Recorre la “Tierra del Sol Amada” (Fotos)

Recorre la “Tierra del Sol Amada” (Fotos)

Venezuela es un país que se caracteriza por sus variados paisajes, pues en esta hermosa tierra podemos encontrar selvas, bosques, médanos, montañas, sabanas y más. Nuestro clima, por el contrario, no es tan variado, y en todo el año solo contamos con dos estaciones: fría y caliente, invierno y verano.

Enunviajeamantesdeaventuras@enunviajea/ @mazaperiodista/ @chino_sanchez 

Hay lugares de Venezuela que sobresalen, precisamente, por sus condiciones climáticas y al ser una nación tropical digamos que nuestra principal insignia no es el frío. Tal es el caso de la emblemática ciudad de Maracaibo, estado Zulia, importante metrópolis del país que resalta por su particular clima.





Por ello, al mencionar el nombre de esta ciudad, es imposible no pensar en su característico calor, que obliga a que todo establecimiento, medio de transporte o vivienda tenga, obligado, aire acondicionado o ventilador.

Asimismo, decir Maracaibo transporta nuestra mente a una de las épocas mas festivas del año: la Navidad, pues es probable que sin esta ciudad, su gente, su calor y sus costumbres nuestras navidades serían un poco grises, ya que la gaita, esa particular melodía en la que se combinan cuatro, furruco, charrasca, maraca y tambora,  alegra las navidades de todos los venezolanos.

Decir Navidad sin decir gaita es como decir Carnaval sin decir disfraces.

Y así es, ya que el apego a la zulianidad trasciende épocas, pues cualquier venezolano al cruzar el famoso puente Rafael Urdaneta, mejor conocido como puente sobre el Lago de Maracaibo, comienza a tararear el inolvidable verso: “Cuando voy a Maracaibo y empiezo a cruzar el puente siento una emoción tan grande que se me nubla la mente”, perteneciente a la canción de la agrupación Sentir Zuliano.

Vereda del Lago
Vereda del Lago

Con esta suficiente carga cultural (y datos climatológicos) fue como decidimos apuntar la brújula a La Tierra del Sol Amada, dejarnos cautivar por su majestuoso lago y lanzarnos a vivir una nueva aventura, esta vez un poco más cómodos, sin el acostumbrado morral de 85 litros.

FIJANDO LA RUTA

En esta ocasión, dada la lejanía y lo corta que fue nuestra estadía en Maracaibo, hicimos un esfuerzo y tomamos la decisión de viajar en avión. Para ello, con su debido mes de anticipación, hicimos la tradicional búsqueda de precios y de acuerdo a nuestro presupuesto la aerolínea seleccionada fue Conviasa.

Posteriormente, nos dispusimos a buscar el lugar donde nos alojamos, que según lo céntrico y los servicios que ofrecen optamos por el Apart Hotel Presidente, ubicado en la entre calle 68 y 69, Avenida 11 de Maracaibo.

Teniendo nuestros pasajes y la reserva de habitación hecha, preparamos las maletas con ropa bastante fresca y con la respectiva cuota de tolerancia al calor (confesando que Alfredo es uno de aquellos que en 20 grados centígrados se desvanece lentamente).

Para los que nos estén acostumbrados a tierras cálidas les recomendamos no solo llevar ropa cómoda (franelas, bermudas, shorts, gorras, lentes de sol, sandalias y zapatos deportivos) sino también coolers o envases con agua, pues es sumamente necesario estar hidratados al momento de recorrer esta ciudad.

Es importante señalar, que en este estado las temperaturas pueden oscilar entre 38 a 40 grados centígrados durante todos los meses del año y con una humedad de 82 a 94 por ciento. La combinación de ambas hace que el calor se sienta en mayor proporción en comparación a otras ciudades del país.

Basílica de la chinita
Basílica de la chinita

Nuestro recorrido fue fugaz pero contundente, planificamos un itinerario de tres días y mientras esperábamos para abordar nuestro vuelo ubicamos los lugares más cercanos y emblemáticos de la ciudad: la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, el parque Vereda del Lago,  la plaza Bolívar de Maracaibo, el teatro Baralt, entre otros.

Tras un vuelo de aproximadamente 45 minutos desde Maiquetía, llegamos al Aeropuerto Internacional La Chinita, ubicado en el municipio San Francisco, en las afueras de Maracaibo, y al salir del avión, vualá, certificamos la fama de la ciudad.

La Tierra del Sol Amada

Luego de esperar nuestras maletas, con el reloj marcando las 10:00 de la mañana, tomamos un taxi hasta el Hotel Presidente, para realizar el acostumbrado check-in e ir a conocer la ciudad desde el primer momento que llegamos.

Chinita
Chinita

Durante este recorrido, mientras conversábamos con el taxista, pudimos observar algunos lugares de referencia y tomar nota de las palabras dadas por el experto al volante, quien nos recomendó conocer Maracaibo después de las 3 de la tarde, cuando el sol comienza a ser más amigable.

Una vez que llegamos al lugar de descanso, dejamos el equipaje, nos cambiamos y activamos la brújula, nuestro primer destino fue el parque Vereda del Lago, que debe su nombre al largo camino que bordea el Lago de Maracaibo.

Obviando por completo el consejo del taxista, nos dirigimos a este lugar en pleno mediodía y como era de esperarse estaba desolado, ni un alma se veía en las caminerías del parque pero si de seguro dos amantes de aventuras se encontraban caminando muy despacito y buscando cada sombra para soportar el “catire”.

Este hecho nos sirvió para dos cosas: la primera, recorrer el Parque Vereda del Lago a nuestras anchas y; la segunda, tomar un poco más en serio el consejo del taxista, pues con un sol tan intenso como el marabino salir en horas del mediodía no es nada cómodo ni recomendable.

Este parque es el más grande de la ciudad de Maracaibo y en él se pueden encontrar extensas áreas verdes, kioscos de comida, canchas de usos múltiples, un gimnasio, un complejo de tenis (con 11 canchas pertenecientes a la Asociación de Tenis del estado Zulia), el parque acuático Aguamanía, el Museo de la Radio, la Universidad Rafael Urdaneta (URU) y la estación del famoso tranvía de Maracaibo.

Luego de nuestro rápido recorrido por algunas de las instalaciones del parque y apreciar desde su extensa vereda el lago de Maracaibo, claro, antes sin evitar tomarnos la fotografía pertinente con las letras metálicas que tararea el nombre Maracaibo y porque no sentarnos un rato a agarrar sombra en el Cují que adorna el lugar.

Entonces luego de esto nos fuimos a la estación del tranvía para solicitar información sobre este servicio turístico, que representa una de las mejores alternativas para conocer la ciudad.

Una vez ahí encontramos que para poder disfrutar de los recorridos que hace el tranvía se deben comprar los boletos en la taquilla, en donde puedes elegir entre diferentes horarios y tipos de ruta.

Siendo cerca de las 3:00 de la tarde compramos los boletos de la Ruta Patrimonial, y como partíamos a las 4:30 decidimos comer en un restaurante que hay dentro de la estación; descansamos, cargamos nuestros celulares y al hacerse la hora de partida fuimos los primeros en hacer la fila para abordar el peculiar transporte.

La Ruta Patrimonial recorre de martes a domingo las calles y avenidas más antiguas de Maracaibo. Este recorrido se realiza en el casco central de la ciudad, con una parada en la Basílica o el Monumento de Nuestra Señora de la Chiquinquirá. Durante el viaje los guías turísticos describen los edificios patrimoniales y la esencia del marabino, el origen del regionalismo zuliano y otros tópicos que resaltan la idiosincrasia de esta región venezolana. Contarlo es quedarnos cortos con los ejemplos que describen al marabino, desde pensar que todos los periódicos son “El Panorama” y “la verga” el inicio o final de cualquier oración.

Durante el paseo observamos diferentes barrios, como por ejemplo el conocido barrio de Santa Lucía, también llamado “el empedrao” por sus calles hechas de piedras, además de no poder pasar por alto,  sus casitas de colores festivos, que atraen la vista de todo el que las ve. Seguimos bailando las gaitas en el tranvía y pasamos por el infaltable “A que Luis”, sino lo conoces, pues es tan simple como decir que deja de ser marabino aquel que no ha ido a esta licorería y se ha tomado una “Fría”, lo que en Venezuela denominan una cerveza en condiciones óptimas para su ingesta.

Finalmente, hicimos parada en la Basílica de Nuestra Señora de la Chiquinquirá, y en este punto los turistas pueden apreciar la increíble estructura de esta edificación que venera de punta a punta a la Virgen de Chiquinquirá, patrona de los marabinos, que cada 18 de noviembre es el centro de atención para los pueblerinos y los miles de visitantes que recibe.

Siguiendo en la ruta, luego de unos 15 minutos, teníamos la posibilidad de subir al tranvía para retornar al parque o continuar nuestro recorrido visitando otros lugares. Como notamos que la noche no terminaba de caer decidimos continuar nuestro camino viendo algunos sitios aledaños a la basílica, como el monumento a la Virgen de la Chinita, que se puede ver desde la plazoleta de la basílica, inaugurado en el año 2004.

En nuestro segundo día, antes de partir, visitamos el “mero” centro en donde se encuentran la plaza Baralt, el Centro de Arte Lía Bermúdez, teatro Baralt, Cátedral de Maracaibo, convento San Francisco de Asís, callejón de los pobres  (lugar perfecto para aquellos que deseen hacer compras a último minuto sin gastar más de lo deseado) y por último pero no menos importante, la plaza Bolívar. En Venezuela no hay pueblo que visites que no tenga el insigne Libertador una estatua a su nombre y espacio para el descanso de propios  y visitantes ¡Exquisito!

Plaza Bolívar
Plaza Bolívar

Particularidad que es inevitable contarles es que cada calle de está emblemática ciudad está llena de puestos de vendedores ambulantes que a veces te quitará la visibilidad a algunos centros turísticos, por esta razón, recomendamos estar alerta de cada estructura erigida en el lugar pues puedes pasar por alto algo importante.

Luego de ese tour de campeones divisamos al frente del Centro de Arte Bermúdez uno de esos puestos de comida, donde, no les mentiremos, no serán lo más higiénico de todos pero les aseguramos que se chuparán los dedos con cada una de las cosas que prueben en el lugar. Como dice el sabio escritor, James Michener“Si rechazas la comida, ignoras la vestimenta, temes la religión y evitas a las personas, quizás sea mejor que te quedes en casa”. Así que preparen el paladar para esos Tequeyoyos, pastelitos, yoyitos, patacones y para usted de contar. En resumen, todo lo que se fríe en una caldera es típico marabino. Y si tienes calor no dudes de tomarte un aguita de coco, un raspaito de colita o un papelón con limón.

Como somos unos aventureros capaces de ayudar a nuestros próximos sucesores, señores, sino aprenden la jerga maracucha, morirán en el intento ¡Epa, no estamos jugando! Entonces prepárense para leer algunas frases que les quemarán los ojos pero serán aquellas que les permitirán entender sin problema alguno este particular forma de hablar. Se trata del mismo castellano, pero a su manera; verga, a la verga, la verga esa, se formó el verguero y vergación. Malayo o marpario. Busaca; bolsa de papel. Marusa; otra bolsa de papel más decente. Colita; llevar a alguien en el carro de gratis. ¡Que molleja!; expresión de sorpresa. Una bujía de 60; un bombillo de 60 vatios. Cotiza; sandalia guajira con plantilla de llanta de camión, entre otros.

En esta aventura tuvimos la desilusión de no poder pasar por el puente más importante del estado Zulia, esperando que en una próxima oportunidad podamos visitar aquellos sitios que el tiempo no nos permitió.

Este artículo está dedicado a mis amigos marabinos ¡Gracias Maracaibo por ser tan mollejúa! 

 

Tranvía - en un viaje
Tranvía de Maracaibo
Basílica Chichinquira en un viaje
Basílica de Nuestra Chichinquirá
Basílica de la chinita
Hermosa estructura edificada para la adoración a la Virgen de Chiquinquirá
Basílica de la chinita - en un viaje
Cada detalle en la Basílica es inmaculado
Chinita - en un viaje
En noviembre la ciudad se viste de gala para las festividades de la Chinita

 

 

Estructuras colonias son conservadas

Jesus Soto
Penetrable del Zulia, Jesús Soto
Marabino
Fresca agua de coco puedes disfrutar en las calles de Maracaibo
Coco en Maracaibo - en un viaje
Es común ver estos puestos de agua de coco en la ciudad
Detalles en la basílica chiquinquirá
El blanco y el azul celeste son los colores predominantes en esta estructura
Simón Blívar- en un viaje
Estatua del Libertador Simón Bolívar
pa que luis - en un viaje
¡A que Luis! Licorería insigne de la región