En Tiempo Real: ¿Quién aplaude al Clap? Por @carlosvalero08

En Tiempo Real: ¿Quién aplaude al Clap? Por @carlosvalero08

Nadie está contento con este girón de programa social inventado apresuradamente para ocultar los desmanes que la falta de alimentos ocasiona en millones de hogares venezolanos. Mejor dicho, nadie que tenga la necesidad de llevar la comida a su casa y no encuentra como.

Los bachaqueros rojos si aplauden porque han encontrado una fórmula que les permite seguir transfiriendo dólares a sus cuentas en el exterior y dejar las migajas de masivas importaciones a las víctimas del hambre. La operación es otra ofensa a los venezolanos.

Pero lo que más indigna es que este suministro caimanero de alimentos está introduciendo nuevos males a las calamidades ya existentes. Dondequiera que funcione el Clap los motivos de descontento son los mismos: sólo una parte de quienes lo necesitan lo está recibiendo. Han sido excluidas urbanizaciones enteras bajo la discriminatoria calificación de ser ricos porque viven en un apartamento. Las bolsas no están diseñadas para atender familias numerosas. No existen criterios para definir que población debe tener atención prioritaria para luego cubrir a todos los que también tienen derecho a ser beneficiados.

Hay dos aspectos muy graves. Uno, que el programa está conduciendo a enfrentar vecinos contra vecinos. El otro, es que está diseminando alicientes para corromper a la base de la sociedad. Afortunadamente existe un buen sector de integrantes de los Clap que está dando un ejemplo de entereza pese a la ausencia de controles en la distribución y a la posibilidad de extraer artículos o tener beneficiarios planos para decirlo con una expresión que le gusta al Alcalde, pésimo para todo, Jorge abúlico Ropdríguez.

Los Clap no son sólo una curita de curare que ocasiona un alivio fugaz mientras la enfermedad social se agrava, sino que intenta distraer a los venezolanos respecto a quienes son los responsables de que no haya producción agropecuaria, ni industrias ni inversionistas suicidas. El gobierno no quiere que la gente mire hacia Maduro y su modelo destructivo de la economía sino hacia el que vive al lado o hacia el chavista de pié en el suelo. Pero no lo vamos a hacer.
Es lo mismo que el gobierno quiere hacer con los militares. Embasurar al General Padrino poniéndolo al frente de una tarea imposible de cumplir con éxito porque no se trata de repartir limosnas sino de elevar la capacidad de producir en una economía abierta, moderna, manejada con sentido común.

Soy un defensor a ultranza de la necesidad de reinstitucionalizar nuestro país. El gobierno quiere obligar a la Fuerza Armada a compartir los costos de la crisis y usarla como brigada de choque contra las protestas por hambre. Ese no es ni debe ser el papel de nuestro Ejército.

Desde UNT y desde la MUD, desde una institución como la Asamblea Nacional existe la disposición de introducir mejoras integrales para aliviar la crisis de alimentos y a proponer las medidas estructurales para que vivir de bolsas pueda ser de verdad un asunto del pasado. Del régimen fracasado que se está despidiendo y al que no hay que acompañar en sus desesperaciones, locuras y provocaciones.

Estamos en los tiempos constitucionales del cambio político que se realizará pacífica, democrática y electoralmente mediante la convocatoria del Referéndum Revocatorio, pero mientras lo activamos, estamos obligados moralmente a trabajar para que nuestros niños no pierdan su futuro por culpa del hambre. Maduro no puede seguir evadiendo la realidad escondiéndose tras uniformes verde oliva.

Carlos Valero
@carlosvalero08

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