Gustavo Azócar Alcalá: Carta a los jalamecates de Padrino López

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La aplastante victoria de las fuerzas democráticas venezolanas agrupadas en la MUD, ocurrida el pasado domingo 6 de diciembre, todavía tiene atolondrado al gobierno. Maduro no termina de metabolizar la paliza. Han pasado varios días después de la exitosa jornada electoral y el ex chofer del Metro de Caracas aún no asimila la derrota. Nicolás siente que está viviendo una escena de la película “pesadilla en la calle del infierno”.

La misma sensación parece estar afectando a otros altos personeros del gobierno, entre ellos Diosdado Cabello, quien todavía no termina de aceptar que sólo le quedan 4 semanas como Presidente de la Asamblea Nacional. Cabello es, después de Maduro, el dirigente oficialista más golpeado con la derrota. Tanto así, que según fuentes vinculadas al Psuv, desde el lunes 7 de diciembre está ejerciendo presión sobre Maduro para ver si lo enchufa como nuevo Ministro de la Defensa, o en su defecto, como nuevo vicepresidente de la República, para no quedar fuera del tablero del poder.





Maduro y Cabello podrían protagonizar el personaje central de la obra El Traje Nuevo del Emperador, escrita en 1837. Ambos dirigentes tenían mucho tiempo desnudos frente a la militancia revolucionaria del Psuv, que sabía perfectamente que estos dos sujetos no tenían las suficientes credenciales para ocupar tan altos cargos. Pero el miedo hizo que nadie les dijera nada, hasta que la MUD los puso al descubierto el pasado domingo.

Pero así como Cabello y Maduro no terminan de sentar cabeza, y por el contrario, intentan huir hacia adelante, amenazando a diestra y siniestra a los 7.7 millones de electores que votaron contra los candidatos de la revolución el domingo 6 de diciembre, hay un minúsculo sector vinculado a las fuerzas democráticas que al parecer tampoco ha aprendido la dura lección que hemos vivido en los últimos 16 años, y está empeñado en que los venezolanos vivamos siempre a la sombra de los militares.

El domingo 6 de diciembre, tan pronto como se produjo el cierre de las mesas y centros de votación, algunos columnistas y escribidores, de esos que no pueden ver una cachucha y un uniforme verde oliva sin que se les bajen las medias, pusieron a circular el rumor de que había una reunión en Fuerte Tiuna, presidida por el Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, quien supuestamente se estaba rehusando a desconocer los resultados electorales que favorecían abiertamente a las fuerzas democráticas.

Durante la madrugada del lunes 7 de diciembre, luego que el CNE emitiera el primer boletín electoral, en el cual se anunciaba como ganadores a los candidatos de la MUD, los mismos columnistas y escribidores, pusieron a circular la supuesta versión de que el triunfo opositor había sido posible gracias a un general que supuestamente se enfrentó al gobierno para impedir el desconocimiento de la gran victoria democrática obtenida por el heroico pueblo venezolano. Ese general, según las historias difundidas en algunos medios y redes sociales, era nada más y nada menos que Padrino López.

Los jalamecates del actual ministro de la defensa, que al parecer no están conformes con los 16 años de gobierno militar que hemos tenido en el país desde 1999 hasta el presente, y que muy probablemente sueñan con tener a otro militar en la Presidencia de la República (tengo la impresión de que son los mismos que hace poco estaban promoviendo la candidatura presidencial de Raúl Isaías Baduel) montaron todo un dispositivo propagandístico para hacerle creer al país y al mundo, que el triunfo electoral del 6D no fue producto de la participación de casi 8 millones de venezolanos que votaron por el cambio, sino más bien gracias a la participación de un solo hombre: Padrino López.

Los jalamecates de Padrino López, algunos de los cuales muy probablemente habrán recibido jugosos dividendos económicos por su trabajo, pusieron a circular la versión de que este general se había enfrentado a Diosdado para impedir un fraude electoral y que, incluso, hasta se peleó con Nicolás Maduro para exigirle respeto a la voluntad del pueblo venezolano. Gracias a Dios, el mismo Padrino se encargó de echar por tierra esas versiones fantasmagóricas, al declarar, hace tan solo muy pocas horas, que tales versiones eran completamente falsas e infundadas.

Para los incautos que se creyeron el cuento de que Padrino López había “saltado la talanquera”, es bueno recordar lo que el ministro de la defensa declaró el  30 de septiembre de 2014, cuando dijo que “la nueva doctrina militar venezolana está bajo la visión chavista y nos obliga a cumplir con los fines esenciales de la nación con profunda lealtad al proyecto bolivariano”. 

Padrino López dijo ese día: “Resulta obvio decir que la Fuerza Armada ha sido forjada en estos 15 años de revolución, bajo la mirada constructora de Hugo Chávez que se ha hecho una doctrina, la doctrina chavista; y por ello hoy reafirmamos nuestro carácter patriótico, bolivariano, socialista y antiimperialista”.

Durante el  acto de investidura de 2.422 cadetes en el patio de la Academia Militar de Venezuela, en Los Próceres, Padrino López instó a respetar los principios que rigen la Universidad Militar Bolivariana y a defender con todo vigor y fuerza los postulados de la patria, de la Revolución Bolivariana, del Plan de la Patria que nos llevará definitivamente a la independencia absoluta”.

Padrino, a quien algunos incautos quisieron convertir en “héroe nacional” el 6D,  es el autor de la resolución 008610, que autorizó “el uso de la fuerza mortal” (uso de armas de fuego) en manifestaciones públicas. También es responsable del lema “Chávez vive, la lucha sigue”, de obligatoria pronunciación dentro de todas y cada una de las instituciones militares venezolanas. Y por si todo eso fuera poco, es el principal protagonista de los shows que se hacen con esas extrañas avionetas que se queman en tierra, sin tripulantes y sin drogas.

A los jalamecates de Padrino López, que funcionan como un Comando de Campaña, y que al parecer sienten una suerte de orgasmo cada vez que están cerca de una cachucha y de un uniforme verde oliva, habría que recordarles, con todo respeto,  que la aplastante y vigorosa victoria del 6D no tuvo nada que ver con lo militar. Todo lo contrario, fue una gran victoria del mundo civil. Hubo 7.7 millones de venezolanos que decidieron salir a votar por un cambio y que lo hicieron sin miedo.

Me atrevería a decir que los que votamos por ese cambio fuimos poco más de  8 millones, porque soy de quienes cree que los 683 mil electores que votaron nulo lo hicieron por equivocación, por rapidez, por impericia, por inexperiencia o sencillamente por no estar debidamente entrenados para votar. Esos votos nulos, no me queda la menor duda, eran mayoritariamente votos de la oposición.

Demeritar esa gran movilización nacional, pocas veces vista, y pretender hacernos creer que la victoria del 6D fue gracias a un general chavista (que se ha declarado socialista, anti imperialista y revolucionario) quien supuestamente se negó a acatar las órdenes que le dieron desde el Palacio de Miraflores o desde cualquier otro sitio, para que desconociera los resultados, es una insensatez y una falta de respeto para los 7.7 millones de votantes que cambiaron la historia de este país.

Ningún gobierno, ni aquí ni en ninguna otra parte, habría podido desconocer una victoria respaldada en 7.7 millones de votos. Si Maduro y Cabello hubiesen querido hacer eso les habría salido el tiro por la culata.  Todo parece indicar que hasta los soldados votaron contra el PSUV. Me cuesta creer que Padrino López, quien visitó La Habana y hasta se tomó unas fotos al lado de Fidel Castro, se haya peleado con Maduro y Diosdado por los resultados del 6D. Pretender desvirtuar la fortaleza de una victoria civil como la del 6D y tratar de achacársela a un general, es una verdadera aberración.

Si algunos jalamecates y lameculos quieren lanzar a Padrino López como candidato presidencial, porque no pueden vivir sin un uniforme al lado,  que lo hagan. Están en todo su derecho. Seguro estoy que los promotores de ese proyecto político correrán la misma suerte que quienes querían lanzar como candidatos a Miguel Rodríguez Torres o a Raúl Isaías Baduel.

En lo que a mí respecta, no tengo nada que agradecer a Padrino López por la victoria del 6D. En todo caso, prefiero dar gracias a los soldados que custodiaron las mesas y los centros de votación por haber hecho bien su trabajo.   En mi humilde opinión, el aplastante triunfo del 6D fue producto de todos y cada uno de los venezolanos, amantes de la democracia y la libertad, los cuales demostramos, una vez más, que estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para cambiar a este país de una buena vez y para siempre.

 

  1. 11 de diciembre de 2015

 

 

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