Vladimir Villegas: “No estamos tentando ni provocando a nadie”

Vladimir Villegas: “No estamos tentando ni provocando a nadie”

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La noticia que casi le robó el show a la instalación de la nueva Asamblea Nacional fue la cobertura en vivo del canal de noticias Globovisión. La gente no sale del asombro y no es para menos, ya que tras la venta del canal, ocurrida en 2013, muchos tildan a Globovisión de chavista, si bien ellos sostienen que, finalmente, ofrecen una programación equilibrada. Opiniones aparte, Vladimir Villegas, periodista y ancla del programa Vladimir a la 1, prefiere ir directo a dos hechos concretos: el primero, que el cambio real ocurrido tras el 6D es que el gobierno dejó de ser mayoría en el país; el segundo, que pasó 2015 y el gobierno, hecho el loco, aún no ha renovado la concesión de Globovisión





 
Por Gitanjali Wolfermann

 
“Ni la MUD ni el gobierno me enamoran”, suelta un hombre cuya pasión por la política parece rendirse, únicamente, ante su compromiso con el periodismo. Al revisar su trayectoria, es innegable que Vladimir Villegas también tiene, como diría Ramos Allup, kilometraje. Experimentado periodista y político, fue consecutivamente congresista y diputado. Deben gustarle los retos, estar en el ojo del huracán, ya que desde 2013 forma parte, “como un simple ancla”, de la nueva Globovisión, canal que muchos perciben como afín al gobierno. De allí que el 5E, la etiqueta #NoLoPuedoCreer estoy viendo a Globovisión transmitir en vivo la instalación de la Asamblea Nacional, llegara a Trending Topic. ¿Qué cambió? Vladimir Villegas nos responde.

 
La cobertura en vivo de Globovisión fue la noticia que casi le roba el show a la instalación de la nueva AN. Muchos no salen del asombro. ¿Hay una Globovisión pre y post 5E?

 
– Lo que podemos decir es que hay una Venezuela pre y post 6D y, por supuesto, un canal de información como Globovisión tiene que reflejar los cambios que se producen en una sociedad. Nosotros no produjimos ese cambio, ni los dueños del canal ni los periodistas somos actores políticos. ¿Qué podíamos hacer, transmitir una cosa distinta a lo que estaba pasando en el país? Simplemente hacemos nuestro trabajo. Ahora, lo que ocurre es que la hipersensibilidad del poder, muchas veces, le juega malas pasadas a quienes lo tienen…

 
Ese fue, justamente, el siguiente acto: la reprimenda pública de Maduro, una advertencia con sabor a amenaza, como lo hizo notar usted en su carta titulada El Presidente y Globovisión, publicada el 12 de enero. A su juicio, ¿qué hizo mal Globovisión el 5E para incomodar tanto al presidente?

 
– Yo preguntaría, más bien, qué hizo bien Globovisión. Lo que hicimos fue mostrar lo que estaba ocurriendo en Venezuela. Siento que en el gobierno hay algo de angustia por la nueva coyuntura porque nunca se había manejado en la situación de ser minoría. Lo que ha cambiado es que el gobierno dejó de ser mayoría en el país y ese es un cambio muy importante que no puede ser ocultado bajo la alfombra, por lo tanto, el problema está en cómo asume el gobierno esa realidad, no en cómo Globovisión cubre esa nueva realidad. A un medio como Globovisión se le debe juzgar por sus acciones, por sus actos, por el trabajo que hace; no tenemos razones para no seguir mostrando lo que pasa en Venezuela, a pesar de que a algunos pueda no gustarle.

 
Esa reacción del presidente trajo a colación un hecho interesante: pese a que tanto usted como el dueño del canal han expresado públicamente que Globovisión busca hacer “periodismo de paz”, la concesión no le ha sido renovada todavía. ¿Por qué pende aún la espada de Damocles sobre la nueva Globovisión?

 
– Mira, yo no tengo la respuesta a esta pregunta, eso hay que preguntarlo en Conatel o en Miraflores. No lo entiendo, yo más bien me pregunto todos los días por qué va a pasar un año sin que se renueve la concesión de un medio que ha cumplido con todos los requisitos de carácter legal, normativos. No existe ninguna razón en el orden de la norma, de la legalidad, ni en el orden de nuestro comportamiento diario, como para no renovarle la concesión a Globovisión.

 

Entonces la razón no está ahí…

 
– Pudiera estar en otro sitio, no me atrevo a hacer especulaciones, pero me preocupa que esas cosas ocurran porque ciertamente, un medio que no tiene la concesión renovada es un medio que de alguna manera no puede actuar con toda la libertad que debe tener para el ejercicio del periodismo. Cada quien asume su responsabilidad, nosotros asumimos la responsabilidad de informar. Te voy a decir algo, si la gente ya sabe que la concesión de Globovisión está vencida, se podrán imaginar en qué condiciones se trabaja, sin embargo, pese a esa circunstancia, nosotros estamos privilegiando nuestra responsabilidad de informar al país. Nosotros no estamos tentando ni provocando a nadie. Si el presidente tiene una diferencia con el canal, bueno, vamos a discutirla, pero una cosa es una crítica que tú le hagas a la cobertura o a la política editorial de un medio, y otra cosa es deslizar algo que pueda parecer a una amenaza… eso de que «después no se arrepientan».
Ahora, aquí no se trata de ser héroes, en Venezuela ha habido una tendencia que ha sido perniciosa: que los periodistas sustituyan a la noticia, eso es muy dañino. Decirte que nosotros vamos a estar aquí enfrentando al gobierno como si fuéramos un partido político, pues no, no somos un partido político; este canal fue por mucho tiempo un partido político con cámara, lo mismo que VTV es un partido político con cámara; nosotros no queremos serlo.

 
Usted mencionó en su carta que la nueva Globovisión también ha cometido faltas, omisiones y pifias. La pérdida de una parte importante de su audiencia –el diario Tal Cual afirmó que rondaba los 20 puntos porcentuales-, podría considerarse una de ellas. En su opinión, ¿cuáles son los errores más importantes?

 
– Con relación a la audiencia, creo que hoy día esa realidad no es como se planteó al comienzo de esta nueva Globovisión; hoy la audiencia del canal ha crecido significativamente, eso lo dicen los números, por ejemplo, en Direct TV estuvimos todo 2015 en primer lugar. También el 5E nuestra cobertura estuvo en primer lugar. Yo veo lo que hacemos y siento que es lo correcto, que es lo que la sociedad demanda hoy; pero más que del canal, puedo hablar de mi programa, en el cual me gustaría tener más espacio para darle mayor participación a la audiencia; también tener mayor diversidad de invitados en cuanto a la temática; me concentro mucho en la política.

 

¿Y lo hace de forma equilibrada?

 

– Mira, en la preventa mostramos, en el caso de mi programa, que dedicábamos alrededor de 42-43% del tiempo a la oposición y 44-45% a voceros del oficialismo; o sea, que pudiéramos decir que estuvimos más cargados hacia voceros del oficialismo pero dentro de una regularidad que la gente ha visto en pantalla. La pantalla habla por sí sola sobre nuestra conducta en cuanto a la cobertura de las informaciones y a la presencia de voceros de uno y otro sector. En el programa trato de mantener ese equilibrio.

 

Ya que lo menciona, ¿cómo les fue en la preventa?

 
– De eso no te puedo hablar mucho porque no es mi campo, yo no soy directivo del canal, soy un simple ancla, no tengo responsabilidades administrativas; iba a ser director general del canal y no fui; sí comparto la línea editorial y la defiendo. En todo caso, tengo un compromiso con Globovisión.

 
Le dijo a Cala en una entrevista, justo antes de su llegada al canal, que el rol que le correspondía como ciudadano estaba en el periodismo, que ese era su compromiso. Cala le preguntó si su militancia y afectos políticos no se interponían en su labor profesional. Yo también tengo esa duda, no cree que, aun sin proponérselo, la neutralidad en el oficio de informar pueda dar paso a un periodismo complaciente.

 
– Yo creo que la práctica es la que determina si uno está haciendo preguntas complacientes o no. He entrevistado varias veces a Diosdado Cabello y al presidente de la República y creo que les he preguntado todo lo que había que preguntarles. Por supuesto, siempre hay quien cree que uno debe ser más fuerte.

 
El mismo presidente se lo dijo una vez durante una entrevista cuando pensó que estaba en off, como también en off se escuchó que le anunciaba una pregunta a Cabello…

 
– Te echo el cuento, cuando vamos a hacer la entrevista –recuerda que yo conozco a Maduro desde hace mucho tiempo porque estudiamos juntos en el liceo-, yo le digo que le voy a hacer una entrevista «como tiene que ser», que le iba a preguntar de todo. Me respondió que él no quería una entrevista complaciente y le confirmé, que en efecto, no lo sería. Cuando estamos en la pausa, hay un delay y yo le digo: “Mira, cómo va la vaina, cómo te parece”, y él me respondió que estaba siendo muy complaciente y se echó a reír; ese fue el ánimo. Lo que pasa es que hay gente cazadora de sonidos en off. Con Diosdado pasó recientemente que le dije: “Mira, vamos con el tema de los sobrinos” e inmediatamente entramos; fue como cuando uno dice “vamos a comerciales y ya regresamos”; él no necesita que yo le dicte una pregunta, como ninguno de la oposición.

 
Ahora, hay muchos colegas que son dados a tildarlo a uno de complaciente y luego uno los ve entrevistando a dirigentes de la MUD y parece que ellos fueran militantes de la oposición. En todo caso, los insultos que recibo en Twitter vienen de lado y lado, unos por complaciente, otros por chavista y otros por vendido al imperialismo; eso me indica que estoy haciendo bien mi trabajo. Yo siento que hago mi trabajo bien y la sintonía que tiene el programa revela que tiene algo de credibilidad. Yo no soy neutral, soy imparcial, que es distinto. Políticamente no puedo ser neutral en el sentido de que tengo mis posiciones políticas, ahora, en este momento, ni la MUD ni el gobierno me enamoran.

 
Haber sido dos veces diputado lo llevó a conocer el reto de afrontar las preguntas de periodistas. Tras 8 años de veto, los medios regresaron a la AN. El 5E se notó que algunos diputados rehuyeron las preguntas incómodas, incluso, tuve la impresión de que algunos han perdido el fogueo, y hasta la paciencia, para escuchar y responder preguntas críticas. ¿Celebra el regreso de los medios a la AN?, ¿Qué recomendación le hace a los parlamentarios para afrontar a los periodistas?

 
– Estoy de acuerdo contigo, el fogueo se perdió precisamente por la tendencia a declararle solo a aquel periodista que no le iba a incomodar; creo que ese fue un error y se nota que lo están pagando. A los diputados, les recomiendo contar hasta diez antes de interrumpir al periodista; tienen que escuchar, tienen que desarrollar, como dijo Luis Herrera, una piel de acero recubierta de vaselina para evitar la hipersensibilidad. Además, el problema no está en la pregunta, sino en la respuesta. La labor del periodista es preguntar las interrogantes que se hace la gente en la calle, y el diputado debe responder o guardar silencio.

 
Usted se ha definido políticamente como un hombre de izquierda. Como periodista, como ciudadano venezolano, cuál es su evaluación tras 17 años de tener a un gobierno con cuya tendencia ideológica mantiene afinidad. ¿Está complacido con los resultados que estamos viendo?

 
– Mira, si estuviese complacido estaría con una gorra roja, militando en el Partido Socialista Unido de Venezuela, y a lo mejor en VTV. No estoy complacido, obviamente que no, yo soy firmante de esta Constitución de 1999, doliente más que firmante, y tengo muchas decepciones, muchas frustraciones y muchos desencantos. Hay cosas que se pueden arrimar como positivas al balance, pero en general, creo que la realidad está muy distante del proyecto de país que nosotros soñamos cuando discutimos y firmamos la Carta Magna; realmente hay una gran diferencia, un gran abismo entre lo que está plasmado en esa Constitución y la realidad. Imagínate tú, si hay chavistas descontentos, no voy a estar descontento yo que tengo años fuera del chavismo… qué te puedo decir.