El Gobierno no termina de voltear su mirada hacia San Félix

El Gobierno no termina de voltear su mirada hacia San Félix

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“Habrá un momento en que la gente se va a cansar”, afirma Juan, un joven vendedor del mercado de Chirica, para referirse a la tensión que permanece entre los ciudadanos por no conseguir los productos de la cesta básica. Como muchos, él presenció los saqueos del 31 de julio en la avenida Manuel Piar de San Félix, incluso en ese mismo mercado, publica Correo del Caroní.





A raíz de aquellos hechos, sobre los que el gobernador Francisco Rangel Gómez afirmó que se trataba de un suceso “planificado”, tanto el mandatario regional como los ministros Héctor Rodríguez y Haiman El Troudi, prometieron villas y castillos para San Félix.

Sobre el desabastecimiento, Rodríguez anunció la activación de 67 puntos de venta de alimentos a cielo abierto en San Félix; en el caso del transporte público, que fue el detonante del saqueo en dos comercios, se habló de crear la Autoridad Única del Transporte en la ciudad.

Nada ha cambiado

“Vivimos igual que siempre, lo único que ha cambiado es que la gente ya no sale como antes, después de lo que pasó ese día (31 de julio), pero habrá un momento en que la gente se va a cansar, la gente se pelea es por la comida”, manifestó Juan a las afueras del mercado de Chirica, donde reportaron un conato de saqueo el sábado.

Policía del estado Bolívar y Guardia Nacional Bolivariana (GNB) tienen que resguardar los comercios para prevenir que se repitan estos disturbios. En el mercado de Chirica el problema surgió por la venta de harina de maíz precocida. “Repartieron solo 60 números para esa cantidad de gente que había allí, cuando les dijeron que no venderían más la gente se molestó y se alzó”, comentaron testigos.

Más adelante, en su puesto de venta, estaba otro joven, Daniel. “Nada ha cambiado, todo sigue como antes, en el tema de la comida esto está peor”. Reporta además que se mantiene el descontrol del transporte público en el cobro del pasaje. “Esos autobuses rojitos que son del Gobierno cobran 50 y hasta 70 bolívares para la ruta que va hasta el cruce de El Rosario”, denunció.

Tres paquetes

Puerto Ordaz no es la excepción al problema de la escasez, el desabastecimiento y el bachaqueo. Desde temprano el sábado, a las afueras del Santo Tomé de Castillito predominó una gran cola, que dada la cantidad de gente, funcionarios policiales recurrieron a trancar la calle para controlar la entrada al establecimiento sin que si generaran disturbios.

Los funcionarios abrieron nuevamente el paso, y cada cierto tiempo la gente se desesperaba por lo lento que avanzaba la fila. Querían comprar un paquete de harina precocida, un paquete de detergente y un paquete de pañales presentando la partida de nacimiento original.

“No se consiguen ninguno de los productos de la cesta básica, a menos que vayas a donde un bachaquero. Aquí tienes que pasar hasta ocho horas haciendo cola para poder comprar, hay gente que se queda durmiendo aquí apartando su puesto, yo estoy desde las 5:00 de la mañana (cinco horas de espera) y ahora es que me falta para que me toque entrar”, se quejó una de las cientos de personas que esperaban poder cumplir con su compra.

Cada cierto tiempo se escuchaba el rebullicio de la gente desesperada porque la cola no avanzaba o reclamando por aquellos que pretendían colearse, mientras que la Policía custodiaba la entrada.

“Este no el país que queremos nosotros… cómo es posible que el presidente y el gobernador digan que todo está chévere, ¿qué es lo bueno que estamos viviendo?… estamos es en retroceso, viviendo una Venezuela que nunca se había vivido”, lamentó Alfredo Gómez, uno de los tantos ciudadanos en cola para comprar alimentos.

Independientemente de la tendencia política, la queja es la misma. Las denuncias se centran en las calamidades y maltrato que viven no solo los guayaneses, sino todos los venezolanos, por el peregrinaje que deben pasar para ubicar el producto y con suerte comprarlo a un precio justo. La aplicación de los captahuellas o restringir las ventas por número de cédula no han logrado revertir la crisis.