Un grito por Humanidad, por Daniel Antequera

Un grito por Humanidad, por Daniel Antequera

thumbnaildanielantequeraEl 18 de febrero del año en curso, Ana María Perdomo, de 62 años, decidió ahorcarse en su residencia del barrio Tierra Adentro en Puerto La Cruz. Según la nota de despedida que Ana María dejó en la cocina y según el informe médico que reposaba en una gaveta, el diagnóstico informaba el padecimiento de linfoma No Hodgkin. Ana María tomó esa drástica decisión ante la precaria situación de salud que hay en todo el país porque como dijo “no quería ser una carga para nadie”.

Según datos de La Federación Farmacéutica Venezolana (FEFARVEN) el desabastecimiento de medicinas es de 85% los cuales se declaran en emergencia activa. Los sueños de 30 millones de venezolanos están cada día más comprometidos, ante la grave crisis humanitaria con escasez de medicinas, de alimentos y la terrible inseguridad. Nuestros hermanos que padecen patologías como VIH, cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, renales, entre otras, han puesto su fe en Dios para que el deterioro de sus vidas no sea tan agonizante en la espera de que el régimen de Nicolás Maduro atienda sus ruegos.

Estamos en un país donde no hay insulina, hipertensivos, anticonvulsivos, antibióticos, retrovirales para los enfermos de sida, ni el básico acetaminofén para atender la epidemia de Zika que hay en todo el país. Para un paciente que no consigue su medicamento, representa 100% de desabastecimiento de medicinas.





Hay más de 200 mil personas padeciendo un viacrucis porque no tienen acceso a trasplantes, ni tratamientos de cáncer, diabetes o tratamientos para condiciones de salud crónicas. En las maternidades las madres viven con la angustia de no saber si sus bebes sobrevivirán al día siguiente por falta de sanidad, insumos que incluyen hasta leche de fórmula, o porque los respiradores artificiales cesan ante los cortes de electricidad.

El Estado esta en la obligación de garantizarnos la salud, así lo prevé la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 83 cuando dice: “La Salud es un derecho fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios”.

Nicolás Maduro obstaculiza la iniciativa de la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional, que le daría a Venezuela acceso al Fondo Rotatorio-Estratégico de Medicinas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para brindar medicamentos subsidiados y atender situaciones de emergencia. Al régimen no le importa el bienestar de los venezolanos, una realidad que la comunidad internacional conoce y condena.

Los venezolanos demandamos salud, no es un favor es nuestro derecho y es obligación del Estado garantizar los recursos necesarios para reactivar la producción de medicamentos en el país, e iniciar de manera inmediata la importación de insumos y equipos para la atención integral de los pacientes, de manera especial para los pacientes con enfermedades crónicas y de mayor riesgo.

Por ello, exhortamos a toda la comunidad internacional a ejercer acciones en solidaridad y apoyo al pueblo venezolano y exijamos juntos al Gobierno de Nicolás Maduro que acepte la Ayuda Humanitaria que están listas a aportar las diferentes organizaciones internacionales para paliar la escasez de medicinas, reactivos e insumos médicos y que sea distribuida a través de instituciones de renombrada trayectoria como la Cruz Roja Internacional, la Iglesia Católica, los Institutos de Previsiones de Universidades… Los venezolanos necesitamos urgentemente salir adelante y superar esta terrible crisis para reconquistar la esperanza de vivir con dignidad.