El malestar dispara los linchamientos en Venezuela

El malestar dispara los linchamientos en Venezuela

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Sentado en el asfalto, encorvado, casi echado sobre su estómago, un hombre apenas lucha ya por deshacerse de las llamas que le queman los brazos, el torso, la cara. Antes de eso lo habían atado a un poste, golpeado, tiroteado una pierna. Lo soltaron y le hicieron creer que iba a escapar. Corrió y le dieron otro tiro. Luego vino el desenlace de gasolina. “Pa que sigas robando, pues”, dice, impasible, quien también impasible ha grabado toda la escena con su teléfono, sin inmutarse. Es el testigo de un fenómeno que no es nuevo en Venezuela, pero que cada día parece crecer. Son los linchamientos. La “justicia” tomada de la mano de cualquiera.

ALICIA HERNÁNDEZ/ El Confidencial

No se sabe su identidad ni si sobrevivió al fuego. Era un delincuente que hizo de una zona del populoso barrio de Catia, al oeste de Caracas, su lugar de trabajo: asaltos a autobuses, robos a mano armada. Hasta que un día los vecinos dijeron basta.

No es el único linchamiento en Caracas, ni en el interior del país. La Fiscal General de la República Luisa Ortega Díaz admitió que se están investigando 24 casos ocurridos este año, sin precisar el número total. No hay un cómputo oficial y el rastreo solo se puede hacer por las reseñas que aparecen en prensa.

Tampoco es un fenómeno nuevo, pero la actual situación económica y de inseguridad ciudadana parecen ir de la mano del incremento en la frecuencia de los linchamientos, según cuenta Luis Cedeño director de la Asociación Civil Paz Activa. “Esto no es algo nuevo para el venezolano, pero si antes se veían 20 en un año, hoy ese número puede estar ocurriendo en un mes particular y no se reporta”. Dentro de las categorías formales de homicidio no existe el linchamiento, por lo que se hace aún más complicado levantar la estadística, a la vez que puede haber un acto de linchamiento que no desemboca en muerte, porque se sobrevivió o intervino la fuerza pública, “pero igual se consuma ese comportamiento en masa”.

Delitos que provocan un profundo rechazo en la sociedad, como la violación o asesinato de mujeres o el abuso sexual de menores, podían llevar al linchamiento de su responsable si la comunidad, normalmente en barrios (favelas) y zonas de estrato socioeconómico bajo, se enteraba. Ahora se pueden ver linchamientos en casi cualquier zona de Caracas y por delitos menores. “Vemos con preocupación que se ha extendido para cosas tan comunes como el robo o el hurto, que no son delitos de desagravio tan fuertes y, además son los más comunes en Venezuela hoy en día”, apunta Cedeño.

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