Richard Fermín: Lo que no entiende Nicolás

thumbnailRichardFermínSon muchas las cosas que un ser de tan pocas destrezas como Nicolás, capaz ignora. Pero fundamentalmente no entiende la realidad, y más que por ser el tonto útil de militares, corruptos y cárteles del narcotráfico e inclusive, de quienes son todo a la vez, ignora una realidad que castiga día a día a los venezolanos y que lastimosamente el único que no la entiende es Nicolás y sus enchufados.

Entre sus anillos de seguridad, viven en un país distinto al nuestro, entre los lujos del poder y los negocios con los dólares de la República, en una especie de Olimpo de los Dioses que de divino no tiene nada. Por el contrario: es una podredumbre de corrupción y mafia de los llamados Socialistas que carcome el poder. No entender que es hora de buscar la vía para el reencuentro del país, uno donde (sin ánimo de sonar radical) ELLOS NO CABEN, ya que es imperdonable que hoy no hagan absolutamente nada por sacar a Venezuela de la crisis.

Al contrario, día a día esos que ostentan poder, se encargan de profundizar esta situación que sufrimos todos. Son unos pocos corruptos que, desde el gobierno, condenan a millones de venezolanos a vivir en condiciones deplorables.





¡Pero Nicolás no está solo! En estos días, consiguió una aliada importante en el poder electoral, donde la Sra. Tibisay Lucena, desde el CNE, pone trabas al Revocatorio Presidencial en el que millones de venezolanos cifran sus esperanzaspara cambiar un gobierno que no genera oportunidades para la sociedad. Al contrario: día a día se esfuerza por generar caos y violencia.

El llamado es a los ciudadanos para que, desde nuestra conciencia y en unidad, ejerzamos la presión social y lograr el cambio en paz y democracia. Recordemos que hoy enfrentamos con herramientas democráticas a un gobierno que no lo es.

Pero nuestra victoria consiste en no abandonar el camino de la legalidad y La Paz. En el campo de la violencia y el atropello el gobierno no tiene competencia… Nicolás fracasó otra vez: ¡No pudo robarnos la esperanza!