Correa no aspirará en 2017 a la Presidencia de Ecuador

REUTERS/Javier Amores
REUTERS/Javier Amores

Ecuador dice adiós al 2015 con el anuncio de otra despedida, quizá solo temporal, pues en las ultimas semanas del año se supo que su presidente, Rafael Correa, no se presentará en 2017 a las elecciones, castigado este año por la brusca caída del precio del petróleo y el fortalecimiento del dólar.

EFE

Al margen de la crisis económica, Ecuador vivió desde mediados de año entre la prevención y la preocupación por los posibles efectos del fenómeno de El Niño y por la amenaza que supone el despertar del temible volcán Cotopaxi, en pleno proceso eruptivo.





En un ambiente crispado, los ciudadanos expresaron durante gran parte del año en la calle su posición ante la coyuntura económica y política, que, una vez más, tuvo como protagonista a Correa, a cuenta, entre otras cosas, de la figura de la reelección indefinida, planteada en unas enmiendas a la Constitución.

Aunque el gobernante, en el cargo desde 2007, había dicho varias veces que no estaba interesado en optar a un nuevo mandato, defendió las enmiendas para introducir en la Carta Magna la reelección indefinida, lo que generó la desconfianza de la oposición política y de sectores críticos.

Las enmiendas, aprobadas en diciembre, incluyen una disposición transitoria, aupada por el propio gobernante, que impide optar a la reelección a quienes hayan disfrutado de su cargo durante dos períodos, por lo que Correa, ya reelegido en 2013, no se presentará a las elecciones de 2017.

No obstante, podría optar a otro cargo político y aspirar de nuevo a la Presidencia en 2021.

El gobernante ya había dado a entender su decisión e incluso había dicho que, ante la debilidad de la fragmentada oposición, su movimiento político, Alianza País, vencerá sin problemas en 2017.

Llegó a mencionar como posibles candidatos de su formación política al exvicepresidente Lenin Moreno, al actual vicepresidente, Jorge Glas, al canciller, Ricardo Patiño o al ministro del Interior, José Serrano, entre otros.

El asunto de las enmiendas, junto al malestar por la economía, motivó durante meses en las calles protestas que solo se detuvieron temporalmente en julio, durante la visita del papa Francisco, un acontecimiento que desató el júbilo de miles de ecuatorianos.

El pontífice, en una gira que le llevó también a Bolivia y a Paraguay, dejó en Ecuador sus mensajes a favor de la familia, del compromiso social, de la naturaleza y de los desfavorecidos.

Pero tras la marcha del papa, el Gobierno y sus críticos retomaron la confrontación y las protestas volvieron a las calles.

Correa arremetió contra ellos y les acusó de pretender “volver al pasado” como parte de una “restauración conservadora” que en la actualidad, según él, cierra filas en América Latina para desestabilizar a los gobiernos considerados progresistas.

Pero las protestas de sus contrarios arreciaron y, además, arremetieron contra propuestas del gobernante para elevar los impuestos a las herencias y a la plusvalía inmobiliaria, lo que propició la retirada de los proyectos del Parlamento, aunque el presidente asegura que volverá a presentarlos.

Otra medida que causó el malestar de sectores productivos fue el anuncio de recortes en los subsidios a los combustibles para lograr un ahorro de 337 millones de dólares a las arcas del Estado en 2016.

Y es que el país afronta un fuerte choque externo por el fortalecimiento del dólar y por la caída del precio del petróleo, cuyos ingresos por exportación, según Correa, podrían reducirse en 7.000 millones al cierre del año.

Estos dos factores, según el presidente, obligaron a tomar medidas extraordinarias en favor de una economía que, tras años de crecimiento constante, en 2015 podría ver limitada su expansión a un 0,4 %, de acuerdo con estimaciones del Gobierno.

Por ello el Ejecutivo decidió aplicar salvaguardas aduaneras a un tercio de los productos importados y, al mismo tiempo, impulsó otras para fortalecer la producción nacional.

También redujo en unos 2.220 millones de dólares el presupuesto de 2015 y, para 2016, se aprobó uno de 29.835 millones, menor en 6.482 al validado por la Cámara para este año.

El Ejecutivo cree que en 2016 las condiciones externas pueden empeorar, si bien espera que sea también un año de cosecha de resultados tras las inversiones efectuadas, entre las que destacan ocho proyectos hidroeléctricos que permitirían al país ahorrar 750 millones de dólares al año en combustible, según el Ejecutivo.