“Golpe encubierto: la cabra mocha de Maduro” por Ángela Vera Lefeld

“Golpe encubierto: la cabra mocha de Maduro” por Ángela Vera Lefeld

thumbnailangelaveralefeldHace exactamente cinco días Maduro (en medio de un diálogo ‘de paz’ con Zapatero y la Asamblea Nacional) se enfiló en contra del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a quien acusó de ser un “agente de la CIA”.  Además de calificarlo que “no tiene nada que ver, se pasa (…) No es ningún traidor, es un abogado, esclavo del Derecho”.

Posteriormente, el ex presidente uruguayo, José “Pepe” Mujica sentenció y dijo que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, está “loco como una cabra”. Al instante, picado, no tardó Nicolás en replicar a Ex – Presidente de Uruguay: “Estoy loco como una cabra…de amor por Venezuela”.

¿Qué le está pasando a Nicolás Maduro? Simple, se le está agotando las opciones de gobernar al país. La crisis económica, política, social y humanitaria está peor que nunca.  La oposición lo arrincona  a un referendo para revocarle su mandato y él no quiere irse. Por eso responde con una represión sin contemplaciones; ni idea tiene en medio de su locura de amor, las consecuencias que esto conllevará en la hartura del venezolano que una vez se envileció, “con Chávez manda el pueblo”.





Aunque él asegure que hay una ‘conspiración extranjera’ para desestabilizar su mandato, su liderazgo es desastroso. Ni las prácticas bélicas de su Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) podrán contener los estallidos sociales ni defenderlo con más patria, socialismo y muerte; ni avalar continuar amedrentando al ciudadano en toda su geografía emocional.

De lo que lleva mandando, la salud del país se ha agudizado tan drásticamente que compatriotas mueren cada semana por la escasez crónica de medicinas y ni hablar de los hospitales, esos están tan mal dotados, que abruma al mundo cómo estamos de terapia intensiva.

 

El hampa formada y tarifada se ha disparado; estas bandas armadas leales a la dictadura deambulan por las calles las 24 horas al día. Se estima que durante los tres primeros meses de este año, 4.696 personas fueron asesinadas en Venezuela, y en 2015 la cifra superó los 27.875.

 

Si comparáramos el número de asesinatos en Venezuela con los de Afganistán en este primer trimestre del presente año, observamos que supera, pues fueron 3.545 muertos en ese país en el año pasado. ¡La barbarie en su máxima expresión!

¿Esta es la locura de amor de Nicolás por Venezuela? ¿No le da vergüenza decir que la ama, mientras la devasta, saquea, se burla y mata en serie? Ya sabemos que no queda nada de alimentos ni bienes básicos en anaqueles y menos en los hogares venezolanos. Estamos de hambruna. Para prueba la solidaridad del mundo en ayudar a toda costa y con prohibiciones ante el ocaso inducido de Miraflores.

 

 

Su populismo, que se le ha exacerbado en las últimas horas, no solo ha generado desabastecimiento sino represión y violencia desmedida.

 

Ni los amigos complacientes del régimen están en contra de los que nos oponemos a vivir de rodillas y en estado de pobreza extrema. Se les nota su preocupación y miedo al drama político, económico, social y humanitario que vive nuestra tierra con mucha desgracias.

Sales a la calle y los rostros no ocultan su languidez como tampoco se callan ni temen ser agredidos por agentes de seguridad del Estado en las colas o concentraciones por vociferar en contra de las promesas incumplidas y de las políticas de exterminio de Maduro. Nuestra voraz crisis demuestra a diario que el socialismo del finado, ha fallecido y es insostenible.

 

Esa época chavista de euforia y bonanza hace mucho que desapareció con la recesión que nos dejó el muerto producto de una misión bien planificada como fue servir con arrogancia para corromper y delinquir. El descontento nacional hay que aprovecharlo y no echarlo ‘para atrás’.

 

Hoy, el país entero está huérfano, es víctima de un corrupto e ineficiente sistema de justicia que vele por sus Derechos Humanos. No hay defensor ni de pueblo ni puesto. La anarquía es la que impera para controlar sea como sea la silla. Quien se le ocurra protestar o caminar a una sede de sus gabinetes y poderes tras las rejas estará. Así lo confirma extraoficialmente la sentencia de la Corte 2° Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en prohibir manifestar e ir a cualquier sede del CNE para exigir fecha inmediata del referendo revocatorio.

A esta hora, Maduro logró cumplir que sus militares aliados, afectos y salpicados de polvo blanco, estén preparando desde Fuerte Tiuna y por montes bien boscosos, una fiesta de balas con escenarios y saldos de sangre, sudor y lágrimas insospechados.

 

Para derrotar esta nueva hazaña de perpetrar otro Caracazo a nivel nacional, los líderes de la oposición en conjunto con la sociedad civil organizada deberán derrotar este magnicidio que a la vuelta de la esquina está por suceder en contra de Venezuela.

 

Es el momento de aprovechar los descontentos de la base política de Nicolás Maduro y ofrecerle con premura a los venezolanos un nuevo modelo político que frene y mitigue la grave catástrofe causada por años auspiciada por Hugo Rafael Chávez Frías. Es justo, urgente que ya se detecten, se ubiquen y a la cárcel los radicales alineados al heredero.

 

Debe repotenciar el liderazgo opositor su postura sin vaivenes en liberar este yugo invivible porque el tirano está temblando de pavor, y con contundencia aniquilar su campo de batalla para así, encausar un nuevo rumbo sin más sacrificios; así lo exigen desesperadamente los hijos de Venezuela.

¡El golpe encubierto solo se aborta con la presión popular!