Leopoldo López asegura que la prioridad de la oposición debe ser anticipar la salida de Maduro - LaPatilla.com

Leopoldo López asegura que la prioridad de la oposición debe ser anticipar la salida de Maduro

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“Ese día, luego de dos semanas luchando y exigiendo mi derecho a votar, pude hacerlo en horas de la tarde. Pese al aislamiento al que estoy sometido, esa misma noche pude enterarme de los resultados, y no pudo ser de mejor manera: estaba en mi celda cuando de pronto escucho a cientos de personas que viven cerca de la cárcel gritando ‘¡sí se puede, sí se puede!’. Y me sorprendió mucho cuando, en medio de la celebración, pude escuchar ‘¡Leopoldo amigo, el pueblo está contigo!’. Lo primero que me vino a la mente fueron las poderosas palabras de arranque de nuestro himno: ¡Gloria al bravo pueblo¡ y no pude contener la enorme emoción, muy parecida a la que tuve el día que recibí la noticia de que se habían fijado la fecha de las elecciones luego de que, junto con mi hermano Daniel Ceballos y más de 100 jóvenes en todo el país, hicimos una huelga de hambre de casi 30 días para exigirlas”.

Edgar López/ El Nacional
Lograr responder a las preguntas del Grupo de Diarios América sobre la coyuntura política económica y social de Venezuela y las posibilidades de cambio que se abren con el triunfo opositor en las elecciones del 6 de diciembre, es otra victoria frente a los esfuerzos del gobierno para silenciarlo y aniquilarlo políticamente. Todos sus movimientos están vigilados segundo a segundo, las pocas personas que pueden visitarlo (madre, hermanas, esposa, hijos y abogados) son sometidas a rigurosas y a veces humillantes requisas a la entrada y a salida de la prisión militar de Ramo Verde, y tiene prohibido comunicarse directamente con los medios de comunicación social. Como ha sucedido en otras oportunidades existe el riesgo de que conceder esta entrevista le cueste algún castigo a la entera discreción de sus carceleros, porque hasta excrementos han lanzado a su celda.





Sin embargo, ningún otro proceso judicial ha llamado la atención nacional e internacional tanto y tan sostenidamente como el de López. Desde organismos de protección de derechos humanos, encabezados por las más altas instancias de la ONU y la OEA, hasta presidentes y ex presidentes tan diversos ideológicamente como Barack Obama y José Mujica, así como el papa Francisco, han abogado por la libertad del preso político más emblemático del país, condenado a 13 años, 9 meses y 7 días de prisión por “usar el arte de la palabra”, como se indica textualmente en el fallo de la jueza Susana Barreiros. Y quizás sea el preso político más importante de América Latina, pues los 10 principales periódicos de la región, aglutinados en el GDA, lo escogieron como el Personaje Latinoamericano del Año.

López, que hoy 20 de diciembre cumple 669 días preso, ha superado el encierro y un juicio a puertas cerradas para promover el debate sobre las deficiencias democráticas en Venezuela y las transformaciones institucionales que adquieren mayor viabilidad luego de los comicios del 6 de diciembre. En su opinión, la transformación necesaria e impostergable no se limita a la alternancia en la conducción del Estado, sino que debe orientarse a garantizar la plena vigencia de los derechos consagrados en la Constitución sin exclusión alguna.

—¿Cómo durmió el 6 de diciembre?

—Esa noche me acosté más comprometido que nunca con la lucha democrática. Me dije: ha valido la pena, vale la pena cualquier sacrificio por la libertad de nuestro pueblo. Pensé en el sufrimiento que han tenido que pasar los venezolanos por culpa de un modelo equivocado, importado, que no se parece en nada a nosotros y que ha tratado de ser impuesto por la fuerza. Reflexioné mucho acerca de los venezolanos que en el pasado confiaron en ese proyecto y, defraudados, apuestan por un cambio. Es una obligación de la toda la Unidad comunicarles y hacerlos sentir que ese triunfo es de ellos, para ellos y por ellos. Al día siguiente ya pude enterarme por medio de mi abogado, de los detalles y de la magnitud de la victoria. Fue un plebiscito. No entre opositores y oficialistas, no. Un plebiscito entre todo un pueblo unido y una élite corrupta, ineficiente y antidemocrática encabezada por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Ese domingo los venezolanos escribimos un nuevo capítulo glorioso en nuestra historia al doblegar a una dictadura a través de los votos. El pueblo, consciente de toda su fuerza, se expresó por el cambio de forma arrolladora y no solo votó, defendió su voto hasta el final. Los venezolanos le pusimos la mano en el pecho a una élite que ha buscado hacernos creer que un país distinto no es posible y demostramos que es posible.

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