“Si el gobierno no entiende que el país cambió, los venezolanos podemos cambiar al gobierno”

cipriano

El Directorio del Centro Popular de Formación Ciudadana (CPFC), ante los resultados electorales del pasado domingo, y considerando las reiterativas declaraciones desafiantes de los diversos voceros gubernamentales, se dirige a la opinión pública nacional para fijar la siguiente posición, en aras de consolidar el anhelado deseo de cambio que aspira el pueblo venezolano:

En primer lugar, queremos felicitar de manera enfática a toda la ciudadanía por el comportamiento cívico demostrado en el proceso electoral, y por haber derrotado en las urnas a un régimen arbitrario y manipulador, que apeló no sólo a un escandaloso ventajismo, sino también a una avasallante campaña de engaño, mediante la cual pretendió hacerle creer al pueblo venezolano que los beneficios sociales alcanzados en estos años serían abolidos con el triunfo de la alternativa democrática, apelando para ello a la mentira descarada y a la tergiversación de hechos y declaraciones. Los ciudadanos no se dejaron engañar y votaron según su consciencia, motivados por un profundo deseo de cambio que acompaña hoy día a la gran mayoría del país, como quedó demostrado en la votación.





Mención especial queremos hacer de dos actores que resultaron claves en esta jornada: los invitados internacionales que trajo la Mesa de la Unidad Democrática, entre quienes destacaron los 6 expresidentes, y los responsables de cuidar los votos del cambio, encarnados en nuestros testigos de mesa, coordinadores de centros, movilizadores, y representantes ante las Juntas Regionales y el CNE. Los primeros hicieron un enorme aporte con su decidida actuación en favor de la transparencia electoral que debe privar siempre, y los segundos fueron los principales y más directos defensores de la voluntad popular que quedó registrada en las urnas y actas, haciendo posible consolidar la victoria. A todos ellos nuestro más profundo reconocimiento y gratitud.

Dicho esto, queremos dejar claro que compartimos con nuestros compañeros de la Unidad y los parlamentarios electos, el sentido de grandeza que los anima al anunciar que el triunfo será administrado sin espíritu revanchista. El odio ha sido el sentimiento sobre el cual ha cabalgado siempre el oficialismo, hoy severamente derrotado, y no sería entendible que fuese ahora exacerbado por nosotros, quienes apuntamos a la reconciliación y unión del país.

Ahora bien, una cosa es evitar persecuciones y no darle espacio a las bajas pasiones, y otra muy distinta es no interpretar en su justa dimensión el claro mensaje que envió el pueblo venezolano con ese contundente respaldo, expresado en contra de todas las dificultades, manipulaciones y abusos. Es nuestro parecer que la inmensa mayoría de los venezolanos aspira a un cambio profundo, que va más allá de la renovación de la Asamblea Nacional, y que apunta de manera inequívoca hacia el cambio del sistema imperante, del régimen, ya que entiende perfectamente que el modelo impuesto por el actual gobierno ha fracasado, y que sin una profunda rectificación no se podrá superar la crisis que hoy nos agobia a todos.

Aunado a esta lectura del alcance del resultado, se suma la insólita reacción del oficialismo ante su derrota, la cual, lejos de ser reflexiva y humilde, se ha tornado en agresiva, amenazante, ciega y atropelladora. Nos queda claro que el oficialismo no entendió lo sucedido el domingo, no lee el mensaje enviado por la mayoría de los venezolanos y, en consecuencia, no asimila que el pueblo los derrotó precisamente para poder abrirle las puertas al cambio, no para que el Gobierno mantenga su modelo fracasado, y mucho menos para que lo profundice.

En ese sentido, nos parece inaceptable, por ejemplo, que el jefe de campaña estrepitosamente derrotado, anuncie de manera tan arrogante y fuera de foco que ellos “no permitirán” que se modifiquen las leyes, o que el propio Maduro diga que él “no acepta” una Ley de Amnistía. Parece que no entienden que esas son facultades del Poder Legislativo y que hay una nueva y sólida mayoría que trae un claro mandato popular.

De igual forma, rechazamos el nuevo secuestro que se hará del TSJ, que será parcialmente renovado en los próximos días al margen de las exigencias constitucionales, y desde el cual se pretende minar el trabajo legislativo de la nueva Asamblea Nacional, así como las interpretaciones absurdas que se sostienen sobre una posible disolución de dicha Asamblea por parte del Presidente. Le recordamos al país que esa Facultad está absolutamente limitada a la verificación de un supuesto que no está planteado ni lo estará, como es la remoción del Vicepresidente de la República en tres oportunidades seguidas por voto de censura de las 3/5 partes de la AN en un mismo período.

En virtud de todo lo anterior, este Centro Popular de Formación Ciudadana, interpretando el sentimiento que sirvió de base a la contundente victoria obtenida el pasado 06 de diciembre, y ante la extraviada reacción del Gobierno Nacional, que evidencia una rotunda negativa al cambio que desean los venezolanos y más bien apunta hacia una política de saboteo a la gestión de la nueva AN sin ánimo de rectificación visible, anuncia que en los próximos días propondrá ante la MUD, nuestros parlamentarios y la opinión pública nacional, que se adelante el estudio de los mecanismos establecidos en la Constitución que podrían utilizarse para provocar eventualmente un cambio de gobierno el próximo año 2016, y que van desde el referendo revocatorio, pasando por la enmienda o reforma constitucional, y llegan hasta la posibilidad de una Asamblea Nacional Constituyente.

Más aún, al momento de plantear formalmente esta solicitud, este Centro hará una recomendación a la Unidad sobre cuál de estos posibles mecanismos en particular es el más adecuado, atendiendo a la oportunidad, iniciativa, alcance y procedimiento a seguir en cada uno de ellos; poniéndonos de antemano a la orden para participar en el debate que necesariamente deba darse sobre esta materia.

Los demócratas no queremos confrontación, pero no hay que titubear para impulsar un cambio de Gobierno en el marco de la Constitución, si éste se pone de espaldas al país y sólo busca obstaculizar el CAMBIO por el cual la mayoría votó de manera tan nítida.

Np