Viajamos a Barquisimeto – estado Lara- para conocer el vertedero de basura de Pavia y palpar la historia de los “Gancheros”, ellos son unas personas cuyo oficio consiste en hurgar entre la basura usando unos ganchos en búsqueda de objetos de valor, plásticos y vidrios para luego venderlos por kilos.
Román Camacho / LaPatilla.com
En el trayecto se escuchaban muchas historias sobre ellos, “son violentos”, “cuidado que hay mafias operando dentro del vertedero”, “no todo el mundo tiene acceso”, la mejor de todas y que trajo más calma fue: “una vez adentro probablemente no puedas salir”, ante todas esas advertencias, decidimos realizar el reportaje.
En la puerta del vertedero, se acercaron corriendo un grupo de personas preguntando si íbamos a botar a alguien, “¿botar a alguien? ¿Cómo así?”, le pregunté al sujeto, me dijo, “un cuerpo, ¿van a botar a alguien?”, le respondimos que no, que solo veníamos a hacer un reportaje y al encargado le explicamos a qué íbamos, eso fue todo lo que hizo falta para poder entrar, eso sí, nos advirtió que adentro en el vertedero la seguridad corría por nuestra cuenta.
Ese terreno es un territorio ajeno al Estado, no hay gobierno que entre, ni político que se preocupe. Recorrimos un kilómetro adentrándonos al vertedero y llegamos a un lugar donde se encontraba un señor mayor debajo de una madera apoyada sobre dos barriles, se llama Francisco Laguna, le pedí hacerle unas preguntas y me dice que “todo depende lo que diga el jefe, vamos a preguntarle”. El jefe es un señor alto, usaba un sombrero y estaba dando órdenes, es apodado “El Gordo”, lo primero que dice es “no me tomes fotos ni vengas a filmar nada”, le comento que voy a entrevistar al señor Francisco, me interrumpe y advierte que “no digas nada comprometedor de éste lugar o ya sabes”.
Luego de ese momento, me siento con el Sr. Laguna y hablo un poco con él, tiene 3 meses en el vertedero, antes trabajaba de albañil y dejó el oficio, “no hay clientes y me cuesta conseguir los bloques, el cemento y todo para poder trabajar”, dijo. “Uso el dinero que gano aquí para viajar con mi familia a San Felipe (…) antes también trabajaba en la Yutong (Empresa china ensambladora de autobuses del Estado) pero no me pagaban a tiempo, duré menos de un mes y me fui”, mencionó el señor Laguna mientras tomaba agua y se recostaba del barril.
Un poco más adelante, se encontraba Alberto Antonio, él recoge vidrio y está en el vertedero con su hijo de 6 años y su esposa, contó que es difícil el trabajo pero les da para sobrevivir, “aquí trabajamos 4 días a la semana, de viernes a domingo me dedico a otros trabajos, tengo 2 años trabajando en el vertedero, me pagan 7bs por kilogramo de vidrio, recojo 1000 kilos a la semana y me pagan 7.000 bs, es difícil pero es suficiente para nosotros”.
Otra de las historias es la de Andrés Durante, con 8 años en el vertedero y recoge plástico porque, según él, es lo que más paga, “tengo desde el 2008 trabajando acá, he conseguido relojes, cadenas, celulares, de todo”, acerca de cómo llegó al vertedero dijo que la única manera es ‘apadrinado’. “Llegué aquí con un primo que me trajo, es la única forma de empezar a trabajar acá, tienes que venir apadrinado, esto lo controlan los encargados del vertedero, aquí ni la policía ni el gobierno entra”.
Los camiones entran y salen cada 10 minutos, cuando llega uno todos corren detrás para ver que consiguen entre la basura que transporta. Hay un grupo de niños y adolescentes que tienen entre 6 y 17 años que también practican el oficio, ellos llegan a hacer 4.000 bs semanales, mientras trabajan se puede ver aún su inocencia, juegos y corridas en la basura.
Todos los hombres, mujeres y niños que caminan entre la basura, heces, cadáveres de animales y zamuros, lo hacen para sobrevivir ante la grave situación que existen en las calles del país… muchos quisieran dedicarse a otro oficio, pero aseguran que este es el más rentable, son trabajadores, constantes y arriesgados, ellos son los Gancheros de Pavia.
Fotos Román Camacho/LaPatilla.com
