“Dos colas reveladoras”, por Julio César Arreaza

“Dos colas reveladoras”, por Julio César Arreaza

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Dos colas o filas de diferentes características revelan la situación del país.





Por Julio César Arreaza B

La primera es una cola que humilla a la mayoría de los venezolanos y responde a una receta empobrecedora castro-comunista para no soltar el poder, obligándonos a destinar buena parte de nuestro tiempo productivo a la búsqueda desesperada de alimentos, medicinas y repuestos, escasos y caros, para sobrevivir. El dato de que los niños sienten miedo que en sus casas se queden sin comida es alarmante.

La otra cola es una oda a la democracia, es la que hicimos superando toda clase de obstáculos impuestos día a día por las cuatro comadres prosternadas al régimen.

Por supuesto que el régimen pretendió humillarnos con esta cola, pero nuestro ADN democrático transformó en elixir las dificultades y nos crecimos cuando validamos nuestras firmas para ejercer el claro derecho constitucional este año 2016.

Queremos diálogo, pero liberen primero a los presos políticos arbitrariamente secuestrados, devuelvan los diputados de Amazonas y viértanle un chorrito de Constitución para desinfectar a esa putrefacta agencia electoral. Diálogo para marear y ganar tiempo para posponer el RR sería una perfecta estupidez; por cierto, mientras el régimen mentiroso clama por diálogo, se produce una escalada de los índices de arbitrariedades. Todos los diálogos anteriores nos han dejado menos democracia, un contrasentido.

El 6-D marca la fecha de la recuperación democrática de la mayoría, el régimen perdió el capital nacional.
El 23-Junio representa otro hito, en la reunión del Consejo Permanente de la OEA, por un arrebato de la chaparrita canciller, se cuentan los votos para escuchar el informe de Almagro, y la Democracia sale fortalecida con 20 votos a favor y dos abstenciones que son ganancia. Este día el régimen dejó en evidencia que perdió el capital internacional, que anteriormente ostentaba a punta de chequera loca que le permitía un petróleo a más de 100 dólares. El discurso de la chaparrita retrató inmejorablemente al régimen y es la prueba que explica al mundo porque aquí no ha tenido éxito el diálogo. En el diseño de este bodrio político de 18 años no aparece el diálogo. El régimen es anti diálogo verdadero por naturaleza.

Sin desperdicio resultó la escena cuando a grito destemplado y sonsonete cubiche increpa a los países que se arrepentirán el día de mañana cuando la oposición ocurra a la OEA, por este mismo precedente. El régimen quiere una OEA que ampare a regímenes forajidos, que sea solo un club presidentes, de los gobiernos, y no permitan la consideración de las situaciones de naciones que presentan déficit democráticos. Ayer nos correspondió una épica guerrera pero hoy libramos una épica ciudadana, los venezolanos siempre seremos pioneros.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!