Provocaciones de un régimen pendenciero por Robert Carmona-Borjas

Provocaciones de un régimen pendenciero por Robert Carmona-Borjas

thumbnailrobertcarmonaborjasMientras se habla de la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, de una gestión mediadora o de buenos oficios regionales e incluso de una posible mediación del Vaticano, la crisis en el país se acentúa y, ante su gravedad y el enorme rechazo popular, el régimen de Nicolás Maduro intensifica su estrategia de “provocación” para exacerbar los ánimos, desestimular a los opositores y crear un ambiente de confrontación que traducida en un estallido social que pareciera inevitable sirviera para “justificar” algunas acciones que podrían conducir a la suspensión definitiva del Referendo Revocatorio, como lo ha anunciado ayer el Alcalde Caracas Jorge Rodríguez quien de forma amenazante, al negar el derecho a la protesta de la oposición, anunciaba con tono “provocador” que en el camino al CNE los opositores “encontrarán al pueblo chavista”.

La “provocación” y la “confrontación” son prácticas recurrentes de los regímenes totalitarios como el de Nicolás Maduro en Venezuela, aplicada como parte de su política exterior y en el ámbito interno como una estrategia muy peligrosa que plantea riesgos difíciles de predecir.

Hacia afuera, los “enfrentamientos” y las “provocaciones buscan cohesionar adentro para enfrentar al “enemigo”. El invento de la guerra económica, de los magnicidios, de la presencia de paramilitares en el país, de las amenazas del imperio unido a la oligarquía criolla e internacional, en fin, del enemigo común que se debe derrotar, no les funcionó. Lejos de cohesionar al país alrededor de una lucha por la “libertad y la independencia” los venezolanos rechazan hoy al régimen chavista por incompetente, corrupto y por tratar de imponer un sistema totalitario absurdo que solo ha traído destrucción y  miseria.





En el plano interno, la misma receta. La “provocación” como estrategia y medio de acción para “provocar” con el fin de buscar “una reacción de enojo” en el pueblo, la oposición y los distintos sectores nacionales “irritándolos o estimulándolos con palabras u obras” para de esta manera generar inestabilidad, incluso anarquía, para justificar el “uso de la fuerza” y detener el cambio en curso.

No sólo busca el régimen suspender el Referendo Revocatorio, un proceso indetenible ya iniciado; también las elecciones de Gobernadores que terminarán de enterrar el nefasto proceso inventado por Hugo Chávez.

Provocación y autogolpe son hoy dos términos estrechamente vinculados entre sí. El régimen “provoca” al pueblo, crea desesperadamente las condiciones para el estallido social y se prepara para controlarlo y aplastarlo y así imponerse de nuevo y perpetuarse en el poder.

En la medida en que se termina de desgastar el régimen y el proyecto chavista y se adelanta el proceso revocatorio, las provocaciones aumentarán. Es un “peine” constante que la dirigencia opositora debe evaluar constantemente antes de pronunciarse y reaccionar.

@CarmonaBorjas