Juana Ortiz escuchó la noticia con detenimiento. Detalló los números, sumó y pensó que no era mucho. “De 10 a 125 bolívares no es nada”, pensó en voz alta al reflexionar sobre el nuevo precio del jabón que usualmente compra. Recordó que desde el Gobierno se prometió que con este tipo de ajustes el abastecimiento se normalizaría, así que está dispuesta a pagar 1166 veces más si no tiene que hacer cola. Pero no. La realidad es que el problema de escasez de productos no se trata solo de un desfase de montos y costos, sino de fallas en la producción que sigue sin ser estimulada, publica El Carabobeño.
Dayrí Blanco | @DayriBlanco07
Los aumentos no fueron suficientes, alertó el presidente de Fedecámaras Carabobo, Damiano Del Vescovo. Con retardo y rezagados se dieron esos ajustes. La última vez que la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) publicó un incremento en los precios de artículos de higiene fue el 5 de septiembre de 2014, “y desde ese momento hasta ahora la inflación estuvo por encima de 1000%”.
Eso es algo que Juana sabe muy bien. Cada quincena compra menos con su salario pese a que ha sido aumentado en 56% en los últimos seis meses. Y en las industrias también están convencidos que las cuentas siguen sin cuadrar. “El trabajo a pérdida continúa”.
El ajuste se hizo de manera inconsulta. No hubo discusión, debate ni concertación con los sectores productivos. “Fue una imposición”, tal como ha sucedido desde 2003 cuando inició el control de precios en el país, “y seguimos dándonos contra la misma piedra”.
Para Del Vescovo la solución que los precios fluctúen de acuerdo a la oferta y la demanda para que las empresas dejen de producir por debajo de los costos y se abastezcan los anaqueles. También debe promoverse la manufactura con el acceso oportuno a materia prima nacional e importada.
El problema estructural no ha sido atacado. “Tenemos una crisis económica y lo que se hace desde el Gobierno es tomar medidas efectistas con resultados que van hacia la espiral inflacionaria y destrucción del aparato productivo de la nación. Hay que asumir la responsabilidad del fracaso del modelo y desmontar controles para que los precios sean realmente justos”.