María Auxiliadora Dubuc: El Dragón devora Venezuela…

María Auxiliadora Dubuc: El Dragón devora Venezuela…

 

Maldición china: “Ojalá te toquen tiempos interesantes”

 





thumbnailMariaAuxiliadoraDubucChina es percibida por Latinoamérica como un actor pragmático, no ideológico, cuyo mayor interés se centra en lo económico más que en lo político. Reconocemos todos entonces que China es un gran mercado, que da para todo; lo que está a la vista no necesita anteojos, por lo que resultaría tonto intentar tapar el sol con un dedo, esto en el entendido que se nos ocurriera la infausta idea de no reconocer que los productos “Made in China” inundan el mercado latinoamericano, ya que resultan más económicos y algunos son de excelente calidad. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, el sector manufacturero por múltiples razones, se encuentra en franco deterioro, entre ellas problemas de calidad, por lo que China intenta desesperadamente hacerse de otros mercados. Vemos entonces como las relaciones comerciales con América Latina en general, están en pleno crecimiento, hay flujo de dinero, son sólidas, fuertes y caudalosas, en una palabra, China en la actualidad tiene sus grandes inversionistas. Así es como la desaceleración china, que tanto preocupa al mundo, no ha afectado las inversiones del gigante asiático en América Latina.

A China le interesa Latinoamérica por dos razones fundamentales: sus recursos naturales en primer término y en segundo lugar, el mercado de la región les atrae como un imán. China compra materia prima en los mercados de América Latina y constituye empresas mixtas para la producción, incluso ha manifestado gran interés en establecer sus fábricas físicamente en la región. La situación ha venido transformándose los últimos años, por lo que ahora vemos inversión China en otras áreas; en materia de infraestructura por ejemplo observamos entonces la firma de acuerdos bilaterales entre gobiernos y como la participación de estos gobiernos en empresas Chinas cada día se hace más frecuente. De esta manera, China invertirá unos 250 millones de dólares en América Latina los próximos 10 años, aumentando considerablemente su presencia en la región y haciéndose de gran parte de ella.

La gran pregunta es: ¿Por qué China invierte en Venezuela? El interés chino en Venezuela nos sorprende, dada la crisis económica por la que atraviesa el país, crisis que podría culminar en un incumplimiento de los acuerdos signados con ese país.

Así hemos visto al viajar a lo largo y ancho de Venezuela la enorme inversión China en infraestructura y servicios, en concesiones y explotación, más allá del sector manufacturero al cual nos referimos. El financiamiento chino en Venezuela, se concentra entonces en dos grandes áreas, a saber: la inversión en infraestructura y el financiamiento de actividades extractivas. Venezuela le debe a China la cantidad de 45.000 millones de dólares aproximadamente, por lo que la realidad es que el país asiático se ha convertido en el principal acreedor y fuente de financiamiento de Venezuela, situación que nos mortifica ya que para hacer frente a este financiamiento, Venezuela ha pagado más de la mitad de la deuda con el envío de barriles de petróleo.

La situación se agrava para Venezuela en virtud que con la franca caída de los precios del petróleo la economía, entró en un proceso de fuerte recesión todo lo cual generó en los dos últimos años, altos niveles inflacionarios lo que a su vez trajo como consecuencia una crisis en el pago de la deuda con el país asiático, porque los envíos de barriles del crudo comenzaron a resultar insuficientes para cubrir la deuda, por lo que los chinos comienzan a presionar y solicitan a Venezuela les envíe más petróleo a estos efectos.

El problema resulta ser entonces la cantidad de crudo que Venezuela tendría que enviar a China para cumplir lo acordado e ir pagando la deuda poco a poco, porque actualmente el precio del crudo esta en 25 $ por barril, esto es, muy por debajo de los 40 $ estipulado en los acuerdos con China. En virtud de la situación, Venezuela solicita un período de gracia o un recorte en el despacho del crudo, pero el Gobierno Chino se negó categóricamente porque se encuentra muy preocupado, no solo por el envío del crudo, sino además por la inestabilidad del régimen de Nicolás. Sin embargo, China al parecer no le va a soltar la mano a Venezuela, ha renovado las deudas, las cuales a decir de los entendidos, encuentran un respaldo y confianza en la “agenda económica bolivariana” que busca desarrollar los 14 motores económicos que ya nos han explicado hasta la saciedad, y que plantean como alternativa a la caída del precio petrolero, entre ellos, el sector agrícola, farmacéutico, industrial, forestal y turismo.

El gran tema es la modalidad en los pagos ya que no creo que haya sido buena idea el que gran parte de la deuda que Venezuela tiene con China, se pague con producción petrolera, encontrándonos además con el detalle, que en diciembre del año pasado, la Academia de Ciencias Sociales de China, después de un análisis económico calificó a Venezuela como el segundo país más riesgoso de una lista de 36 naciones en desarrollo. En conclusión la realidad es que actualmente China se encuentra frente a un gran dilema, quiere cobrar su dinero, que se le pague el préstamo, pero a la vez entiende que Venezuela constituye una alianza estratégica importante gracias a sus reservas de petróleo, de modo que se anda con cuidado.

Venezuela por otro lado, enfrenta una grave situación: un colapso económico que conduce a los venezolanos a sufrir y padecer para obtener alimentos y medicinas, todo cuesta mucho conseguirlo, la gente está angustiada por la brutal escasez de los insumos básicos y los productos de primera necesidad. Se hacen grandes colas en abastos y automercados, farmacias y en cuanto sitio tenga productos. Eso sin mencionar la situación de inseguridad, todo lo que a su vez produce como consecuencia, un sentimiento de rabia e impotencia en la población.

Una maldición china reza: “Ojalá te toquen tiempos interesantes”. Pero me pregunto: ¿Son interesantes estos tiempos? o son una desgracia?. Pienso que más allá de eso resultan indescifrables. No transcurre un solo día sin que la extrañeza se apodere de nuestros sentidos y sin que nos preguntemos: ¿Pero qué es esto? ¿Qué está pasando? El mal deseo está en que los tiempos interesantes corresponden a tiempos difíciles, duros, de mucha turbulencia, de escasez y miseria, de contratiempos, donde los cambios no obedecen a las buenas intenciones ni al deseo o a la planificación, sino que son consecuencia de decisiones equivocadas o peor aún, decisiones postergadas. Ahora nuestro país pasa definitivamente y sin lugar a dudas por “tiempos interesantes”, a todas luces pareciera que aquí está en pleno desarrollo la maldición china.

María Auxiliadora Dubuc
@mauxi1