Manuel Corao: Revocatorio y dictadura

Manuel Corao: Revocatorio y dictadura

thumbnailmanuelcoraoJun2015Desde la época de la Coordinadora Democrática a principios de siglo en Venezuela, han sido varias las elecciones realizadas en el país. El Revocatorio del mandato presidencial es la única salida en paz a la crisis actual; evitarlo en el mil dieciséis sería incitar al pueblo iniciar una confrontación que nadie quiere.

De un total de diecinueve citas el chavismo ha ganado si acaso, diecisiete. Estas estuvieron caracterizadas en su gran mayoría por el manejo del Poder Electoral en manos del gobierno a través de la mayoría grosera e ilegal de directores representantes del oficialismo.

Cuando hoy caemos en cuenta del ventajismo aplicado en favor de Hugo Chávez, podemos afirmar que de no estar los rectores comunistas en el Consejo Nacional Electoral, otro hubiese sido el cantar.





El extremismo manipuló para mantener tal preeminencia en el poder electoral por cuanto no estaban seguros de obtener luego de las primeras elecciones- 1999- 2002 el favoritismo del elector.

Aplicaron hasta la saciedad las violaciones a la Constitución lo cual quedó demostrado con el visto bueno del proyecto de ley aprobado por la Asamblea Nacional , de mayoría izquierdosa para el momento, el 31 de julio de 2009.

Con la Ley Orgánica de procedimientos electorales violentaron la geografía política-administrativa al observar síntomas de aprietos económicos que se avecinaban como consecuencia de la política de eliminación de fuentes de trabajo llevada a cabo que condujo al desabastecimiento de bienes y servicios. Era el fin de la luna de miel que costó a los ciudadanos ciento ochenta y cinco mil millones de dólares en préstamos, amén de malgastar también los ingresos por renta billonaria petrolera.

Esta ley redistribuyó el peso de los votos contrario al principio universal de la igualdad de derechos, por la representatividad de minorías para así favorecer la tendencia autoritaria.
A partir de su publicación, los métodos de escogencia estuvieron caracterizados por la interpretación a capricho de la voluntad popular y por consiguiente contrario al legajo fundador.

Este cambio permitió cometer otros abusos los cuales de continua violación de la Constitución nacional en varias materias llevaron financieramente a la quiebra de la economía local.

Las reuniones con la Coordinadora Democrática sirvieron para ganar tiempo que permitiera a partir del dos mil a los chavistas cambiar puntualmente las leyes dentro de un estado de euforia por la supuesta llegada de la justicia social. Este proceso incoado bajo la iniciativa de José Vicente Rangel trajo para el país nefastas consecuencias.

Cuando hoy la autoridad electoral pone trabas para la realización del referéndum revocatorio del mandato de Nicolás Maduro, vale la pena recordar que otros procesos similares fueron organizados apegado a la ley en escasos días. No hay excusa valedera,entonces para el soslayo del sufragio este 2,016.

Basta solo con recordar el referéndum a Hugo Chávez y la elección presidencial de Nicolás Maduro. En la primera constancia de triunfo esgrimieron los oposicionistas haber perdido Chávez.

De fecha reciente la segunda, el candidato de unitario Henrique Capriles públicamente declaró haber sido timado por las mismas autoridades que hoy son responsables de este derogatorio por realizar.

El gobierno al mando aplica como política de estado la quiebra del país para convertirse en el único suministrador de insumos.

Aun cuando tal iniciativa no ha producido el sometimiento anhelado continúa avanzando en la implementación de una dictadura política, sustentada en la complicidad del Tribunal Supremo de Justicia donde unos magistrados designados contrario al código de procedimientos administrativos para tal fin; se prestan para blindar los desafueros del mandatario asentado en Palacio de Miraflores.

Recientes autoridades militares han sido designadas para ejecutar acciones en el ámbito civil, donde antes se lucraban los cubanos como son los puertos del país.

También por igual sustentan en manos de los hombres en armas los centros de distribución de alimentos importados y producidos en la nación. Ello es un anticipo de los acuerdos entre el sector militar de alta jerarquía y Nicolás Maduro para la implementación de una dictadura cívico-militar en cámara lenta que oculte los desmanes cometidos por estos arcaicos socios durante años.

Aun cuando es de temer, son estertores de la muerte de un régimen en decadencia que urge mantenerse en el dominio, al comprobar que no tienen donde ir en el mundo una vez expulsados por un pueblo hambriento de comida, medicinas y libertad.