Leonardo Fernández: Un regalo para Maracaibo

thumbnailLeonardoFernandezHace 486 años el alemán Ambrosio Alfinger, fundó nuestra querida ciudad de Maracaibo. Desde los tiempos de la colonia este territorio se caracterizó por su búsqueda de autonomía y su rechazo a que le fueran impuestas decisiones en las cuales no participaba. Es por esta razón y no por una fidelidad al monarca español, que Maracaibo tardó en plegarse a la lucha independentista, temiendo que desde Caracas se aplicara un centralismo más férreo que el de Madrid, que por su distancia le daba a la ciudad cierta autonomía.

Durante el desarrollo de nuestra vida republicana, nuestra provincia siempre reclamó autonomía ante el centralismo de nuestros gobernantes, convirtiéndose en una molestia para muchos autócratas venezolanos. Nuestra ciudad sufrió muchas veces los embates del centralismo, que intentaba doblegar el espíritu contestatario de los marabinos.

Durante la década del 90 los con el proceso de elección de gobernadores y alcaldes, fué desde nuestra región donde los gobernadores, independientemente de su color político, clamaron por la descentralización, desde Oswaldo Álvarez  hasta Francisco Arias (aunque hoy defienda lo contrario) fueron defensores de la descentralización, como la mejor forma de solucionar los problemas de la metrópolis.





Los resultados de aquel proceso de descentralización fueron notables, gobiernos como el primero de Arias (que es diametralmente opuesto al desastre actual), de Manuel Rosales y Páblo Pérez desarrollaron obras de gran calado e importancia para la región. La descentralización significó la materialización de las luchas por autonomía que los marabinos vienen desde sus orígenes, y un período de desarrollo y progreso para la región zuliana.

Lamentablemente afrontamos estos 486 años en medio de una nueva arremetida centralista, que pretende darle más poder a la autocracia de turno. El centralismo se ensaña en especial con Maracaibo por su tradición rebelde, luchadora y autónoma. Como en el pasado, los actuales tiranos quieren “mirarnos de rodillas sin prez y sin honor”, pero como todas las veces que se ha intentado domar a este pueblo, chocarán con el coraje  de los marabinos.

Nuestra urbe despierta en sus 486 años despojada de muchas competencias, con presupuestos injustos, con la capacidad para recaudar impuestos reducido; pero con la fe en sus ciudadanos para promover el cambio que tanto necesita. En este cumpleaños el mejor regalo para nuestra ciudad es salir en diciembre a votar en contra de quienes han actuado en su contra.