Elecciones generales: España vuelve a las urnas por segunda vez en seis meses

Elecciones generales: España vuelve a las urnas por segunda vez en seis meses

EFE
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Los españoles votaban este domingo en las segundas elecciones generales en seis meses para decidir si mantienen a la derecha en el poder o apuestan por un cambio, encarnado por la izquierda antiausteridad de Podemos, en los primeros comicios europeos tras el Brexit.

AFP





Las mesas de votación abrieron a las 07H00 GMT y permanecerán abiertas hasta las 18H00 GMT. A media mañana, la votación ocurría sin incidentes en una jornada veraniega con sol, informó el ministerio del Interior.

Más de 36 millones de españoles están llamados a participar en estas elecciones consideradas como un desempate para tratar de romper un prolongado bloqueo político que ha impedido la formación de gobierno. Los primeros resultados oficiales se esperan a las 22H30 GMT.

Las legislativas de diciembre dieron como resultado un parlamento muy fragmentado y desembocaron en el fin del bipartidismo con la irrupción de dos jóvenes partidos, Podemos y Ciudadanos, que cabalgaron sobre lemas anticorrupción y antiausteridad.

Estas dos formaciones, junto al conservador Partido Popular (PP) y a los socialistas del PSOE, no lograron formar alianzas tras meses de negociaciones, lo que obligó a volver a las urnas este domingo.

La novedad ahora es que la coalición formada por Podemos y los ecolocomunistas de Izquierda Unida, dirigida por Pablo Iglesias, un carismático líder de 37 años conocido por su pelo largo recogido en coleta, podría desplazar como segunda fuerza a los socialistas.

Según las encuestas, la coalición Unidos Podemos tan solo sería superada por los conservadores de Mariano Rajoy, que busca la reelección.

Ante el bloqueo, la cuarta economía de la zona euro ha quedado en manos del gobierno saliente de Rajoy, en piloto automático y sin que pueda proponer nuevas leyes en el parlamento fraccionado.

“Estamos en una encrucijada, en un bloqueo político y por eso tenemos que ir a votar para desbloquear la situación”, indicó el líder de la agrupación liberal Ciudadanos, Albert Rivera, tras votar en Barcelona.

“Los extremos siempre van a votar pero la moderación a veces se queda en casa. Y cuando te quedas en casa pasan cosas como en el Reino Unido, que los extremos eligen”, dijo Rivera, en referencia al triunfo el jueves pasado del Brexit, la salida de los británicos de la Unión Europea.

Estabilidad o cambio

“¿Elecciones? Se me había olvidado”, ironizó el domingo por la mañana en Madrid Juan José Bellod, un publicista de 51 años, en medio de temores de que la abstención crezca cuando algunos ya comenzaron las vacaciones de verano.

“Soy socialdemócrata y de izquierdas, por lo que voto a Podemos. El PSOE ya no es de izquierdas y yo quiero un cambio general y profundo”, dijo en Barcelona Jonatan Mora, un fisioterapeuta de 31 años.

Precisamente bajo el lema del cambio y la esperanza ha subido como la espuma en las encuestas Podemos, nacido en gran parte del movimiento de los indignados.

En la otra orilla, el PP se muestra como la garantía de la estabilidad frente al “extremismo” y el “populismo” de Podemos.

Los conservadores, en el poder desde 2011, defienden sus políticas que lograron sacar de la prolongada recesión a España, que creció 3,2% en 2015, aunque para ello debieron aplicar duras medidas de austeridad y reformar el mercado de trabajo para abaratar los despidos.

El desempleo sigue golpeando a España con una tasa del 21%, la más alta de Europa después de Grecia.

En medio de la creciente polarización, los más afectados han sido los socialistas de Pedro Sánchez, relegados a una probable tercera posición, pese a una campaña que reivindicó los grandes logros sociales registrados en España desde el regreso de la democracia en 1978.

En cuarto lugar quedaría Ciudadanos, un grupo que se presenta como moderado y ha denunciado principalmente la larga lista de escándalos de corrupción que han hecho mella en los conservadores del PP.

Pero previsiblemente ninguno obtendrá mayoría absoluta para gobernar (176 diputados), por lo que las semanas siguientes a la votación se auguran de duras negociaciones.

Desde ya, todos los partidos rechazan la posibilidad de ir a unas terceras elecciones pero para evitarlo necesitan lograr una hasta ahora esquiva alianza.