Alivio en las calles de Caracas: Esto es el fin de la ruina y las mentiras

Alivio en las calles de Caracas: Esto es el fin de la ruina y las mentiras

(foto EFE)
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Dedos manchados de tinta, sonrisas y una tranquilidad insólita. Esto es Caracas al día siguiente de unas elecciones históricas. Incluso en los barrios más chavistas, donde la derrota debería resultar más dolorosa, como el famoso 23 de enero, se percibe una calma muy poco habitual en la agitada capital venezolana.

Por Enric González / El Mundo de España

A ello contribuyen muchos factores: los bancos, la mayoría de los comercios y los centros escolares permanecen cerrados; se mantiene vigente la prohibición de servir alcohol; el tiempo es soleado y agradable; las vacaciones navideñas son inminentes. Quizá la clave esencial radique en que nadie esperaba un resultado distinto al anunciado. Ocurrió lo previsto y ni el Gobierno ni sus fuerzas de choque callejeras plantearon objeciones. La sensación general era de alivio.





La gran cafetería Danubio, en la zona elegante de Chacao, congregaba a decenas de personas satisfechas que sorbían capuccinos y se intercambiaban guiños cómplices y felicitaciones. Lo normal. Dentro del complejo mecanismo de la revolución bolivariana, la lucha de clases siempre fue una pieza importante. Y el domingo la clase que frecuenta esta cafetería se sintió vencedora.

Las sutilezas del resultado eran más perceptibles en la tintorería Lavopronto de Los Ruices. Los dueños siempre habían votado a los conservadores y llevaban casi dos décadas de derrotas. Los empleados siempre habían votado a Chávez, y a Maduro en las últimas presidenciales, y llevaban casi dos décadas de victorias. Esta vez han ganado todos. Jefes y empleados votaron a la oposición. Unos y otros coinciden en el diagnóstico: la situación es insostenible, hace falta un cambio para mejorar la seguridad y el abastecimiento y frenar la inflación. Ahora bien, para los jefes, como Darío, el 6 de diciembre marcó “el fin del chavismo, el fin de las mentiras, el fin de la ruina”. Para los empleados, como Silvana, el 6 de diciembre habría de suponer “una corrección, una mejora, pero no la destrucción de todo lo bueno que hizo Chávez”.

(foto EFE)
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Unos y otros opinaban que haría falta diálogo. De si lo hay o no, en los meses venideros, dependerá que la tranquilidad de la jornada postelectoral sea una característica de una Venezuela en mejoría, o resulte sólo un momento efímero dentro de la convulsa historia reciente del país.