Juan Antonio Muller: CUBA Presente y Futuro

Juan Antonio Muller: CUBA Presente y Futuro

thumbnailjuanantoniomullerOyendo el discurso de Raúl Castro se comprueba que el régimen cubano está atrapado, por sus concepciones ideológicas tanto en el ámbito económico como en el entorno jurídico penal. De ahí que deduzcamos que el presente sigue anclado en el pasado y el futuro está comprometido por el presente.

No es un simple juego de palabras. Las principales empresas que generan casi la totalidad del producto interno bruto son del estado y están administradas por militares. Nos referimos a empresas agrícolas, mineras, industriales, de construcción y transporte así como las responsables por el comercio exterior. Esa estructura organizativa económico militar persistirá con el régimen castrista.

La flexibilización a las restricciones económicas esa que permitió a los cubanos comprar electrodomésticos y celulares, vender sus autos, alquilar cuartos en sus viviendas, crear negocios familiares como restaurantes y pequeños talleres, hospedarse en los hoteles y utilizar los sitios cibernéticos, fue un respiro. Pero estas actividades causaron mucho ruido más poca sustancia.





De una fuerza laboral de 5.0 millones de trabajadores cerca de un 10% trabaja en negocios privados llamados cuentapropistas. Esto vino a aliviar el desempleo creado por el fracasado sistema de empresas estatales. Pero el grueso de los trabajadores e incluso los emprendedores por cuenta propia siguen dependiendo de la voluntad omnipresente del estado.

En cuanto a la justicia el código penal cubano penaliza la mayoría de los derechos individuales tales como la libertad para asociarse, para reunirse, para expresarse, para manifestar y protestar, para viajar dentro y fuera del país. Todos los medios están en poder del estado: emisoras de radio y televisión así como la prensa escrita. De esta hegemonía comunicacional se salvan algunos blogueros independientes como Yohani Sánchez, pero no deja de ser asfixiante.

De ahí que cualquier diálogo de funcionarios extranjeros con Raúl Castro en materia de derechos humanos estén destinados a tener escasos logros. Son concepciones ideológicas que chocan entre sí: una economía estatizada frente a una libre, unos llamados derechos sociales frente a derechos universales reconocidos mundialmente.

La sociedad cubana se mueve bajo la vigilancia y control estatal, es una sociedad que opera en el resuelve y la sobrevivencia sin sólidos valores morales. Debemos recordar que un 70% de la juventud, esa que nació con la revolución, no quiere saber de política y busca con ansiedad la forma de irse al extranjero buscando oportunidades.
La presencia y el mensaje de Obama pueden haber significado un cierto deshielo dentro de ese estado de frustración. Pero esa esperanza es circunstancial. El régimen cubano exige que se levante el embargo económico de EEUU, como logró que liberaran a sus espías convictos y confesos, pero no está dispuesto a levantar el bloqueo impuesto al pueblo en sus derechos fundamentales ni a soltar la decenas de presos políticos.

No queremos convertirnos en un balde de agua fría frente a las honestas expectativas que estas relaciones han creado. Pero es oportuno recordar que los cambios en los regímenes comunistas fueron precedidos por la desaparición de sus líderes históricos. Stalin, Mao y Ho Chi Min, no por la puesta en práctica de la realpolitik. Cuba y los hermanos Castro no serán la excepción.
Juan Antonio Muller
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