Estos son los tres antecesores del papa Francisco que también visitaron EEUU

Estos son los tres antecesores del papa Francisco que también visitaron EEUU

Foto EFE
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Francisco, que llega hoy a Estados Unidos procedente de Cuba, es el cuarto papa que viaja a Estados Unidos, uno de los países más visitados por los pontífices de la Iglesia católica en sus giras pastorales.

EFE

La visita del argentino Bergoglio a EEUU, segunda etapa del viaje que inició en La Habana, tiene lugar poco después de su decisiva mediación en el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ese país y Cuba, un conflicto con más de cincuenta años de tensiones, ruptura de relaciones y embargo económico.

Pablo VI fue el primer pontífice que pisó suelo estadounidense. Lo hizo el 4 de octubre de 1965, tres años después de ser elegido papa, tras la muerte de Juan XXIII.

El italiano Montini visitaba EEUU en plena “guerra fría”, faltaban diez años para que finalizara la guerra de Vietnam y unos meses para que se clausurara en Roma el Concilio Vaticano II, que abrió las puertas de la Iglesia al mundo.

“No más guerras”. “Razón, derecho y diálogo tienen que regir las relaciones internacionales”, dijo el primer papa que se dirigía al plenario de Naciones Unidas.

Se reunió con el presidente Lyndon B. Johnson; en Nueva York asistió al pabellón de la Santa Sede en la Feria Mundial y celebró misa en el Yankee Stadium.

Juan Pablo II fue el pontífice que más veces estuvo en Estados Unidos. Lo hizo en siete ocasiones: en 1979, 1987, 1993, 1995 y 1999, más dos breves paradas en Alaska, en 1981 y en 1984.

Fue el 2 de octubre de 1979 cuando el papa polaco viajó por primera vez al país, un año después de su elección.

En esa visita de nueve días, en la que recorrió más de 18.000 kilómetros, hizo parada en Boston, Filadelfia, Des Moines y Nueva York, donde en el estadio de los “Bomberos del Bronx” se dirigió a la comunidad hispana.

“Vengo aquí porque conozco las condiciones difíciles de vuestra existencia, porque sé que el dolor se hace presente en vuestras vidas”, dijo el pontífice, que en todos sus viajes estadounidenses tuvo palabras y gestos en español y para la comunidad hispana.

Wojtyla, que ante el plenario de Naciones Unidas repitió el mensaje de paz de su antecesor, se entrevistó entonces con el presidente Jimmy Carter y en las siguientes giras pastorales con Ronald Reagan y con Bill Clinton.

En su viaje de 1987, el más largo, de once días de duración, abordó el tema del desarme y coincidió con Reagan en su condena al comunismo y en su fe en los valores tradicionales.

“La mano de Dios, el resurgimiento de la fe y el irresistible poder de la renovación religiosa llevarán la libertad a los países socialistas”, afirmó el gobernante tras su encuentro con el pontífice.

Wojtyla volvió a Estados Unidos en 1993. Trató la cuestión del aborto con mensajes contundentes. “Si EEUU quiere una justicia equitativa para todos y una verdadera libertad y paz duradera, debe defender la vida”, dijo en Denver al lado del presidente Clinton, quien durante su campaña electoral había apoyado el derecho a la interrupción del embarazo.

En 1995, cuando visitó Nueva York, Nueva Jersey y Baltimore, afrontó el problema de la inmigración, y en enero de 1999, en su último viaje a EEUU, abogó por un nuevo milenio de “solidaridad, libertad y justicia” para este país y para las Américas.

Fue una visita de treinta horas a San Luis (Misuri), “enclave católico” en el Medio Oeste estadounidense, que despertó una expectación no conocida desde el vuelo de Charles Linbergh a bordo del avión “Spirit of St Louis”, el primero que cruzó el Atlántico.

Benedicto XVI fue el tercer papa que viajó a EEUU, del 15 al 20 de abril de 2008. Se reunió con George W. Bush en la Casa Blanca y visitó Nueva York, donde pronunció su discurso ante las Naciones Unidas e impartió la bendición en el sitio del World Trade Center.

El papa alemán, que en Washington se reunió por sorpresa con un grupo de víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, reiteró su “profunda vergüenza” por estos casos que tuvieron lugar en el seno de la Iglesia estadounidense, una de las más afectadas y a la que el papa instó a comenzar un “tiempo de purificación”.

En el país al que llega hoy el papa Francisco la religión católica es mayoritaria, con 76,7 millones de católicos en 2014, según la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.

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