El desabastecimiento de alimentos, medicinas, repuestos y otros ha convertido la calidad de vida de los venezolanos en un infierno. Estamos ante la tragedia nacional de un país altamente dependiente de las importaciones, con pocas divisas en la tesorería como consecuencia de la corrupción en CADIVI, del despilfarro, de la baja del ingreso petrolero, de una gerencia pública irresponsable, de un alto nivel de endeudamiento interno y externo con un modelo económico fracasado y vergüenza frente al mundo entero.
Esta situación de emergencia nacional requiere trascendencia histórica, creatividad, honestidad, dialogo y rectificación por parte del gobierno para buscar salidas a la crisis que perturba las mayorías nacionales.
La bancada de la MUD en la AN ha dicho reiteradamente que está dispuesta a contribuir a buscar salidas, sin ser escuchadas por el ejecutivo nacional.
El gobierno rojo sigue aferrado a la mentira de la guerra económica en lugar de dar el giro necesario; se presentó con un decreto de emergencia económica que nada contribuye a solucionar los problemas de la gente; ese decreto parapeto es más de lo mismo, un nuevo engaño sin eficacia.
Los venezolanos somos víctimas de la inflación más alta del planeta; hoy a nadie le alcanzan los ingresos para cubrir las necesidades de la familia.
Se acaba el tiempo, porque no hay comida, medicinas, repuestos y un gobierno que solo ataca, reprime, persigue y descalifica a todo el que dice la verdad.
El gobierno no tiene un plan para enfrentar la crisis, no sabe qué hacer y la derrota los tiene desconcertados y sin iniciativas; no es legitimo pretender que los venezolanos sigamos viviendo sacrificios que ya llegan a niveles extremos, a nombre de ninguna posición política y mucho menos pretender justificarla con el fantasma del discurso antiimperialista. Ya basta de que el gobierno culpe a otros de sus errores y omisiones.
Maduro se acaba el tiempo la hambruna con todos sus riesgos está creciendo y los pueblos no se suicidan.
@joseluispirelar