Jubilados de la Contraloría Municipal de Vargas mueren de hambre por falta de pago

Jubilados de la Contraloría Municipal de Vargas mueren de hambre por falta de pago

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Jubilados de la contraloría municipal del estado Vargas, le solicitan a la Contralora interina que escuche a quienes por más de 30 años sirvieron al municipio. “Después de haber cumplido con nuestro municipio por más de 32 años, ahora pasamos hambre por culpa de la contralora”, son declaraciones de William Aguilera. NP

Bajo el inclemente sol, jubilados del ente contralor protestaron de forma pacífica para que la Lic. Celestina Parra Díaz atendiera a quienes por cuarta vez asisten para ser escuchados, pero no tuvieron respuesta. “Solo queremos que nos diga a la cara, las mentiras que manda a decir con intermediarios como su secretaria. Queremos respuestas estamos pasando hambre y culpa es de la contralora interventora”.





“A los empleados y jubilados del municipio se les homologó el sueldo, se les aumentó el cestaticket y a los de la contraloría seguimos a la buena de Dios, no es justo que a esta edad estemos mendigando nuestros derechos”, denuncia Aguilera.

Para Sadia Sánchez es una injusticia que se juegue con el hambre de los empleados. “Nosotros no estamos exigiendo algo fuera de lo común, simplemente que se nos respete nuestro derecho -que bastante han pisoteado- nosotros somos funcionarios de carrera que cumplimos con nuestras obligaciones y que hoy en día estamos reclamando nuestras homologaciones”.

“El cestaticket y el sueldo aumentaron en marzo y aún no lo han pagado, hubo un aumento el 1 de mayo y todavía nosotros seguimos cobrando mal, ¿como piensa usted que con esta salario podemos comer y comprar nuestros remedios y tratamientos?, eso es imposible”.

Denuncian los empleados

Aunque no quisieron dar sus nombres por miedo a represarías los empleados denuncian que en las instalaciones de la contraloría trabajan hacinados, además de esto: el miedo y la represión laboral que les tienen para que no se diga lo que está pasando y ocurriendo dentro de una olla que está a punto de explotar.

Denuncian además que ni agua para tomar tienen, que son amenazados constantemente y que son amedrentados.

Explican que la licenciada, quien es una comisionada de la contraloría nacional, tiene vencido el segundo plazo que fue otorgado, dejando al ente sin el respectivo concurso, además que la mitad de su familia ahora labora en la contraloría.