Gabriel Reyes: Venezuela se juega a Rosalinda

thumbnailgabrielreyesNunca como antes, la pequeña Venecia se encuentra en un momento de decisiones que abran caminos definitivos hacia la recuperación de la democracia perdida, hacia la construcción del país posible con la esperanza en el Progreso, hacia la definición del espacio donde convergen las ideas disímiles con respeto y tolerancia, devolviendo al habitante su condición de ciudadano, y quitando de los ojos la venda que ha transformado en injusticia los veredictos de la dama de la balanza.
Venezuela se lo juega el todo por el todo. Permanecer impávidos, mientras la tribu descarriada de cleptócratas sin escrúpulos finaliza su tarea de destrucción dejando en el camino la miseria de un pueblo noble, no es una opción.
Más allá de los partidos políticos, más allá de una Unidad retórica, muchas veces pegada con saliva de loro, existe un gentilicio que no puede permitir que nos arrebaten nuestro deseo de regenerar un tejido social desgarrado por el abuso del autoritarismo, por la bota del cliente de verde que vendió su juramento por la riqueza súbita, sin importarle las consecuencias de tal desventura.
Si el gobierno no acepta los planteamientos que algunos sectores de la oposición formulan apegados al texto constitucional, será muy difícil que esta historia tenga un final feliz. La presión del descontento irá “in crescendo” amenazando cada día más desbordar el redil de represión que impide que la protesta sea la catarsis de una sociedad maltrecha.
La calle es el espacio natural donde cualquier democracia del mundo expresa su descontento por la evaluación desfavorable de una gestión en particular. En Venezuela fue estigmatizada asociándose a muerte, a cárcel, a “golpe de estado”, aún cuando los verdaderos golpistas que arremetieron contra un gobierno electo en democracia hoy pretenden reescribir la historia justificando lo indefendible.
Si el gobierno mantiene la posición de torpedear el deseo colectivo de someter a su voluntad la continuidad de este sainete colorado, entonces irá cerrando los espacios que la razón ofrece a la política y permitirá que el germen del descontento viralice un pueblo desesperado que no encuentra futuro ni asimila su presente.
Venezuela se lo juega todo!! Y como en la copla de Ernesto Luis Rodríguez, el pueblo, taimado jugador que va perdiendo todo lo que tenía, sacará del coraje la locura de echar el resto en la virginal doncella, a la que apuesta en un arrojo inusitado, donde esperamos que no sean precisamente los dados los que nos devuelvan nuestros corotos.
Amanecerá y veremos!!!
Twitter: @greyesg