Oswaldo Páez-Pumar: La revolución golpista

Oswaldo Páez-Pumar: La revolución golpista

thumbnailcolaboradores-190x1301No resulta extraño que el teniente Cabello acompañado del diputado Carreño haya presentado al tsj ese extraño recurso solicitando que declare nulos todos los actos de la asamblea nacional. Actos cuyo contenido se desconoce pues no han sido dictados. Tampoco extraña que plantee la posibilidad de que el tsj sustituya en sus funciones a la asamblea. Le debe parecer insólito que la asamblea no abdique de sus facultades para legislar, como  lo hizo él cuando la presidió, por eso acude al tsj para que éste realice lo que él practicó con el bosque de manos alzadas de los miembros del PSUV.

Hace unos años  afirmé que ésta mal llamada revolución del siglo XXI quería llevarnos al caudillismo del siglo XIX. Estaba equivocado, a donde quiere llevarnos es al siglo XVIII, y no precisamente a sus últimas décadas, las que vieron la revolución americana y la francesa, sino al absolutismo monárquico previo de los borbones en Francia. Quisieron hacer de Chávez un Rey Sol y por eso la asamblea abdicó sus poderes en él y el tsj, aunque no lo hizo de modo formal, lo materializó con el “uh ah Chávez no se va” y acatando la sentencia dictada por él contra la juez Afiuni.

Ahora los herederos de Chávez pretenden dar otro zarpazo. La soberanía no reside en el pueblo, ni mucho menos de manera “intransferible” como lo indica innovadoramente la constitución. La soberanía reside en Chávez. Muerto éste, el PSUV es su intérprete mientras que el usurpador y Cabello son a su vez los intérpretes del PSUV. Los tres poderes que Montesquieu concibió separados y que conforman el desiderátum de un régimen democrático se unifican.





La pretensión de los diputados recién electos de asumir a plenitud su condición de poder autónomo es un atentado contra la revolución, que está por encima de la constitución, como solía enseñarlo José M. Delgado Ocando en la Universidad del Zulia y por eso fue llevado a la Sala Constitucional, para que interpretara la constitución de acuerdo con los intereses de ella, la falsa revolución que llaman socialismo del siglo XXI.

Las acciones de Cabello encaminadas al desconocimiento de la voluntad popular expresada en las elecciones del 6 de diciembre, son una pretensión de golpe de estado y desde luego constituyen una incitación a la rebelión. Quienes se confabulan con él incurren además en el delito de asociación para delinquir, no importa si son diputados, ministros, magistrados o el propio presidente.

Caracas, 13 de enero de 2016