Se siente en cada rincón de nuestra amada Venezuela. Se ve en la mirada de ilusión de los ciudadanos; en la madre de familia que se asoma a la ventana a esperar a que sus hijos lleguen de la escuela; en los estudiantes que despiertan con el alba para llegar temprano a clases; en la cajera de supermercado que trabaja con perseverancia para llevar alimento a la casa; en el chofer del carrito por puesto y hasta en esos abuelos que tuvieron la oportunidad de vivir en un país muy distinto, que hoy se sienten invisibilizados por la llamada “revolución bonita”, y que sueñan con un mejor futuro para sus nietos.
El pueblo quiere cambio, y desde la unidad estamos trabajando duro para alcanzarlo. ¿Cómo no luchar intensamente para reconstruir a Venezuela?
Somos una sociedad que pese a las adversidades sigue mostrando su mejor sonrisa, porque sabemos que aún estamos a tiempo de rescatar lo más valioso de nuestra Patria. Esa bondad, generosidad, hermandad y humor que nos caracteriza dentro y fuera de las fronteras, y que nos da la fortaleza para seguir firmes en esta dura batalla.
Somos creativos y lo hemos demostrado en momentos de crisis. Tenemos carencias, pero nos ayudamos pese a las diferencias, por eso nunca faltará una arepa en nuestra mesa; porque si no conseguimos harina de maíz, la hacemos de trigo. Y no se trata de conformismo. Simplemente ¡Así somos los venezolanos!
Somos un país que quiere avanzar hacia el progreso y la modernización, pese a las dificultades. Que llora al ver a sus hermanos colombianos ser expulsados a la fuerza de nuestras tierras, como si fueran animales, por los caprichos de un desgobierno que solo siembra odio y que busca a como dé lugar enturbiar el camino del CAMBIO.
¡Están perdidos y lo saben!
Vivimos inmersos en una crisis política, financiera y social muy profunda; una escasez de alimentos digna de una economía de guerra, y el gobierno lejos de buscar soluciones de raíz, genera problemas., y más problemas. El mejor ejemplo es la crisis migratoria que se ha desatado en los límites con Colombia, a raíz del estado de excepción constitucional decretado por al menos 60 días en 6 municipios del estado Táchira; una medida que hasta la tarde de este lunes había expatriado a más de mil 100 ciudadanos neogranadinos, y que a diario genera pérdidas mil millonarias a Venezuela.
No es cerrando la frontera, ni deportando colombianos como vamos a resolver el problema del contrabando Presidente; mucho menos la crisis económica y la inseguridad. Será a través de la proposición y no de la confrontación, que lograremos combatir la delincuencia y el bachaqueo. Ojalá y logren entenderlo a tiempo.
La misión es una sola, y se llama Venezuela.
Unión y CAMBIO mi gente. Resistir y avanzar.