Hambre, intimidación, exclusión y comunismo por @JorgeBarrosod

Hambre, intimidación, exclusión y comunismo por @JorgeBarrosod

JorgeBarrosoThumbnail-190x1301“Hay hambre en Venezuela”, una frase que se replica, cada vez con más fuerza, en los hogares venezolanos. “Estamos comiendo maíz molido, como los pollos”, escuchamos decir, entre lágrimas, a una madre de familia de Filas de Mariche mientras protestaba por falta de comida. No ha podido enviar a sus hijos a la escuela porque no tiene alimentos que meterles en la lonchera.

¡Es nuestra muy dolorosa realidad!

Estamos pasando hambre, ante la mirada insensible de un régimen que es incapaz de alimentar a su gente. Una política conscientemente aplicada para controlar a la población, como ocurrió en la Rusia comunista del siglo XX, cuando el gobierno tomaba la comida, la daba a sus ejércitos y partidarios, y la negaba a sus enemigos. Lo que en Venezuela se llama: CLAP.





Y mientras usan estos Comités de abastecimiento y producción para discriminar la entrega de alimentos, según la afinidad política, el pueblo está en las calles IMPLORANDO comida y enfrentándose a los cuerpos de seguridad que, en teoría, deben resguardar su integridad física.

La política contra el sector productivo del país, los campesinos y el empresariado, desde el inicio de la mal llamada revolución, ya nos mostraba lo que nos devenía: hambruna; y si a los hechos nos remitimos, definitivamente garantizar la mayor suma de felicidad posible al pueblo nunca fue una prioridad para el imperio chavista, mucho menos asegurar la subsistencia y elevar el nivel de vida de “las masas”, en cuyo nombre tomaron el poder hace 17 largo y nefastos años.

¡Por eso y mucho más hay que revocarlos!

La actitud de Maduro ante las carencias alimenticias que estamos sufriendo es muy similar a la de Lenin durante la hambruna que se registró entre los años 1921 y 1922 en torno al Volga y la República Tártara. Su indiferencia solo demuestra el poco amor que siente hacia Venezuela, razón por la cual hay que REVOCARLO.

Se sabe perdido, por eso usa a los poderes públicos y a la Fuerza Armada Nacional para arremeter contra la gente. Lo vemos en cada protesta pacífica, y más recientemente en las inmediaciones del Poder Electoral, cuando el propio General Fabio Zavarce, acatando órdenes de Miraflores y de las rectoras del CNE, incitó una fuerte represión contra Diputados que se encontraban pacíficamente exigiendo celeridad en la activación del revocatorio presidencial, irrespetando su inmunidad, lo que por cierto representa una dura violación a nuestra Constitución.

Pero el flamante General Zavarce, no solo arrió a los uniformados a empujar a los Parlamentarios, sino que también le permitió a los colectivos armados agredirlos con tubos y explosivos, al punto de fracturarle el rostro al Diputado Julio Borges. Un hecho DEPLORABLE, e insisto, violatorio de nuestra Carta Magna.

La realidad es que estamos transitando por un momento de cambios que tiene muy asustado al desgobierno de Nicolás Maduro. Tanto que hace hasta lo imposible para retrasar lo inevitable, imponiendo reglas e invalidando firmas. Lo que no termina de entender este régimen es que el tiempo se les agotó, y que pese a las adversidades los revocaremos este mismo año.

Somos mayoría, ellos lo saben, y entre el 20 y el 24 de junio lo ratificaremos validando nuestras firmas. Nada ni nadie detendrá la decisión de cambiar este gobierno que nos tiene pasando penurias.

Que las rectoras del CNE sepan que no tenemos miedo y que estamos resteados por Venezuela. Que sepan que este pueblo seguirá activo y luchando para realizar la consulta popular en 2016. Que sepan que nada nos detendrá en este camino hacia el revocatorio.

¡Basta de jugar y de subestimar al pueblo!