Cómo si se tratara de una caricatura. El cuento de nunca acabar. Mientras los venezolanos sufrimos los embates de la peor crisis política, económica y social en nuestra historia, quienes mueven los hilos del país tienen el tupé de viajar a La Habana para celebrar el cumpleaños del artífice de este sistema retrógrado que hoy nos tiene pasando necesidad y hambre.
Se gastan miles de dólares en visitas de placer, mientras nuestros pacientes con algún tipo de cáncer ven empeorar su calidad de vida, porque no consiguen los medicamentos oncológicos. ¡Una cruda realidad! No en vano la Organización Panamericana de la Salud (OPS) está preocupada. Y es que de 10 medicinas, solo hay 3 disponibles en Venezuela, por falta de divisas para importaciones.
El drama es a todo nivel. Se sufre en cada hogar venezolano; cuando vamos al supermercado, a la farmacia, al Hospital o a una Clínica privada. “No hay”, se lee en los carteles de los establecimientos comerciales. “Solo puede llevar 2”, te dicen en las panaderías cuando vas a comprar pan canilla. “Debe traer alcohol y gazas”, te piden en los centros asistenciales. ¡El cuento de nunca acabar!
Llevamos más de 16 años sobreviviendo a un desamor gubernamental, sin precedentes. Y desde Miraflores se ríen. Lanzan cadenas propagandísticas, para mentirle al pueblo, cuando la verdad es que nos tienen pasando trabajo y del bueno, ante la mirada ciega de las instituciones.
Mejor ejemplo, la flojera legislativa que ha caracterizado por años a la Asamblea Nacional; poder del Estado que entre sus funciones debería trabajar para aprobar las leyes que requiere el país, y controlar la actuación del gobierno, pero que en la práctica delega sus funciones al Ejecutivo a través de “poderes especiales”, y para rematar se va de vacaciones, omitiendo discusiones tan importantes como la escasez de alimentos, medicamentos, así como la gigantesca crisis que afrontamos como nación.
Un Parlamento que a lo sumo sancionó 2 Leyes durante los últimos ocho meses, y que lamentablemente lejos de representar al pueblo como lo establece nuestra Constitución, favorece intereses políticos únicos, en beneficio de un grupito: los enchufados.
Una Asamblea Nacional que quedará renovada el próximo 6 de diciembre, y que con vocación y verdaderas ganas, comenzará a trabajar por el bien común de los venezolanos.
Unión y CAMBIO mi gente.
A votar, a ganar y a defender la Asamblea Nacional a partir del 6 de diciembre. ¡Por Venezuela vale la pena seguir luchando!