En las entrañas del reino de Kim Jong-un

En las entrañas del reino de Kim Jong-un

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No es febrero de 2016 ni es un cohete de largo alcance, es el año 105 de la era Juche y se trata del lanzamiento de un nuevo satélite de observación de la Tierra, el Estrella Brillante (Kwangmyongsong) IV, publica elmundo.es.





Por DANIEL WIZENBERG/ Pyongyang

Al menos, eso afirma exultante Li Chun Hai, la septuagenaria presentadora oficial de la Korean Central Television, vestida con el tradicional atuendo coreano y un distintivo en su pecho con los rostros de los Líderes Supremos (el mismo que lleva toda la población). Muestra fotos y vídeos del lanzamiento en los que se ve a Kim Jong-un supervisándolo todo y, antes de cerrar el informativo, anuncia una fiesta popular para la tarde del día siguiente en pleno centro de Pyongyang, la capital.

Muchos anticipan los festejos en el nuevo Museo de Ciencias. Dedicado a exhibir los logros en esa materia, es un edificio moderno, con cinco niveles, decenas de salas de conferencias y espacios temáticos, con un diseño exterior que emula el movimiento de los átomos. Allí se pueden ver desde láminas que explican cómo el régimen estaría clonando animales hasta maquetas que explican cómo se investiga el desarrollo de una “bomba nuclear para autodefensa”. Unos 2.000 ordenadores, que se habrían producido en el país con acceso a la Intranet (la red local) son usados casi en su totalidad por niños y jóvenes a los que se les dice que eso es Internet.

Los guías que acompañan inseparablemente a los extranjeros afirman que “hay tantos contenidos como en la internet misma”, aunque en todas las pantallas de los ordenadores se ve el mismo capítulo de ‘Caminando entre Dinosaurios’ (de la cadena británica BBC). Algunos de los niños beben una versión norcoreana de la Coca-Cola, de similar color y diseño, pero con un sabor para nada parecido. En el centro del edificio, bajo un inmenso techo vidriado, está apostada una réplica en tamaño real del Estrella Brillante IV, como si también estuviera a punto de ser lanzada. Al día siguiente, a la hora del festejo, el museo cierra: todos a la calle.

A los extranjeros se les permite asistir pero sin llevar cámara. La convocatoria es masiva y la caravana comienza en la flamante Avenida de los Científicos donde viven -en mejores condiciones que el resto- los ‘leales’ al régimen, buena parte de los investigadores y varios militares de alto rango. Entre gritos, ondean miles de palos que simulan ser mini árboles con hojas rojas y se forman dos o tres filas de gente de uno y otro lado de las calles por las que pasan unos 20 autobuses en los que viaja el personal que habría formado parte del desarrollo del Estrella Brillante IV que saluda desde el cálido interior de sus vehículos a una multitud expuesta durante horas a un frío seco, de bajo cero.

El recorrido se extiende por la plaza Kim Il-sung, donde hay dos estatuas de bronce de 20 metros de alto del padre (Kim Jong-il) y el abuelo (Kim Il-sung) del actual Líder Supremo ante las cuales se hace una reverencia generalizada que se obliga a realizar a los visitantes extranjeros.

Los autobuses siguen su marcha y pasan por debajo del Arco del Triunfo (según los norcoreanos, más grande que el de París), atraviesan el Puente Okryu sobre el río Taedong que está congelado (a pesar de ello, bastantes personas intentan pescar la cena rompiendo el hielo). Finalmente, llegan a la Torre de las Ideas Juche, que apila 26.550 bloques de granito coronados por una llama roja iluminada las 24 horas del día.

Electricidad todo el día y luz en las calles es algo que escasea en la capital y mucho más en el resto del país. Por eso, parece que la celebración terminará antes del anochecer; sin embargo, aún falta el plato fuerte. La multitud se va amontonando en la plaza Kim Il-sung nuevamente, esta vez para ver un show de fuegos artificiales incesantes durante unos 20 minutos. La luz de los fuegos contrasta con la poca cantidad de ventanas iluminadas en la ciudad. Al terminar el espectáculo todo vuelve a la oscura normalidad. La gente comienza a dispersarse, un poco desesperanzada porque no participó en los festejos el Gran Líder, pero sabiendo que en pocos días podrán verlo en la gran celebración militar por el cumpleaños de Kim Il-sung.

El Estrella Brillante lleva el número cuatro, pero es la quinta vez en la historia que Corea del Norte intenta poner en órbita un satélite y sólo la segunda vez que lo logra. La primera, según coincidieron las agencias espaciales rusas y estadounidenses ante la negación de la norcoreana, quedó fuera de control al poco tiempo de orbitar. Según dijo la presentadora Li Chun Hai cuando presentó la noticia, este nuevo lanzamiento tiene el objetivo de realizar un seguimiento de la producción agrícola, algo que los detractores internacionales niegan.

En cualquier caso, es una razón más para invertir una gran cantidad de dinero (del que no conocemos el origen) y celebrar. Corea del Norte sigue siendo un país hermético, pero al menos ahora sabemos algo más: Kim Jong-un sabe disparar bien lejos.