Alcaldes de la frontera dicen que a 90 días del cierre aún persiste el contrabando y el desabastecimiento

(foto Jorge Castellanos)
(foto Jorge Castellanos)

Al cumplirse 90 días del cierre del paso fronterizo de Táchira con el departamento Norte de Santander y prácticamente el mismo lapso de vigencia del estado de excepción, el desabastecimiento de alimentos, el contrabando, la devaluación de la moneda y algunos problemas de inseguridad siguen presentes en los municipios limítrofes, donde el Gobierno venezolano comenzó a implementar estas medidas el pasado 19 de agosto. Así lo reseña lanacionweb.com / José G. Hernández   

El cierre del paso por los puentes internacionales y la declaratoria del estado de excepción fueron medidas adoptadas por el presidente Nicolás Maduro como respuesta al ataque que sufrieron tres militares del Ejército y un civil, por parte de grupos paramilitares que manejan el negocio del contrabando, narcotráfico, la extorsión y otros ilícitos que afectan a la economía venezolana.

Los alcaldes de los municipios Bolívar y Pedro María Ureña, Simón Vargas y Alejandro García, incluso coinciden en señalar que el desabastecimiento “es peor que antes del cierre de la frontera”. A los problemas ante señalados, los gobernantes locales añaden la afectación que se ha causado a la economía de la región, con cerca del 70 por ciento del comercio y la industria paralizados, incremento del desempleo, porque las empresas ya no son capaces de pagar la nómina y los compromisos con los trabajadores.





“La frontera sigue trancada para los pendejos”

El alcalde de Ureña, Alejandro García, dice que las medidas adoptadas por el Gobierno “no han servido absolutamente para los propósitos que se pretendían; en la frontera, a pesar del esfuerzo que ha hecho el alto mando militar, a cargo del general Carlos Martínez, siguen sucediendo hechos de contrabando con complicidad de algunos funcionarios, no todos, por supuesto, pero la frontera sigue trancada para los pendejos. Esa es la apreciación que yo tengo”, afirma.

El deterioro de la economía en el municipio Pedro María Ureña es evidente y se refleja en la disminución en 70 por ciento en la fabricación de diferentes rubros que hacen parte de la economía nacional. “El que producía 100, ahora produce 30, eso quiere decir que lo prolongado del cierre ha afectado a tantas empresas que, inclusive, muchas ya no van a abrir en enero, y las otras están pasando un trago grueso para poder reunir las prestaciones sociales y los aguinaldos de sus trabajadores, y con toda seguridad que están descapitalizadas y no podrán abrir operaciones en enero”, asegura.

Asimismo, -dice- lo que más me preocupa es que un país construye un puente internacional de seis canales en Tienditas, para cerrar la frontera. Eso es lo que llamamos el mundo al revés. En cuanto a la seguridad, sostiene el alcalde García, podría decir que ha sido tal vez el único acierto que ha tenido este cierre de fronteras, por tratarse de que han sido controlados los grupos subversivos que operaban en la zona, pero el contrabando, aunque no en la cuantía en que se manejaba antes, sigue fluyendo hacia Colombia por algunas rutas clandestinas y con complicidad de algunos funcionarios que tienen a su cargo evitar que eso suceda.

En lo que respecta al abastecimiento de alimentos, el burgomaestre dijo que en Ureña no se consigue nada. El miércoles había en el barrio El Cementerio unas 1500 personas aproximadamente para comprar un kilo de arroz cada una, es insólito lo que está sucediendo en un país donde nos jactábamos de decir que era de progreso y de bonanza.

“Antes del cierre y del estado de excepción, aquí existían Fuerzas Armadas, cuerpos policiales y las cosas que sucedían era con la anuencia de algunos de ellos; por lo tanto, no vemos la necesidad de trancar una frontera durante 90 días y que los resultados sean tan pobres. Se decía que toda la comida de Venezuela se iba por aquí, se cerraron los puentes y entonces ahora qué excusa hay para decir que no hay alimentos en los anaqueles del estado Táchira. Además, tenemos información que por Guarumito el paso de la gasolina es campante, los contrabandistas tienen patente de corso para llevar el combustible al otro lado. Como no llevan nada en el vehículo se supone que no son contrabandistas, pero si se están llevando la gasolina, igualmente están contribuyendo con el desabastecimiento del Estado venezolano”.