Almagro cierra 2015 tranquilo por haber defendido los principios de la OEA

Almagro cierra 2015 tranquilo por haber defendido los principios de la OEA

 EFE/Lennin Nolly
EFE/Lennin Nolly

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, cierra el 2015 “tranquilo” por haber “asumido los problemas” del continente y haber “defendido los principios” fundacionales de la organización.

El excanciller uruguayo, que asumió el cargo el pasado 26 de mayo, hace un balance positivo de su primer medio año al frente del organismo y asegura que ha tenido “la independencia y la capacidad de acción” necesaria para asumir los retos de la región, según dijo esta semana en una entrevista con Efe.

“No me he sentido frustrado, hemos tenido un margen de independencia y una capacidad de acción fuertes para asumir cada uno de los problemas y proponer soluciones en esos asuntos. Estamos tranquilos, y lo vamos a seguir haciendo”, afirmó el titular de la OEA.





En apenas siete meses, varias crisis de envergadura han puesto a prueba el liderazgo de Almagro: la migratoria entre República Dominicana y Haití, la fronteriza entre Venezuela y Colombia, la de corrupción en Guatemala y la política en Venezuela ante las elecciones parlamentarias del pasado 6 de diciembre.

Esta última fue la más compleja para Almagro: su diálogo con la oposición dinamitó el acercamiento que había iniciado con el Gobierno venezolano, quedando así descartada cualquier posibilidad de que la OEA retomara sus observaciones electorales en Venezuela, vetadas por Caracas desde 2006.

A falta de esa misión electoral, Almagro decidió romper el largo silencio de la OEA sobre la situación en Venezuela con una carta de 18 páginas enviada el pasado 10 de noviembre al Consejo Nacional Electoral del país caribeño en la que denunciaba las dificultades de la oposición para participar en condiciones de igualdad.

“Lo más importante en un secretario general de la OEA es asumir los problemas, las diferentes situaciones de conflicto social, de crisis política o de otros tipos que se den en el continente”, defiende Almagro cuando se le pregunta por las voces que consideran que se excedió en las atribuciones de su cargo.

El Gobierno de Venezuela, su aliado de Nicaragua y el expresidente uruguayo José Mujica (impulsor de su llegada a la OEA) fueron los más críticos con su actuación, que recabó el aplauso de exmandatarios latinoamericanos como el colombiano Andrés Pastrana y de medios estadounidenses de prestigio como The Washington Post y The New York Times.

“Hemos trabajado para acercar posiciones pero también marcando muy claramente el deber ser, el deber ser jurídico, el deber ser social, el deber ser político. Porque lo que te da la OEA es uno de los catálogos más completos de principios que puede haber en el mundo, y definitivamente en el hemisferio”, sostuvo Almagro.

Uno de los retos de su mandato sobre el que aún no hay avances es lograr que Cuba vuelva a la OEA tras el levantamiento de su suspensión en 2009 y en un contexto de normalización de relaciones entre la isla y Estados Unidos.

“Hemos abierto nuestros brazos, hemos mostrado nuestra disposición. Hay un camino que se debe recorrer y no es un camino que pueda hacerse con atajos. Debemos respetar los tiempos políticos del Gobierno cubano y tener la mano abierta para una agenda positiva de diálogo con Cuba”, explicó Almagro.

Preguntado por si le gustaría visitar la isla como hizo su predecesor José Miguel Insulza, Almagro dijo que sí, que le gustaría “tener instancias de diálogo y acercamiento más allá de las instancias procesales para la inserción plena”.

En la lista de asuntos pendientes de Almagro para 2016 también está buscar una solución al crónico problema presupuestario que arrastra la OEA, una organización sin mecanismos para penalizar el impago de las cuotas por parte de los países miembros.

“La OEA es importante, pero no es importante pagar a la OEA, porque no pasa nada si uno no paga. Todo el diseño financiero de esta organización se hizo para desfinanciarla. Si usted me paga a plazos, tiene una quita importante, si usted no paga nada, no hay ninguna medida en cuanto a su voto o su opinión”, indicó Almagro.

“Cada medida tomada en esta organización -agregó- fue tomada para desfinanciarla completamente y eso es una lógica que va a tener que ser cambiada. Esperemos que los países asuman esas responsabilidades”.

Almagro, que no se irá de vacaciones navideñas porque aún no lleva un año en su puesto, mira a 2016 con el objetivo de mantenerse firme en la defensa de los derechos humanos y la democracia en todos los casos de vulneraciones que puedan darse en el continente.

El veterano diplomático y excanciller uruguayo (2010-2015) quiere irse de la OEA dentro de cinco años con el mismo “récord limpio” que ha labrado durante su carrera en defensa de esos valores.

“No hay ninguna cosa en este mundo que me pueda preocupar más que irme con el mismo récord limpio y proactivo en la defensa de esos valores”, aseguró.

“Si mañana tengo que dejar el alma, el cargo, la posición y el sueldo para defender esos principios, es lo que voy a hacer”, concluyó Almagro.

Cristina García Casado/EFE