Dámaso Jiménez: Sin control

Dámaso Jiménez: Sin control

thumbnaildamasojimenezEs alarmante la desbordada inseguridad que mata sin razón alguna a miles de venezolanos, latente solo por la maldad en sí misma o por el patológico deseo de hacer daño a quien sea despojado insólitamente de sus pertenencias, como una sorpresiva pena de muerte que condena al azar mientras divaga en el ambiente

Nadie parece tener el control de una situación que raya en crisis humanitaria con más de 27 mil muertes violentas durante el 2015, sin que hasta el momento las autoridades se responsabilicen realmente con el tema.

En el lado norte de la frontera el concejal marabino, Leonardo Fernández,  asegura que en promedio son asesinadas diariamente cuatro personas en el Zulia, aún con el cruce de Paraguachón hacia Maicao cerrado desde hace 4 meses, justamente por su presunta incidencia en innumerables delitos.  Esos son 50 homicidios por cada 100 mil habitantes, 5 veces mayor que la cifra establecida por la ONU para declarar una epidemia de violencia.





Entre tantas muertes que aturden a diario, como el asesinato de Alfredis Scandela (concejal del municipio Miranda), dos sucesos de sicariato en el sector La Cañada y el homicidio del estudiante Freddy Castro del Liceo Baralt, es imposible ignorar el asesinato de la anciana madre del periodista Aníbal Riera, propietario de la emisora radial Bolívar FM, asfixiada por varios sujetos que ingresaron a su humilde vivienda para robarla este fin de semana. Es el terror como firma de estas bandas que irrumpen ante la impunidad y arbitrariedad permitida.

Como en otras partes del país, los sucesos ocurren en el Zulia como si a nadie importaran. Los cuerpos de seguridad parecen estar más ocupados en cuidar personalidades del gobierno regional y nacional, hacer de guardaespaldas al inflado ego de la “patiquinería” revolucionaria que aún deambula en costosas camionetas dolarizadas, que atacando frontalmente el delito.

La ciudadanía se queja del alto costo, de la escasez, pero clama porque le devuelvan la libertad de caminar de nuevo por las calles sin ser víctimas del hampa. El malandraje se ha apoderado de la región a falta de gobierno.

El Zulia registró 1.018 asesinatos solamente en el último trimestre del 2015 en un incremento del 21% en relación al año pasado, lo que refleja la ineptitud de los 23 planes del gobierno para frenar la inseguridad. Pero enero del 2016 amenaza con humillar aún más y rebasar las lamentables cifras de este último trimestre, por la forma como se ha desatado el sicariato, el robo de vehículos y el secuestro en este lado del lejano oeste.

Las preguntas son obligatorias: ¿Qué pasa  en el seno del gobierno regional que nadie puede frenar estas cifras capaces de hundir cualquier gestión? ¿Ha servido de algo ser gobernador y al mismo tiempo director operativo de la Policía Regional? ¿No hay personal de confianza para delegar este tipo de responsabilidades? ¿Por qué uno de los líderes fundamentales del 4F y compañero de armas del fallecido comandante supremo Hugo Chávez, no logra de parte del gobierno central el apoyo necesario en unidades de patrullaje, motos, equipos, armamento, planes de prevención, alcabalas, cuadrantes, que le permita devolver al Zulia lo prometido en su principal oferta electoral del 2012 como fue “calles más seguras y una respuesta inmediata de los cuerpos de seguridad?

Arias tiene que sincerarse y detectar de inmediato esta grave falla antes que finalice el último año de su gobierno, porque la factura en pérdidas y almas podría ser cobrada con altos intereses en los comicios regionales de diciembre.

Su última carta es Biaggio Parisi, un policía capaz y con experiencia que desde hace pocas semanas se encuentra al frente de la secretaría de seguridad ciudadana, pero sin un equipo concreto de batalla y ningún plan hasta ahora que sea contundente, y como bien dice la canción: una golondrina no hace verano. ¿Lo dejarán solo?

Hay un exceso de militarismo en los cuerpos policiales de la región, que han demostrado poco conocimiento sobre la prevención, la seguridad ciudadana y el trabajo netamente policial, las cifras no mienten. Les hace falta mayor voluntad de trabajo y compromiso para desmantelar las bandas armadas y estar un paso adelante del delito.

Muchos “buromilitares” (militares de oficina) en las direcciones de los cuerpos de seguridad en la región, no gustan de incluir a Parisi en su estrecho anillo de mando y subestiman incluso su conocimiento policial. Tampoco les gusta que esté haciendo declaraciones que los haga quedar mal, como aquellas en las que señala que “sin patrullas no hay policías ni seguridad”, en un retrato hablado no solo de la crisis instalada en las distintas comandancias por la inexistencia de unidades y de repuestos, sino porque evidencia la falta de patrullaje y por consiguiente el repetido fracaso del intervencionismo militar en los cuerpos policiales, que ha dejado a Maracaibo a merced del hamponato que rodea la ciudad, desde La Cañada de Urdaneta, hasta Mara, Santa Rita y San Francisco.

Sería bueno que la AN iniciara interpelaciones para conocer detalles sobre las 42 patrullas y 267 motos que el saliente director de Polimaracaibo, José Luis Alcalá, dice haber entregado en servicio al momento de la intervención, o saber en qué se convirtieron los recursos destinados para compras de chalecos antibalas, armamento, municiones. Sería  necesario preguntarse por qué las policías de la región zuliana lucen desmanteladas y hasta desarmadas.

En paralelo a la emergencia económica el gobernador de la entidad aprobó una propuesta de decreto de emergencia ante tanto auge de la criminalidad, ya propuesta por los alcaldes de San Francisco, Omar Prieto y de Mara, Luis Caldera, que a pesar de contar con policías municipales, no niegan su interés de tomar las riendas políticas para controlar el tema y tomar distancia de quien consideran el responsable absoluto del fracaso de cara a los comicios regionales.

Sin embargo todo parece indicar que el asunto no pasará de un escritorio y una foto para la prensa con el nombramiento de autoridades únicas de seguridad en los municipios, para que trabajen de forma directa con la PR y la GN, cuerpos que  actualmente tienen nula presencia en las oscuras y solitarias calles de Maracaibo y con mayor dolor en los apartados caseríos y pueblos de los municipios foráneos.

El diputado zuliano, Eliseo Fermín, ya nos había dicho que Arias no puede escudarse en un decreto de emergencia como la medida mágica para acabar con el auge delictivo, cuando ha amparado la ineptitud de buena parte de los 23 planes fallidos y ha contado con el manejo casi absoluto de todas las policías de la región, incluyendo la intervenida Polimaracaibo, que terminará mutando en los próximos meses en una entidad más de la Policía Nacional Bolivariana.

Tocará al gobernador encontrar una respuesta mucho más coherente para  lidiar con el sulfato que impide frenar el delito. La preocupación de los zulianos así lo exigen. Quizás ahora se haga necesario buscar esa respuesta en otros sectores diversos que por no ser militantes de la revolución no dejan de ser dolientes y afectados y que deberían tener las puertas abiertas a estas alturas del colapso para que todos aporten ideas y soluciones para un mismo fin, que es preservar la vida de todos. De eso se trata una verdadera emergencia de seguridad ciudadana.

Tips con tabardillo

Frontera y delitos: El cierre de la frontera no ayudó a bajar los índices delictivos. No hay razones para mantenerla cerrada por mucho más tiempo. Por el contrario el  delito se incrementó puertas adentro en estos cuatro meses de cierre caprichoso.

¿Arias candidato? A pesar de la derrota del 6D el gobernador Arias Cárdenas sigue punteando las preferencias del voto rojo en el Zulia. Los alcaldes Prieto y Caldera vienen con todo para despojarlo del liderazgo revolucionario en la entidad. Lo culpan prácticamente del fracaso de la inseguridad, del colapso de los cuerpos policiales, de las colas, de la escasez, y del revolcón que sufrió el chavismo en la entidad con una diferencia de casi 500 mil votos. Sin embargo faltan muchos capítulos en el desenlace que veremos en los críticos meses que nos separan de los próximos comicios regionales. Arias sigue manteniendo el liderazgo automático por ser el gobernador de la entidad, pero los demonios sueltos lo culpan de la dura derrota sufrida en la entidad como jefe del comando de campaña. Como el PSUV es un partido centralista, amiguero y caudillista, que vive más de los favores recibidos por las ánimas benditas del purgatorio caraqueño, que por el liderazgo forjado en la calle de los pueblos de provincia,  más de un revolucionario anda buscando selfies y apoyos incondicionales con las luminarias patriarcales acostumbradas a borrar de un dedazo cualquier pretensión aislada en las regiones que no guarden la debida reverencia a los herederos de la revolución, por lo que no sería descabellado una carta impuesta como Miguel Pérez Pirela o algún político armado como define la escritora Thays Peñalver a los militares bolivarianos con ínfulas de pequeños Chávez. El país no aguanta un militar más en el poder y es posible que muchos tengan que volver a los cuarteles por el fuerte rechazo que infunden. La revolución no tiene generación de relevo en el Zulia.

Candidatos MUD-Zulia: El recién electo diputado Juan Pablo Guanipa corre adelante en los primeros cien metros de la precontienda opositora con slogan, mediciones y estudios tempraneros previos al 6D sobre el elector potencial para las regionales de noviembre o diciembre. Otros diputados pero de UNT no ocultan sus ambiciones, como Enrique Márquez, primer vicepresidente de la AN y Hernán Alemán, que piensan jugárselas al igual que Eliseo Fermín, siempre y cuando no salga Manuel Rosales al ruedo político, porque en ese caso todos quedarían quieto en primera. Claro todo depende del éxito de la Ley de Amnistía que permita la libertad al exgobernador del Zulia, uno de los liderazgos fuertes en la entidad, con su debida habilitación para inscribirse como candidato en el proceso. De no ser así debe prevalecer la ejecución de las primarias como un pacto de caballeros, en el que además de Guanipa, Márquez, Alemán y Fermín, también aspiran el exgobernador del Zulia, Pablo Pérez que sigue capitalizando simpatías entre los electores pero al igual que Rosales pesa una inhabilitación, la actual alcaldesa de Maracaibo Eveling Trejo de Rosales, que podría imponerse como candidata de Rosales en UNT, y el joven abogado Lester Toledo que medirá por primera vez fuerza y estrategia en unos comicios de este tipo. Otras figuras asoman igualmente su perfil como miembros de diversos grupos de la sociedad civil, como el embajador Julio Portillo, que no niega su disposición a medirse en unas eventuales primarias

Hambre y conflicto. La inflación podría llegar al 500 % en Venezuela según firmas consultoras importantes. A pesar de la memoria y cuenta el diálogo luce desértico y alejado. El presidente Maduro insiste en los controles y en iniciar una guerra con el debilitado sector empresarial al que amenaza con terminar de expropiar a través de una presunta habilitante disfrazada de decreto de emergencia económica, porque considera que son los que lo indujeron la crisis económica que anteriormente se negó a reconocer,  como un guión preparado para sacarlo del poder. Maduro pretende en el momento más álgido de la crisis, disponer de los bienes del sector privado para garantizar el abastecimiento que no ha logrado en años de expropiación, cierre de empresas y destrucción del aparato productivo nacional. Analistas refieren que luce inevitable la radicalización del modelo caduco y fracasado del comunismo que representa el actual mandatario nacional, pese al déficit del 20% del PIB, una inflación anualizada de 141,5% en septiembre según el sector oficial, y de una escasez superior a los 2 tercios de los productos básicos. En la memoria y cuenta el presidente Maduro catalogó la crisis de “catastrófica”, pero es posible que se quede corto en su percepción.

@damasojimenez