William Anseume: Diosdado Cabello vs la inteligencia universitaria

William Anseume: Diosdado Cabello vs la inteligencia universitaria

William Anseume Ni Cabello ni Maduro son universitarios. El cuartel ni los autobuses enseñan la labor académica. Aunque suene un tanto a jactancia, quien no ha sido universitario ignora el funcionamiento de las libertades de cátedra y de pensamiento; al final son lo mismo. El cuartel enseña de obediencia y de dar órdenes y arrojo, valentía, estrategias, batallas, armamentos y violencia, finalmente. La universidad enseña la diatriba, el disentimiento, el pensamiento crítico para  crear y avanzar, las opiniones diversas, el diálogo fructífero, la solución como hallazgo. Son elementos encontrados, casi que irresolublemente encontrados, los del militar y el académico. Otra vez Vargas enfrentando a Carujo y sus carujadas.

Nota de presa

El tres de noviembre se produjo el “Acuerdo en rechazo a la paralización de las universidades autónomas” de la Asamblea Nacional vitoreado por los rojos oficialistas y contrariado por los opositores. Diosdado llevó a su terreno la discusión sobre lo académico y el no reinicio de actividades docentes que Maduro no ha sabido ni podido enfrentar, debido a que no sabe de diálogo ni de resolución sin órdenes cumplidas tampoco. El modelo a copiar, malamente, por Maduro, es el del otro militarete que fue Hugo Chávez, no conoce otro. La historia está plagada de discusiones de este tipo donde siempre la universidad se impuso, con su conocimiento y su trayectoria. Autoridades, profesores y alumnos perseguidos, apresados o muertos son constantes en el devenir de dictaduras contra la inteligencia y el libre pensamiento.





Los considerandos del acuerdo son vomitivos. Asquean sus falsedades. Dice que las “universidades públicas están secuestradas por fuerzas de diferentes signos”. No existe tal secuestro. El secuestro se da, frontal, en las universidades intervenidas, donde no se puede realizar elección de autoridades ni de nadie, porque todo es impuesto. Vale la pena ver el video de un Rector gobiernero, militar para más signo, llamando a organizarse a los miembros de su comunidad universitaria para conseguir votos. Eso es un secuestro político-ideológico de una institución universitaria. Inaceptable. Vil.

Otro considerando dice, falazmente, que “Este es el único Gobierno en los últimos cincuenta años, que le ha entregado a las universidades recursos para su desarrollo institucional”. Mentira canallesca. No es así. Ahora en las universidades no hay ni papel ni tinta para imprimir documentos, por decir alguna de las carencias mínimas.

Habla también de la baja en los precios del petróleo, pero no de los malos manejos económicos cuando estuvo alto ese precio, del burdo derroche y del despilfarro.

Habla este triste documento de que los Estados Unidos de Norteamérica quiere derrotar la democracia. Y de que “los estudiantes de otras universidades del país siguen sus carreras sin   problema de ninguna otra naturaleza”. Será en otro país. Porque en todas las instituciones venezolanas hay problemas ahora, causados precisamente por el gobierno, carencias de profesores, de ganas, de ánimo, desesperanza y carencia infinita de recursos para su progreso.

En fin, Diosdado, nada tienes que buscar enfrentando a las universidades, no es este tu terreno de guerra. Dile a Maduro que se siente a negociar con la Federación de Profesores Universitarios una salida de este problema inmenso que es el descuido sobre los problemas socioeconómicos de los profesores universitarios, este paupérrimo nivel de vida al que el gobierno nos somete y que hace que los profesores mejor formados, expertos, se vayan, por cantidades, del país a buscar lo que el suyo no les da.

Y, por último, sólo me queda llamar a los universitarios venezolanos a trabajar efectiva y diariamente en procura de modificar esa Asamblea Nacional y llenarla de esperanza a ella y al país, para que haya finalmente más productividad, más inversiones y más seguridad, para que no tengamos que rotar por el mundo buscando una silla donde trabajar con algo de tranquilidad. Generemos la esperanza para un futuro más próspero y más feliz que esta miseria en la que estos asambleístas chavistas, borregos, sin pensamiento, nos tienen sumidos.

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