Jorge Millán: Apocalipsis revolucionario

Jorge Millán: Apocalipsis revolucionario

thumbnailjorgemillanDos billones de dólares ha manejado la revolución madurista desde que llegó al poder, son más de 150 planes Marshall que nos hubiesen permitido tomar el camino del desarrollo nacional.

Sin embargo, esa cifra impensable que llegó como el dinero cuando tenemos la fortuna de ganarnos la lotería, vino acompañada de la desafortunada sorpresa, también inimaginable, de que tendríamos a un Presidente tan incapaz que logró dilapidar el dinero de los venezolanos, llevarnos a la miseria y devastar el país.

Maduro exhibe dentro de sus logros tener 1.500 empresas expropiadas y que solo funcionen el 25%, quedándose con más de 4 millones de hectáreas de tierra y que solo produzcan el 2%; que los venezolanos tengamos uno de los ingresos más bajo de América Latina y además hacer más de 5 horas de colas para comprar alimentos sin saber si los vamos a obtener.





Por supuesto, considerar que nuestro mandatario no ha obtenido logro alguno podría considerarse una desconsideración propia de la ceguera generada por la polarización, por ello, hay que reconocer que ha resuelto el problema de la inseguridad, pero para sus familiares y amigos, así como ha generado riqueza y bienestar, pero para sus enchufados.

Quienes hace más de tres lustros apostaron por un cambio jamás pensaron que este los llevaría a la situación que vivimos hoy, creían que era la oportunidad para que Venezuela progresara y nos trajera calidad de vida. Sin embargo, consiguieron una clase política envilecida cuyo único interés es preservar sus privilegios, sin importar el daño a la nación.

La situación que vivimos es apocalíptica, sobre todo porque nada nos indica que de continuar con el modelo madurista y su corte gobernante vayamos a mejor. Por el contrario, no hay que tener dos dedos de frente para pronosticar un futuro peor al presente cruel que estamos viviendo.

Por ello, la necesidad de cambio se expresa hoy como un clamor popular. Una ruptura con el oficialismo que le permitiría al país reencontrarse con un destino propio para una nación como la venezolana, que fue capaz de oler los vientos de libertad tempranamente y se convirtió en la gran palanca de la liberación de los pueblos de América, que durante el siglo veinte fue ejemplo de progreso y hoy lamentablemente se encuentra en declive fruto de la incapacidad y la corrupción de la clase gobernante.

Son muchas las oportunidades que nos ha brindado el siglo XXI para que nuestro país generara las condiciones para un desarrollo sostenible, pero lastimosamente no las aprovechamos.

Ahora se nos presenta la oportunidad de modificar el rumbo a través de las elecciones del parlamento nacional el 6 de diciembre. Es trascendental que todos los venezolanos comprendamos que no podemos perder el tren de la historia. Estamos obligados a concretar el cambio por la salud del país y el futuro de los venezolanos.

@jorgemillant

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