10 cosas que solo hacemos cuando viajamos

10 cosas que solo hacemos cuando viajamos

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Las comidas más exóticas, singulares atuendos y las actividades más extremas son algunas de las cosas que nos permitimos cuando somos turistas y que no estamos acostumbrados a realizar en nuestra vida cotidiana. Por un momento dejamos de lado la vergüenza y despertamos ese trotamundos que llevamos dentro.

– Vestirse como un verdadero turista. A cada paso que damos llamamos la atención de las personas por nuestra vestimenta. Sin darnos cuenta llevamos una especie de letrero en la frente que dice “turista” al usar grandes sombreros (así no haya salido el sol), franelas con el nombre del lugar que visitamos o incluso tomar una fotografía de los lugares menos turísticos.





-Tratamos de comprar la mayor cantidad de recuerdos, incluso los más inútiles. Llaveros, adornos, franelas. Si por nosotros fuera compraríamos todos los souvenirs que encontráramos en nuestro camino. La idea es llevar a casa un bonito recuerdo, pero a veces la emoción nos gana.

– Comemos todo lo que podemos. Las dietas quedan de lado y no tenemos ningún remordimiento en probar los mejores platos de ese destino. Los desayunos, almuerzos y cenas se convierten en un gran banquete. Ya de regreso nos damos cuenta que subimos algunos kilitos.

– Degustamos la gastronomía local, aunque sea la más extraña del mundo. Ir a otro país y no probar su comida típica no tiene perdón de Dios. Por esta razón no desaprovechamos la oportunidad de comer sus mejores platos, no solo en restaurantes sino también en los mercados y alrededores.

– Las fotografías más peligrosas. Buscas a como dé lugar sacar el mejor recuerdo y fotografía, así pongas en peligro tu vida. Las recomendaciones o medidas de seguridad las dejas de lado y te acercas con tu celular o cámara más de la cuenta para disfrutar de la naturaleza y fauna del lugar.

– Aprovechamos el transporte público. Tren, bus o metro, son muchas las opciones para transportarte en destinos de América o Europa. Aunque tengamos la idea que el transporte público a diario es una experiencia aburrida y hasta complicada, en ese viaje se convierte en una experiencia increíble para observar las principales atracciones de una ciudad.

– La adrenalina, la gran protagonista del viaje. Nuestro lado más aventurero fluye en esas vacaciones y nos atrevemos a realizar las actividades y deportes más extremos.

– No dejamos de visitar los museos. Aunque no estemos acostumbrados a visitar los museos en nuestra propia ciudad, una vez en ese destino en nuestro itinerario está recorrerlos todos, desde los más importantes hasta los más pequeños.

– Eres más libre. En tu ciudad te cuidas más, pero en ese viaje vives la experiencia al límite y te muestras más abierto y sociable ganando nuevas amistades y por qué no, encontrando también un amor de viaje.

– Las caminatas son interminables. Mientras que en tu ciudad solo quieres descansar, en ese destino puedes pasar horas de horas caminando y descubriendo sus mayores atractivos en sus calles, plazas y demás. Y luego hasta tienes energía para irte de juerga.

Fuente: La Vanguardia