Leopoldo López está libre, por Juan Carlos Sosa Azpúrua

thumbnailjuancarlossosaHemos sido críticos a todo intento de negar o frivolizar la severidad de lo que vivimos, y esta posición nos ha llevado a confrontar a la MUD y lo que pensamos ha sido una estrategia peligrosa y dañina. Se generó un ambiente en el cual el régimen ha tenido la oportunidad de oxigenarse y echar raíces sobre las bases de una democracia inexistente, pero impuesta como ilusión a través de los procesos impulsados por la tiranía en los cuales la MUD ha sido copartícipe.

Hemos creído, y aún lo hacemos, que si las fuerzas políticas – junto al resto de las fuerzas vivas – hubieran hecho un llamado al desconocimiento del régimen tiránico se hubiesen creado circunstancias necesarias para arrancarlo de raíz y botarlo al basurero de la historia donde pertenece; sin darle tiempo, sin esperar por algún acto providencial.

Cada momento histórico donde aparece una rendija de esperanza ha sido frustrado por algún argumento “institucional”, que encausa el hastío de una nación desesperada hacia mesas de diálogo, asambleas de calle y elecciones, que solo han servido para empeorar la crisis, porque elevanun teatro democrático donde solamente sus actores tienen vida, mientras el público muere de mengua, es asesinado o emigra.





Han sido años de fracturas y las piezas rotas se han extraviado. Hemos perdido mucho de nuestro gentilicio, y nada queda de la Venezuela que fue una inspiración para el resto de Latinoamérica. Hoy, somos lo más exacto al concepto de Estado fallido que tanto peso tiene en la consciencia y que nos transforma en una vergüenza; en la escena de una serie televisiva o una película de Hollywood donde se hable de terroristas, narcotraficantes y asesinos a sueldo que desestabilizan el orden mundial.

Y durante este tiempo, en que las costillas de nuestros hermanos son cada vez más visibles y tristes, los partidos políticos crecen, se fortalecen, incrementan su presencia. Es una relación inversamente proporcional. Mientras más pobre y paupérrima está Venezuela, los partidos políticos lucen más fuertes y crecidos; lo que indica que algo en la fórmula no está bien.

Es esta incongruencia – junto con la insistencia en modelos de Estado fracasados – loque provoca nuestra crítica,que busca disipar la ilusión democrática para que se sienta la verdad. Llega un punto en que se vuelve desolador presenciar cómo cada proceso electoral le regala tiempo al régimen para seguir destruyendo,mientras los partidos inauguran sedes en todos los estados, y sus voces se escuchan de aquí a Pekín, puliendo a las instituciones írritas que les dan plataforma y que maquillan el horror, para que la tiranía despliegue una presencia potable ante los escenarios internacionales.

Ha sido frustrante observar el cómo algunos dirigentes opositores reivindican la figura de Chávez, quizás por alguna táctica populista para ganarse lo que consideran un pueblo con el corazón entregado a la memoria de quien más tragedia ha causado en la historia de Venezuela.  En lugar de reeducar a un pueblo confundido, fortalecen un mito cancerígeno que ya destruyó al país y puede borrar cualquier futuro alterno que se diseñe para la nación.

Cuando los autores deLa salidairrumpieron en el escenario con su propuesta, creímos que finalmente habían entendido que solamente la calle tenía la respuesta, y que era momento de mirar hacia adelante con nuevas estrategias, cónsonas con la realidad de Venezuela. A fin de cuentas,La salidarecogió en sus postulados el sentimiento que se venía manifestando abiertamente en las calles desde el año anterior, cuando elocuentemente comenzaron las acciones de protesta por parte de diversos grupos de la sociedad civil, acompañados de artículos de prensa y conferencias donde se ponía el acento en el derecho natural y positivo (constitucional) que tenemos para rebelarnos contra todo aquello que vulnere el Estado de Derecho y la integridad humana.

Cuando Leopoldo López decidió entregarse a la injusticia tiránica escribimos una carta pública en la cual le manifestamos que su lucha sería más efectiva si no lo hacía.Aunque lo hiciera como protesta, al ser una narco tiranía lo que combatimos, bajo ningún respecto ésta debería ejercer autoridad sobre los hombres libres.

No obstante, respetamos su valor y aplaudimos el hecho de que quizás lo estaba haciendo para convertirse en el detonante final que necesitaba la sociedad para rebelarse. Pero al poco tiempo nos sorprendimos cuando le vimos haciendo campaña desde la cárcel,promoviendo las elecciones parlamentarias que se celebrarían casi dos años después de su encarcelamiento. ¿Cómo es posible que alguien que está preso por sus ideas piense que unas elecciones parlamentarias son la solución a nada? ¿Es que acaso siendo víctima directa no está sufriendo en carne propia la arbitrariedad de un Estado fallido, donde el TSJ y todas las instituciones son brazos y piernas de la tiranía? ¿En dónde cabe que Maduro está destruyendo el legado de Chávez y que semejante criminal no tuvo presos políticos, salvo los comisarios del 11 de abril? ¿Qué hacesostener una afirmación de ese calibre siendo todos víctimasdolientes de ese terrible legado?

Y entonces la cabeza estalla en mil preguntas sin respuesta que producen sentimientos encontrados.  Algunos afirman que la estrategia de la MUD, incluyendo los artífices de La Salida, se debe a que no existe respaldo militar a la causa de la libertad.  Pero basta una simple indagación para derrumbar esa hipótesis y fulminarla para siempre. Son miles los militares que han desertado, que han sido dados de baja y que fueron apresados o asesinados precisamente por oponerse a esta locura de régimen. Son miles y miles de miliares que hoy sufren los mismos padecimientos que el resto de la sociedad: un presente sin oportunidades y un porvenir anulado.

¿Pero pueden los militares activarse públicamente sin que previamente exista un consenso político que justifique y autorice esa activación? La respuesta la sabemos. Es un No rotundo. Son muchas las declaraciones que han hecho los principales líderes de la MUD condenando cualquier actuación militar y calificándola de golpe de Estadosi llegase a producirse. Es innegable que la inexistencia de este consenso político, hace imposible que los miliares tengan éxito si decidieren actuar por su cuenta.  Pero la verdad que tiene que saberse es que la mayoría del estamento militar estaría dispuesto a colaborar con la restitución de un orden constitucional burlado; están hartos de un alto mando inútil y corrompido hasta la médula; cansados de que sus cerebros sean sometidos a una ideologización que rechazan por traidora a la patria; listos para desconocer ordenes írritas de ese alto mando corrompido; y hacer uso legítimo de las armas para defender a la República del secuestro cubano.

Entonces, con estas premisas aclaradas, tenemos que rechazar una estrategia política que apueste el destino nacional al tiempo de Dios y que pretenda ir conquistando cada uno de los espacios para hipotéticamente algún día lograr el poder. Porque mientras va corriendo ese tiempo las familias se quiebran, el hambre mata, el hampa reina, la sociedad pierde su fibra moral, los valores humanos se vuelven antivalores y el país se evapora.

La necesidad de pensar en estos estos valores, y el asunto militar que describimos arriba, hace oportunala publicación dePreso pero libre. Notas desde Ramo Verde. Estas reflexiones de Leopoldo López nos llegaron hondo. Sus letras están cargadas de emociones genuinas.Tendría que tratarse de un psicópata a lo Dr.HannibalLecter para escribir un libro así sin sentirlo.

Leopoldo hace reflexiones íntimas sobre la soledad y su infinito poder de enseñanza; del amor que siente por los libros, de sus hijos, esposa y las familias de los presos que le acompañan. Elucubra sobre sus carceleros y sus psicologías; emite juicios certeros sobre la naturaleza del mal y la caracterización que corresponde al régimen que “encabeza” Maduro; habla de las estrategias mentales que ha diseñado para soportar con hidalguía todo tipo de abusos a su persona y a sus seres queridos; de la hermandad que ha sellado con sus compañeros; analiza con sabiduría los principales problemas de Venezuela y propone soluciones acertadas- pragmáticas, no socialistas -; recorre la geografía nacional con su imaginación y expresa las emociones que ha experimentado durante su recorrido; habla del arte, del sonido de la naturaleza, de su infancia e influencias recibidas durante su formación; sus lecturas; de los líderes que admira y en cierta forma emula; del respeto que siente por los esfuerzos titánicos de su esposa; de sus amigos; de la cotidianeidad, del tiempo y la lucha incesante por no sucumbir a sus incertidumbres; narra los episodios crueles y aberrantes que ha soportado (un crudo y espeluznante horror) y describe experiencias cotidianas conmovedoras con sus hijos y los hijos de los presos; cita casos que ilustran en toda su magnitud el terrible mal que nos asecha; hace disquisiciones profundas sobre el concepto de justicia y las implicaciones de no tenerla.

Con frecuencia, el libro alcanza un tono lírico impactante y se transforma en un testimonio sobrecogedor. También resalta en esta obra la nobleza con la que describe otros casos individuales de personas que ha conocido en la cárcel, les da voz a esas personas y nos hace conocer sus tragedias para que nos unamos en un grito de indignación.  En ninguna parte se palpa resentimiento, más allá de una justa reacción humana a las injusticias que sufre y que no hacen otra cosa que evidenciar un carácter firme y sólidamente estructurado.

Preso pero libre esun libro importante, que debe ser leído y reflexionado sin prejuicios, con el ánimo de entender una pieza fundamental del rompecabezas venezolano, de comprender en todas las dimensiones posibles la bestialidad del régimen que nos borra el futuro.Lo que revela este libro convierte a López en un símbolo de esperanza. Es un venezolano que – junto con muchos otros – representa valores imprescindibles para el renacimiento del país y esto debe ser aceptado con generosidad, sin que priven las preconcepciones o los errores que creamos o no se hayan cometido.

Toca ahora vivir el presente y ver hacia adelante. El encarcelamiento de Leopoldo López y su juicio kafkiano ha provocado mucha indignación mundial, creando un nivel de consciencia sobre lo que ocurre en Venezuela necesario para lucha que libramos. Son fundamentales las reflexiones que hace López sobre el universo militar, llegando a las mismas conclusiones que nosotros sobre lo que sucede dentro de dicho estamento. El hecho de que lo haga alguien que está padeciendo una prisión tan injusta es muy relevante, porque partiendo de estocreemos que el debate puede abrirse a otras dimensiones, unas que sean más acertadas que las tradicionales. Quizás pecamos de ingenuos, pero estamos sufriendo algo tan terrible que debemos cultivar cualquier semilla, por estéril que luzca la tierra, que germine en una respuesta.

Visto la futilidad de las elecciones parlamentarias;visto la burla que ha sido el manejo “institucional” del referéndum revocatorio; visto hasta qué niveles de maldad es capaz de llegar al régimen para aferrarse al poder; vale la pena hacer las cosas de manera distinta, buscando resultados diferentes a los alcanzados durante estos corrosivos diecisiete años.

Preso pero Libre es el testimonio de un venezolano valioso que hoy es la metáfora de todo un país. Somos libres en esencia y no hay poder capaz de doblegarnos, por mucho que lo intente un régimen de pillos. Las reflexiones de Leopoldo López son una manifestación de esperanza. Una esperanza vital que es pura fortaleza, donde el obstáculo a salvar es el granítico muro de torpezas y vilezas del espectro público.  Ya conocemos el camino recorrido, uno nuevo podría abrirse, pero no hay tiempo. Hay que actuar y rápido.

Que esa libertad, lo libres que somos en esencia, pueda coronarse con la libertad de Venezuela… sin garrotes…

… sin estar presos.

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