esperan que el ingreso de turistas y empresas de Estados Unidos impulsen la actividad en la isla, aunque por ahora el embargo se mantiene y la economía cubana sigue siendo débil.

“Yo con un salario no me puedo mantener”, declaró Isabel Valencia, de 44 años, que tiene un negocio de pastelería en La Habana y que se quedó en Cuba mientras la mayoría de su familia se fue a Estados Unidos. “Ese es el cambio que yo quisiera ver: ganar suficiente para vivir, no hacerme rica ni nada”.

En Camagüey, en el este de la isla, Anaida Morales comentó que “hace falta que el gobierno cubano también actúe en consecuencia y sea un poco mas flexible para que la población pueda ver a los beneficios”.

Mientras algunos cubanos se preguntaban sobre su propio Gobierno, otros dudaban que Estados Unidos estuviera listo para cambiar y opinaron que tiene poca credibilidad en temas de derechos humanos.

“Los Estados Unidos quieren hacer ver que son los que practican la verdadera democracia. ¿Pero quién ha hecho más barbaridades en el mundo que los Estados Unidos? Quién ha invadido aquí a todos los países latinoamericanos, incluyendo a Cuba? Estado Unidos”, acusó Melanio Martínez, de 79 años.

Tanto Washington como La Habana dicen que habrá obstáculos y disputas en el futuro. Pese a las modestas reformas desde que asumió el mando en la isla en el 2008, Castro ha dejado claro que no tiene intenciones de permitir cambios políticos rápidos.

Félix López, cerrajero en La Habana, se preguntaba cuánto más progreso podría ver.

“Dicen que esto va a ser a largo plazo, pero si el plazo es muy largo, yo no lo voy a ver. ¡Tengo 65 años!”, dijo López. “Esta es una población de personas mayores. Ambas partes tienen que apurarse porque cada día las necesidades son más”.

Por Jaime Hamre/Reuters